Sócrates
¿Quién no ha oído mencionar a un gran filósofo llamado Sócrates? Sin duda fue uno de los más destacados en la historia de la humanidad. Nació en el año 470 a.C. en la antigua Atenas. Desde niño se destacó por su agudo razonamiento y habilidad para comunicarse; cualidades que compensaron su poca estatura y la falta de atractivo físico. Para el lamento de muchos, no dejó ninguna obra escrita.
Sócrates fue un filósofo sobresaliente, distinguido como el padre de la filosofía. Lo relacionaban con la dialéctica y la retórica de los sofistas. A diferencia de otros, no exigía pagos por sus enseñanzas ni se esforzaba por demostrar su sabiduría. Al contrario, señalaba que andaba en búsqueda del conocimiento que los demás pudieran aportarle. Por eso pasaba el día dialogando con las personas, aún sin conocerlas.
Durante toda su vida se dedicó a enseñar a los jóvenes en lugares públicos, como calles y plazas. Su forma de hacerlo era a través del diálogo. Entablaba conversaciones y les formulaba preguntas para que ellos buscaran las respuestas en su interior.
Sus reflexiones versaban siempre sobre lo ético y lo epistemológico. Promovió el poder que tiene la palabra. Fue maestro de otro ilustre de la época, como lo fue Platón. Después de su muerte fueron creadas las escuelas socráticas.
Sócrates nació en la antigua Atenas, en un lugar llamado Alopece. Sus padres fueron Sofronisco, escultor y cantero, y Fenareta, comadrona. Su infancia transcurrió en un hogar humilde, por lo que recibió educación ordinaria. Se dedicó muy joven a trabajar la albañilería. Incluso, fue cantero con su padre.
Tomó clases de gimnasia, música y literatura. Entre sus maestros se mencionan a Damón, Anaxágoras y Arquelao, siendo este último uno de sus preferidos. Se presume que hubo dos mujeres en su vida: Xantipa (30 años más joven que él), y Mirto. Fue padre de tres hijos: Sofronisco, Lamprocles y Menexeno.
En el año 399, a los 70 años de edad, Sócrates muere en Atenas, donde recibió sentencia de muerte por negar a los dioses del Estado y hacer que los jóvenes se alejaran de los principios democráticos. No quiso huir a pesar de que sus amigos se lo propusieran. Como un atributo a su filosofía decidió envenenarse la noche antes de su “asesinato”, bebiéndose una copa de cicuta.
La mayor parte de su vida transcurrió en Atenas. Disfrutó de una de las épocas más notables de Grecia, denominada el siglo de Pericles, en honor al político que convirtió a esa región en un imperio poderoso. Asimismo, hizo grandes esfuerzos para que el pueblo tuviera la espléndida cultura que ostentaba.
En ese período el poder persa fue derrotado por modestos estados griegos: Maratón en 490; Termópilas en 480, Platea en 479… Al finalizar las guerras se concretó la victoria en medio de un escenario político y cultural en plena bonanza.
Físicamente Sócrates era un hombre poco agraciado. Era calvo, y tenía la nariz bastante respingona y grande para su pequeña cara. Resaltaban sus largas barbas onduladas y sus ojos saltones. Era de estatura baja y tenía un abultado vientre.
También dicen que era de aspecto descuidado, un poco enojón y algo flojo para trabajar, pero todos coinciden en que era muy sabio. Poseía una gran astucia y agudos pensamientos. Demostraba pasión por extraer de las personas su sabiduría. Era irónico o utilizaba la ironía con intencionalidad en sus diálogos.
Destacó por su moralidad. Promovía arduamente el valor de la virtud, la justicia y el amor. Hizo lo posible para que así lo comprendiera la gente. Consideró muy necesario que las personas se conocieran a sí mismas y actuaran en función de eso.
El demostraba a los demás estar consciente de su propia ignorancia sobre los temas que trataba. En general fue un hombre bondadoso, justo, humilde y creía en el misticismo.
Sócrates pensaba que quienes conocían el valor del bien eran incapaces de actuar mal o desear el mal. Al contrario, actuarían siempre de forma diáfana y con justicia. En cambio, los que ignoran esa virtud son personas proclives a incurrir en todo tipo de vicios.
Repetía que la vida había que examinarla, sino no merecía ser vivida. Deseaba que todos asumieran este pensamiento y lo aplicaran. Él lo hacía para servir de ejemplo a los demás.
Estimaba que con la interacción e intercambio de ideas, utilizando las preguntas y cuestionando las opiniones, era como se obtenían las respuestas que conducían al conocimiento de forma conjunta. Por tanto, la sabiduría se adquiría emitiendo juicios de valor, conversando, dialogando y buscando en el interior.
Sus aportes en el campo de la filosofía fueron extraordinarios. Estuvieron relacionados principalmente con el componente ético moral. Gracias a ello la realidad y el mundo pudieron ser sometidos a una crítica constructiva.
Por otra parte, sus investigaciones pretendieron instaurar una verdadera ciencia, prevaleciendo sobre el relativismo propio de los sofistas. No iban dirigidas a la mente sino al mundo humano, para obtener conceptos universales o verdades absolutas.
Otros aportes fueron:
Este insigne filósofo consideraba que el conocimiento se obtenía buscando en sí mismo. Afirmaba que allí adentro, en el alma, está la sabiduría y la verdad, pero no lo sabemos. Para ayudar a las personas a indagarse y descubrir puso en práctica un método que se denominó mayéutica. Lo aplicaba durante un diálogo, por lo que también se conoce como diálogo socrático. Se desarrolla en tres fases:
Son incontables las frases de Sócrates que reflejan la esencia de su filosofía, en cuanto a la moral y a su método de enseñanza. La mayoría de ellas encajan perfectamente en la realidad actual a pesar del tiempo transcurrido. Entre ellas destacan:
Sócrates no dejó ninguna obra escrita. Sus ideas son conocidas a través de los escritos de Platón y Jenofonte, quienes fueron unos de sus discípulos. También sus ideologías y pensamientos han sido dados a conocer por muchos de sus contemporáneos.
Su principal legado, conocido y valorado desde siempre, consiste en sus pensamientos y teorías. Una de ellas es la teoría ética, en la cual estableció la ausencia de responsabilidad moral.
Exponía que la culpa no debe existir porque el que actúa mal es porque no tiene conocimiento del bien. Solo es un ignorante, pero no culpable. La persona que sabe lo que es el bien es buena y virtuosa.
Con base en estos postulados estableció que quien conoce una disciplina la aplica. Significa que quien sabe de carpintería es carpintero, quien sabe de medicina es médico, y quien sabe de justicia es justo.
Castro, Laura. (2020). Sócrates. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/socrates/
