Hablar de Sor Juana Inés de la Cruz es hablar de una de las primeras poetisas reconocidas y admiradas en la literatura de las colonias españolas en el continente americano. Es acreedora de muchos calificativos alusivos a su gran talento, siendo el más difundido "La Décima Musa”. El contenido de sus versos promovía la igualdad de género y el derecho de la mujer a la educación. Por ello, siglos después, en el año 1974, le otorgaron el título de primera feminista de América.
Sor Juana Inés de la Cruz fue una niña prodigio que se convirtió en una gran poetisa de la escuela barroca. Su estilo fue la poesía novohispana desarrollada en Nueva España, actualmente México. De monja nueva española paso a ser dramaturga y filósofa. Está ubicada dentro de los excelsos escritores del Siglo de Oro como la última de este prestigioso grupo.
Durante su vida realizó una labor intelectual que la llevó a ser un complejo personaje de las letras en Hispanoamérica. Aunque su gran pasión fue la literatura, estudió diferentes disciplinas como filosofía, teología, astronomía, pintura
Su extraordinario legado histórico artístico refleja la ardua defensa que hizo a la mujer, buscando la igualdad entre ambos sexos, principalmente en el derecho a la educación. Tal empeño le permitió ser considerada un referente para el movimiento feminista en Inglaterra, acontecimiento social trascendental en el mundo.
El mayor logro de Sor Juana Inés de la Cruz fue luchar por sus sueños y hacerlos realidad. En contra de los convencionalismos de la época demostró la capacidad de la mujer para acceder al mundo del conocimiento. Su éxito en el campo de la poesía agitó el pensamiento de quienes creían que el único rol que la mujer podía desempeñar era el de ama de casa, esposa y madre.
Para lograrlo venció múltiples discordias enfrentando críticas y humillaciones. Su resuelta actitud la liberó del aislamiento y de la ignorancia de la gente, especialmente de los hombres. Triunfó como escritora produciendo cuantiosas composiciones.
Escribió un sin números de poemas de diversos estilos, en el ámbito de la dramaturgia produjo dieciocho loas, dos sainetes, tres autos sacramentales. En el convento fundó una de las bibliotecas de mayor prestigio en la época colonial donde se podían abordar, sin ninguna restricción, temas de teología, filosofía, literatura, ciencias.
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, fue hija de Isabel Ramírez y del capitán Pedro Manuel de Asbaje. Nació el 12 de noviembre de 1651 en el pequeño pueblo San Miguel de Neplanta, actual Estado de México. Creció sin la figura paterna al lado de su madre y tres medio hermanos. Aprendió a leer y escribir a los tres años de edad sin permiso materno.
Desarrolló un gran gusto por el estudio. Parte de su niñez la vivió con su abuelo en Panoaya, donde pasaba horas leyendo sus libros, actividad que le costó varios castigos. Allí aprendió el lenguaje náhuatl de los indígenas debido a los largos ratos que compartían. A los 06 años tuvo noción sobre las universidades y del estudio de las ciencias. A los 08 escribió su primera loa.
En 1660 llegó a vivir a México. Gracias a su talento, a los 14 años fue invitada como dama de honor de la esposa del virrey Antonio de Toledo. Deseando ingresar a la universidad solicitó autorización para hacerlo disfrazada de hombre. Ante la negativa, a los 16 años decidió ingresar al convento San José de las carmelitas descalzas por considerarlo la mejor opción para continuar estudiando.
Por problemas de salud lo abandonó pero, dos años después ingresó a la Orden de San Jerónimo. Se consagra en 1669 como Sor Juana Inés de la Cruz. En 1680 llegaron uno nuevos virreyes de clase noble quienes admiraron su erudición. La marquesa procuró su amistad y desde entonces la protegieron para siempre. En esa etapa escribió la mayoría de su producción literaria.
Ganó fama empezando a recibir beneficios económicos y tener influencia. Su prestigio se extendió por toda Europa y América del Sur. En 1693, criticada por el obispo, dejó de escribir y vendió su biblioteca. El 17 de abril de 1695 murió con tan solo 43 años de edad. Se encontraba cuidando a sus compañeras enfermas de cólera en la pandemia que sufría México.
La vida de Sor Juana Inés de la Cruz transcurrió a finales del siglo XVII cuando la mujer no tenía derechos a la educación. El carácter de la cultura fue principalmente masculino, el único acceso a ella estaba en los conventos y la corte. Ni los colegios y, menos aún, las universidades, estaban abiertos para el sexo femenino.
