Sofista era un término utilizado en el siglo V a.C. Describe a la persona dedicada a enseñar sabiduría, entendida como el dominio de la palabra y la elocuencia. Los sofistas eran personajes que decían saber acerca de todo e imponían ‘su verdad’ con maestría. Vendían su conocimiento a cambio de la llave del éxito en la vida pública. En la Atenas democrática, la política era tema de conversación en cada asamblea y destacaba quien sabía cómo exponer y hacer aceptar sus ideas. Los sofistas, aunque contemporáneos con algunos filósofos, se diferencian por el uso recursivo de las falacias, el cobro por su arte y la ligereza de sus ideas.
Sofista, proveniente de los vocablos griegos sophos y sophia, significa maestro en sabiduría. El término se utilizó en la Grecia clásica para nombrar a los hombres que ofrecían lecciones de sabiduría y elocuencia. Los sofistas eran personas que viajaban de un lugar a otro, participaban en la política y hacían alarde de una enorme cultura, un saber universal.
A mediados del siglo V a.C., Atenas y otras ciudades griegas consolidaban su democracia y su actividad primordial era la política. Los ciudadanos debían dominar la oratoria y la erística, las artes del diálogo y la argumentación, para participar exitosamente en la vida pública. Surgieron entonces los sofistas, quienes se dedicaban a educar a la población en el areté, la excelencia en el cultivo de la elocuencia.
El sofista era hábil en la retórica y el juego de palabras, aparentemente justo, pero en esencia falso. El dominio de la palabra le daba el poder de persuadir a otros. El dominio del discurso significaba el éxito.
Se distinguía por el subjetivismo y la negación de la verdad objetiva. Refutaba los argumentos de su adversario sin importar quién estaba en posesión de la verdad. No buscaban la verdad, sino la apariencia de saber, porque ésta concedía autoridad.
Los sofistas tenían una concepción materialista de la naturaleza.
Se inclinaron principalmente hacia la gnoseología, investigaron sobre todos los problemas del conocimiento.
Hicieron de un lado la religión, se centraron en enseñar el arte de vivir y de gobernar, el relativismo ético y social. Compartían estas dos características –escepticismo y relativismo– con los filósofos, pero no eran llamados tales.
Sus procedimientos fueron denominados con el término sofística.
Fueron los primeros enciclopedistas de la Grecia antigua.
Los sofistas eran hombres ingeniosos, de intensa actividad en Atenas durante el siglo V a.C. Era el período en el que la democracia triunfaba en las ciudades de Grecia. Estos personajes cobraban por enseñar a los atenienses lo necesario para ser buenos ciudadanos y triunfar en la política. Fueron los primeros en lucrarse de la enseñanza, aunque para entonces les era permitido a los poetas recibir remuneración por sus servicios.
Para hacerse un lugar en la administración de la polis, los atenienses debían aprender retórica y los sofistas se mostraron dispuestos a enseñar. De una forma práctica, procedimental o sofística, llevaron a los ciudadanos a ser partícipes de los asuntos públicos. Trabajaban el dominio de la palabra y la fuerza de los argumentos, inclusive de aquellos más débiles.
Fueron considerados maestros en el arte de la persuasión, no por ello en la verdad. Se conoce como sofisma al argumento falso con apariencia de verdad, que tiene como finalidad hacer ver como error la tesis del adversario. Imponer su verdad. Para los atenienses era importante mantener la ventaja sobre las otras ciudades.
El interés de los sofistas estaba centrado en el hombre y la sociedad, se dedican a enseñar lo relativo a la ética y la lingüística como llave del éxito. Cuestionan la política y confunden a los atenienses con sus ideas varias.
Alegan que la physis o Ley de la Naturaleza está por encima del nomos o Ley de la Ciudad. Si la ciudad trasgredía la naturaleza, la ley era injusta y debía ser desobedecida. Este principio generó gran controversia, toda vez que la aplicación implicaba una idea o método diferente para cada sofista. Calicles publicaba que la naturaleza protege a los más fuertes. Antifonte que las leyes no son igualitarias. Gorgias que todo lo que existe es la medida del hombre, era él quien decidía qué estaba bien o qué estaba mal.
De la cultura dicen es relativa, igual que la moral, la percepción es distinta para cada persona. Enseñaban oratoria y erística. Más cada cual podría tener su propia verdad de la justicia, la bondad, el valor y otras virtudes.
Los sofistas son la primera referencia de la ilustración griega.
La ética sofista se fundamenta en el relativismo individual y social, el estudio del hombre y la sociedad, la civilización y cultura. Contrasta lo convencional con lo natural. Defiende el convencionalismo de las normas, costumbres y creencias del hombre.
