Baruch Spinoza destaca por ser un polémico personaje, cuya filosofía despertó una divergencia de emociones. Su estilo de vida, su comportamiento y constante debate sobre diversos tópicos llamaba mucho la atención. Cada quien lo interpretaba a su manera, forjándose su propia opinión sobre él. Muchos lo repudiaban, pero otros tantos lo admiraban.
Baruch Spinoza fue un importante metafísico holandés del siglo XVII. Adepto a la corriente materialista y un ateo que cuestionaba duramente a la religión. Algunas personas diferían del término ateo y lo catalogaban como librepensador religioso.
Fue un teórico de los estratos democráticos de la burguesía. Su pensamiento profundo dificultaba un poco la comprensión de sus distintas posturas y el alcance de sus propuestas.
Por su forma particular de ser, surgieron distintas versiones sobre él. Algunos lo muestran perverso casi maligno, involucrado en muchos escándalos que lo llevaron a ser descomulgado de la comunidad hebrea de Ámsterdam, en 1665. Otros lo ven con fascinación, y lo catalogan como un filósofo muy novedoso.
Baruch Spinoza fue hijo de padres judíos, quienes emigraron a España y luego a Portugal. Aquí de forma pública practicaban el cristianismo mientras, pero ocultos seguían ejercitando su religión. Por eso fueron perseguidos por la inquisición y se fugaron a Ámsterdam, lugar donde el 24 de noviembre de 1632, nació Baruch Spinoza.
Quedó huérfano de madre a la edad de seis años. Su formación abarcó el hebreo y la doctrina del Talmud. Realizó estudios de teología y en el área comercial.
Demostró gran interés por la filosofía cartesiana, las matemáticas y los ideales de Hobbes, apartándose paulatinamente del judaísmo. Prontamente empezó a criticar la veracidad y la elucidación hecha a la Biblia, fundamentalmente lo relacionado con la inmortalidad y transcendencia del alma y con las leyes dictaminadas por Dios.
Esta conducta antirreligiosa le costó la excomulgación. Se estableció en las afueras de Ámsterdam. Sus últimos años transcurrieron en La Haya, donde murió con tan solo 44 años de edad, el 21 de febrero de 1677. La causa de su deceso fue la tuberculosis.
Baruch Spinoza nació y se desarrolló a mitad del S XVII, en las Provincias Unidas de los Países Bajos. Era la nación más destacada en la Europa de aquel entonces por sus progresos políticos y científicos.
Se vivía la revolución filosófica fomentada por Descartes y favorecida por importantes sucesos políticos y culturales ocurridos en el continente. Los de mayor significación fueron el surgimiento de una nueva clase social, la burguesía comercial y manufacturera; y la revolución científica empezada por Galileo Galilei.
Sobrevino la modernidad con novedosos matices en la sociedad europea, dejándose atrás las doctrinas de Aristóteles y la teología de Sto. Tomás de Aquino. Las relaciones capitalistas se ampliaban vigorosamente. La población holandesa protegía su libertad de las amenazas de potencias como España y la burguesía y el régimen feudal terrateniente se encontraban en confrontaciones.
La burguesía adquirió poder mediante la manufactura, el libre comercio y el avance técnico, lo que promovió su avance político. Esta situación dio origen a las guerras civiles y revoluciones sufridas en Europa durante los siglos XVII y XVIII.
Baruch Spinoza celebraba la autonomía de la ciencia y la evolución de la educación, estimando que ésta era la solución a todas las dificultades sociales. Por consiguiente, sus sistemas tenían que ser los sustentos teóricos de las libertades burguesas.
Fue un seguidor del pensamiento cartesiano. Por eso no descartó la factibilidad de hallar una explicación razonable y algebraica respecto a la existencia de Dios. Sin embargo, por sus creencias judías también creía que existía una sustancia infinita única.
Para Baruch Spinoza no había un Dios creador, sino que la naturaleza era a la vez Dios. Opinaba que ella se crea a sí misma, es la esencia de todo lo existente y se conserva siempre inalterable. Desde este pensamiento discierne sobre la relación entre lo divino y la naturaleza.
Sobre la libertad piensa que es una necesidad de la cual se tiene conciencia. Consiste en saber tener dominio sobre las pasiones sobre las cuales tiene que predominar la razón.
Si el hombre no puede controlarse no es libre, está sujeto a una impotencia que denomina servidumbre. Igualmente, el conocimiento autentico se consigue por la razón sin la intervención de los sentidos.
La ética de Baruch Spinoza contempla una reyerta en contra del enajenamiento humano. Quería dilucidar la confusión, la opresión y falsedades que asedian al hombre. Su ética busca la felicidad y lo perfecto, por eso intenta dar una explicación sobre el auténtico camino de la salvación.
Se decidió a abordar el tema de la salvación por motivos personales relacionados con sus experiencias particulares, la excomulgación, su vida taciturna. También por causas externas como intransigencia religiosa; obstrucción del Estado en cuestiones religiosas; inquietud por el estilo de ejercer el poder y por ideas retrogradas sobre la naturaleza del hombre.
Con base en todo esto escribió su obra Ética demostrada según el orden geométrico, donde debatió acerca de esa concepción filosófica acostumbrada sobre Dios y sobre el hombre. La intención era revelar que existía Dios, la naturaleza y el ser humano.
Se planteó demostrar la verdad sobre la biblia porque consideraba que sus contenidos están llenos de contradicciones, las cuales se esclarecerían estudiando científicamente el lenguaje. Así como el pasado, la historia y las creencias que prevalecieron.
Baruch Spinoza dejó contribuciones importantes a la filosofía moderna, como su propia explicación sobre la relación de la divinidad y la naturaleza. Hizo nuevas interpretaciones de conceptos morales, políticos y religiosos.
En su filosofía denominada el spinozismo debatió las normas morales y pautas sociales habituales procurando desarraigar toda religión positiva. Sus ideas lo proyectaron como un filósofo moderno, en el presente aceptado entre los exponentes del racionalismo más reconocidos.
Defendió la política tolerante, laica, democrática, y cuestionó el poder político desplegado en los estados modernos por poderíos religiosos, marcando de esta forma un nuevo ideal político. Formuló la teoría de las pasiones versus la razón, en la cual muestra un aspecto del ser humano nunca antes abordado.
Fue una obra vedada por sectas y por la iglesia. Su publicación ocurrió en 1670, una etapa crítica entre la transformación religiosa y las sublevaciones políticas conducentes al estado laico.
En ella se contemplan dos ideas, una es la premura de libertad de expresión, propia de la democracia. La otra es la noción del estado como el poder soberano encargado de responder efectivamente por la unidad y la seguridad de la alianza social que lo instituye. En la primera parte se presentan ideas sobre filosofía y teología y sus relaciones. También, habla sobre la profecía.
Con destreza coliga religión y política, llamándolas superstición y monarquía respectivamente. No obstante, ellas no representan la razón del tratado; lo es la relación entre ellas. La trama básicamente es que si la religión permite total libertad el Estado tiene que concederle igual derecho de expresión.
Entre los motivos que impulsaron a Baruch Spinoza a redactarlo se encuentran: La actitud de los teólogos, cargada de obsesiones que evitan la consagración de los hombres a la filosofía. La acusación de ateo recibida del pueblo. La supresión de la libertad de opinión por parte de los predicadores quienes abusan de autoridad y arrogancia.
Del Valle, Numiralda. (2021). Baruch Spinoza. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/baruch-spinoza/