Igualmente, el arte era solo apto para los miembros de la corte y de la iglesia. La religión tenía predominio, observándose fundamentalmente en la vida política. La conquista del reino español, supuestamente fue llevada a cabo con la intención de convertir a los indios al cristianismo.
Otra circunstancia resaltante en aquel contexto, era la problemática generada porque la nueva España, como se denominaba a la región, era gobernada por un virrey nombrado directamente por el rey. Esta situación perturbaba a los habitantes del lugar quienes sentían que se encontraban entre dos intereses: Los europeos y los americanos.
Dos mundos se entrelazaban reflejándose en todo, también en el arte. Específicamente en la poesía novohispana coexisten esos dos mundos, el español y el mexicano. Los aspectos que describen la época del siglo se ven observados en la obra de Sor Juana Inés de la Cruz; la mayor parte de ella escrita finalizando el siglo, cuando en el arte reinaba el estilo barroco.
Sor Juana fue una mujer muy hermosa pero nunca hizo gala de su belleza, al contrario era bastante discreta, de estatura pequeña y rasgos delgados. Desde niña se destacó por tener una gran curiosidad y una precoz inteligencia que la condujo a ser autodidacta. La mayoría de sus conocimientos los construyó sola, por iniciativa y gestión propia.
Tenía una capacidad de memoria admirable, una habilidad versificadora única, ingenio, originalidad, dominio del discurso y conocimientos profundos. Su mayor juez fue siempre ella misma, hasta llegar a la severidad.
Fue una persona abnegada, con un extraordinario espíritu caritativo por lo que donó todo el capital adquirido al vender sus pertenencias, para obras de beneficencia.
Su pensamiento estaba muy próximo a las filosofías feministas que surgieron posteriormente. El mismo se fundamentó en las múltiples lecturas humanistas latinas que realizaba. Pensaba que tanto el hombre como la mujer debían ser respetados por igual.
Se oponía a la cultura machista predominante en la sociedad. En consecuencia, las mujeres tenían los mismos derechos que el hombre, principalmente en cuanto a oportunidades educativas, ya que no estaba permitido que ellas estudiaran.
Consideraba que el conocimiento les sería muy beneficioso para desenvolverse y sentir seguridad ante las diferentes situaciones de la vida. Proclamaba que el conocimiento era la máxima expresión de la libertad.
Su principal aportación fue, sin duda, su obra escrita catalogada actualmente como una importante referencia histórica. En ellas plasmó una pluralidad de interesantes tópicos vetados para las religiosas de ese siglo. Dejó un trabajo edificante sobre diversos temas de la existencia humana, muestra de la poesía y dramaturgia de las colonias españolas en América.
Entre sus escritos destacan poesía, con influencia de los barrocos y latina. Sonetos, estilo poético por excelencia del llamado Siglo de Oro español. Además loas, villancicos, obras musicales, romances, redondillas, comedias teatrales, autos sacramentales.
Igualmente, escribió ensayos filosóficos, textos argumentativos, críticas del estado de la mujer en la sociedad Novohispana. Por su espléndida producción se le ubica dentro de las precursoras literatas feministas en América. Además de poeta se le reconoce su importante aporte al pensamiento filosófico latinoamericano.
Desde niña, las acciones de Sor Juana Inés de la Cruz constituyen una enseñanza para quienes conocen su historia. Fue un ejemplo de lucha y constancia para lograr lo deseado. Buscó las oportunidades para aprender a costa de castigos y reclamos.
Se desprendió de llevar una vida normal enclaustrándose sin tener una vocación religiosa real, con tal de satisfacer su necesidad de aprender. Pregonó, mediante sus obras, el derecho a pensar y escribir sin considerar el género de la persona.
Mostró al mundo el patrimonio cultural de una sociedad confundida por la oposición y mezcla de culturas, en detrimento de la propia. Sin embargo, hizo lo posible por dar a conocer lo autóctono y el sentimiento indígena americano.
Entre las frases de Sor Juana Inés de la Cruz que mayor impacto tuvieron están las siguientes:
Las obras de Sor Juana Inés de la Cruz se recopilaron en tres volúmenes: Inundación castálida (1689), Segundo volumen (1692) y Fama y obras póstumas (1700). Alguna de las más importantes son:
Castro, Laura. (2021). Sor Juana Inés de la Cruz. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/sor-juana-ines-de-la-cruz/