Tortuga de tierra
Entre los reptiles más antiguos del mundo se encuentran la tortuga de tierra. En general es una especie de carácter tranquilo y parsimonioso, que se suele criar como mascota doméstica. A continuación, algunos detalles importantes de su distribución, hábitat y reproducción que han sido objeto de estudio durante muchísimos años.
Científicamente se le denomina Chelonoidis chilensis. Se trata de un animal pacífico, que pasa la mayor parte del tiempo en tierra firme. Existen unas 360 variedades, de diferentes longitudes, pero hay tres que se identifican por su gran tamaño:
En general, la tortuga de tierra destaca por ser un animal poiquilotermo, es decir, que no es capaz de generar calor por sí mismo. La temperatura de su cuerpo depende de la presente en el ambiente donde se encuentre.
La clasificación taxonómica de la tortuga de tierra comprende la siguiente información:
La tortuga de tierra ostentan un caparazón con forma redondeada, pesado, de contextura rugosa que se encuentra unido a las costillas, por lo que no puede separarse del animal. Lo conforman unas placas compactas, está fusionado con el plastrón o parte inferior, el cual protege a los órganos y esqueleto.
La boca es muy fuerte, puntiaguda, sin dientes aun así tienen una mordida fuerte y filosa por las características de su mandíbula. Los ojos son claros y luminosos. El cuello es largo, dúctil, lo que permite estirarlo y encogerlo rápidamente para ocultar la cabeza en el interior del caparazón para resguardarse.
Tienen cola de tamaño variable según el sexo y la especie. Poseen cuatro patas con forma de tubo y con dedos fuertes. Su longitud habitual oscila entre 12 a 30 cm. Las hembras suelen medir algo más.
Entre sus numerosas especies, algunas de las más populares son las siguientes:
Son animales de hábitos diurnos y de carácter pasivo. Gustan de calentarse bajo los rayos solares mientras caminan. Su andar es bastante lento. La luz solar que reciben fortalece su caparazón. Habitualmente, requieren agua fresca y limpia cerca que les sea fácilmente asequible.
Hay algunas especies que son más agiles y recorren extensiones largas por lo que prefiere lugares extensos para desenvolverse a gusto, explorando y cavando. También las hay territoriales las cuales suelen ser algo agresivas enfrentándose entre sí.
Un comportamiento común en todas es resguardarse en su caparazón, metiendo la cabeza, las extremidades y la cola en él. Lo hacen al sentirse amenazadas, temerosas o cuando desean no ser molestadas. Otras veces estiran el cuello atentas, intentando oír o ver mejor. Lo hacen cuando perciben sonidos desconocidos o, sencillamente, por simple curiosidad.
Cuando están en su hábitat natural, los climas inclementes las inducen a tener un periodo de hibernación para protegerse de los efectos. Otro rasgo de su comportamiento es la emisión de ruidos para indicar alguna necesidad o estado de ánimo. Igualmente lo hacen por dificultades físicas como infecciones respiratorias o en la época de apareamiento que gimen fuertemente.
Las tortugas terrestres son básicamente herbívoras, sin embargo muchas de ellas comen carne, estas tienen una alimentación omnívora. Más específicamente, son reptiles vegetarianos, porque el predominio mayor de la ingesta es de vegetales, 90% y solo 10% de frutas. La carne la consumen porque requieren ese aporte de proteínas de origen animal.
Sus opciones son insectos, moluscos, ciertos gusanos y lombrices. Depende de lo que consigan y de sus gustos. El calcio es otro nutriente que deben consumir porque su caparazón y huesos lo ameritan para desarrollarse fuertes. Esto lo obtienen de frutos como higos secos, hojas de brócoli, acelga, perejil, espinacas entre otros.
Igualmente, si la tortuga habita en una familia como mascota, se le puede dar preparados basados en cascara de huevos u de otras fuentes que se consiguen en el mercado.
Si viven en libertad suelen comer varias veces al día durante los recorridos que hacen, no requieren de mucha cantidad. Si están a cargo de un dueño, se sugiere colocarles una sola porción de alimentos en la mañana y que ellas lo ingieran a lo largo del día según su necesidad.
En cuanto al consumo de agua, no suelen ingerir suficiente; por esto es pertinente la dieta en vegetales con alto contenido acuoso para suplir la insuficiencia del vital líquido.
Un alto porcentaje de las tortugas de tierra viven en terrenos áridos, de fuertes y prolongados veranos, como desiertos con presencia de una vegetación seca. Una proporción menor, se encuentran en zonas tropicales como bosques húmedos.
Aun cuando no están capacitadas para vivir en el agua optan por lugares donde tengan cerca algún pequeño espacio acuático donde se hidraten, refresquen y consigan algún alimento. Sus baños son muy ocasionales.
Si se encuentran en cautiverio, lo indicado es acondicionarles el ambiente con las condiciones climáticas acordes a sus necesidades para garantizarles la salud e incluso su vida. Es una forma de terrario adaptado, que cuente con una temperatura y luminosidad específicas, y una alimentación acorde a su gusto y requerimientos.
Las tortugas terrestres están distribuidas por casi todo el planeta. En países del continente Americano, principalmente en el centro y sur las vemos en Argentina, Colombia, Venezuela, puerto rico, costa Rica, Ecuador, Panamá, Guayana, Brasil, Paraguay. En Europa, al sur desde España hasta Rumanía, abarcando las extensas islas Baleares, Cerdeña, Córcega, Sicilia.
España es el país con mayor riqueza de especies y poblaciones, se diseminan en poblaciones divididas desde Cataluña hasta la Comunidad Valenciana. También se encuentran, en menor proporción en Asia y en África, por Chad, Mauritania, Senegal, Níger, Etiopía, Malí.
Las tortugas terrestres son ovíparas. La madurez sexual es alcanzada por la hembra a partir de los 8 años, algunas se retardan hasta los 12 años. Estando es su hábitat natural la reproducción ocurre en el periodo de primavera y el verano; en estas fechas las condiciones del ambiente son menos hostiles.
El lapso de incubación es de 2 a 3 meses. Ponen un promedio de 8 huevos. La madre ubica el lugar con las condiciones adecuadas para hacer pequeños huecos, más o menos de 10 cm. Los hace apoyándose en las patas posteriores, allí deja caer el huevo y lo cubre nuevamente con la tierra. Cuando nacen miden aproximadamente de 3 a 4 centímetros de longitud total.
Expertos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)., señalan que más del 50% de las especies de tortugas de tierra está en peligro de extinción. Este alto porcentaje las ubica como uno de los animales vertebrados con mayores poblaciones en riesgo.
La amenaza principal de las tortugas de tierra es la acción humana; son los hombres quienes atentan constantemente contra su libertad y hábitats. Las cazan indiscriminadamente sometiéndolas a un cautiverio ilegal, poniendo en riesgo su reproducción y propagación futura de la especie.
Sus hábitats naturales son destruidos o vulnerados de tal manera que imposibilita que puedan vivir, desarrollarse y reproducirse tranquilamente. Además tienen depredadores como perros, gatos salvajes, cocodrilos, lobos y otros animales que se comen a los huevos.
Del Valle, Numiralda. (2021). Tortuga de tierra. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/tortuga-de-tierra/