Refiere que la virtud está en la posibilidad de elegir el bien sobre el mal, y en aprender la moral. Para algunos sofistas la moral es susceptible a ser aprendida, mientras que para otros es un instinto, no resumible en palabras. De ambas formas relativa. Así, la verdad del hombre dependerá de la interpretación que éste y la sociedad que le guía tengan de las ideas.
Un filósofo se caracteriza por procurar la lógica y la coherencia de lo que se piensa y dice, también entre lo que se dice y se hace. Cuestiona las acciones, analiza y construye sus conceptos acerca de la verdad y de la existencia misma. Expone sus argumentos utilizando los métodos inductivos y deductivos del conocimiento humano, su objetivo no es imponer, sino plantear cada tema y sus aristas. El filósofo habla con elocuencia, es entendido en el uso palabra. Pertenece y funda escuela. Comparte hasta el último de sus conocimientos sin esperar remuneración alguna.
El sofista se caracteriza por lucir un conocimiento de la verdad, de todo, aunque sólo sea en apariencia. Oferta dicho saberes de plaza en plaza a cambio de dinero. Vende la idea de que para tener éxito en la vida pública ateniense, es necesario tener el dominio de la palabra. Esto a fin de participar, imponer ideas y convencer en las asambleas del pueblo, sin importar si sus ideas están o no en lo cierto. Impone su verdad, la que le conviene, no sujeta a lo cierto. El sofista no pertenece ni funda ninguna escuela, de allí la divergencia entre las ideas de uno y otro representante de este oficio. Domina y defiende la palabra, sólo ha sido criticada la forma y finalidad de su uso en los albores de la política.
Sócrates fue uno de los más grandes filósofos clásicos griegos. La historia clasifica a los pensadores antes y después de Sócrates, en presocráticos y socráticos mayores, por recibir su influencia directa. Nació en el año 470 a.C. y vivió en la misma Atenas de los sofistas, como ellos, centró su interés en el ser humano y en su capacidad de conocer la verdad. A partir de allí, todo los diferencia.
El filósofo nunca participó en la política ni pronunció discurso alguno. No se conocen escritos de su autoría y tampoco se decía maestro. Se dedicó a generar discusiones sobre diferentes temas en Atenas, conversaciones en las que afloraban preguntas y se buscaban en conjunto respuestas. Según Sócrates el intercambio de ideas era la forma de adquirir la sabiduría.
A un lado de los sofistas, enseñó a pensar, buscar y alcanzar la verdad, sin exigir recompensa por ello. La areté de Sócrates no hacía referencia a la excelencia, pensaba que quien dice saberlo todo, no se interesa por aprender.
La areté según el filósofo era conocimiento, citaba oficios útiles y cotidianos para explicarlo. Si el zapatero quiere tener la areté del zapatero, debía según él conocer primero qué es un zapato, para qué se usa, cuál es su fin, el propósito del hombre al utilizarlo. Luego, invita a pensar qué forma tiene el zapato, de qué está hecho, cuál es el mejor mecanismo para fabricarlo y qué habilidades hay que desarrollar para hacerlo bien. Los conocimientos y la obtención de las habilidades citadas constituyen la areté del oficio.
Sócrates estimuló el pensamiento acerca de cuál es el objeto del ser humano. Le preocupaba la ligereza con la que los sofistas y otros miembros de la sociedad ateniense utilizaban las palabras, en especial al hablar de ética y justicia. A pesar de que los sofistas decían saberlo todo, sus versiones varias generaban gran confusión sobre la moral y el intelecto. Para combatir esto, Sócrates declaró su ignorancia “sólo sé que no sé nada”, barrió los prejuicios y abrió el camino a la búsqueda del conocimiento. Fue de lo particular a lo universal, discutiendo, preguntando, procurando respuestas, así sus definiciones eran abstraídas de la mente humana.
La filosofía como los sofistas era considerada como detractora de la piedad y la moral. E indistintamente si Sócrates era filósofo o sofista, como entonces se creía, su pensamiento e influencia eran vistos como un atentado contra la ciudad. Termina ejecutado en el 399 a.C.
Como otros testimonios de la época, los textos de los sofistas son sólo conocidos por la mención que de ellos hacen otros autores. Subsisten frases, fragmentos e inclusive capítulos completos, en los diálogos de Platón, en los textos de Aristóteles, del médico y filósofo Sexto Empírico, y el historiador Diógenes de Laercio.
Castro, Laura. (2020). Sofista. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/sofista/