Águila real
El águila real (Aquila Chrysaetos) o águila caudal, pertenece a la familia Accipitridae y es uno de los ejemplares más conocidos en todo el mundo. Ha sido admirada desde la antigüedad, por su habilidad para la caza, velocidad y extraordinaria visión. Por su fuerza y poder se ha convertido en un símbolo mítico, religioso, político y militar. De hecho, se le ha añadido en escudos de casas nobiliarias, imperios y naciones. Actualmente, aparece en los emblemas de Alemania y México.
Es un ave rapaz, depredadora y de costumbres diurnas. Suele ser silenciosa, aunque en ocasiones emite un silbido fino que resuena en las altas montañas. Durante su vigoroso vuelo mantiene las alas extendidas levemente en forma de V. Alterna de seis a ocho batidos de alas con planeos rectos. En esa faena logra desarrollar una velocidad impresionante, llegando a superar los 200 km/h. En su estado natural puede vivir hasta 45 años. Actualmente se reconocen seis subespecies.
Es una ave de extraordinarias proporciones y silueta proporcionada. Puede medir entre 76 y 96 cm de largo y pesar de 2,9 a 6,75 kg, siendo la hembra más grande y robusta que el macho. La envergadura de sus alas va de180 cm a 230 cm. Su plumaje es pardo oscuro, pero se torna dorado en la nuca y el cuello, blanco al final de la cola, y grisáceo por debajo de las alas. La punta de éstas tiene largas plumas en forma de dedos, que le dan una apariencia redondeada. Gracias a ello reduce el roce y mantiene mayor control durante el vuelo.
Sus patas están cubiertas de pluma y están dotadas de unas garras grandes, afiladas y fuertes de color amarillo. Su pico también es amarillo, grande, afilado y curvado hacia abajo, con una tonalidad neguzca en la punta.
Aunque en algunas ocasiones consume carroña, el águila real prefiere cazar sus presas en lugar de ingerir la carne descompuesta de un animal en cuya caza no haya participado. Elige mamíferos de diversos tamaños, como ardillas, liebres, conejos, nutrias, zorros, crías de ciervos, réptiles y pescado. En esencia, se alimenta de todo aquel animal que sus poderosas garras le permitan capturar.
Su excelente visión le permite detectar la presa a kilómetros de distancia. Se lanza a la captura a una velocidad que supera los 100 km por hora, propiciando un ataque generalmente mortal. Suele cazar junto a su pareja. De allí que si la presa logra escapar del primer águila, las probabilidades de que escape de la segunda son casi nulas.
Se encuentra distribuida en todo el hemisferio norte, en gran parte de América del norte, a través de Eurasia y el norte de África, en el sur de Etiopía, las islas del mediterráneo, Gran Bretaña y Japón.
Se desenvuelve en zonas montañosas, rocosas, acantilados, páramos, colinas, llanuras, tundras, pastizales, praderas y desiertos. El territorio de un águila real normalmente abarca unos 100 km cuadrados.
Gusta de terrenos abiertos, donde pueda sobrevolar con libertad, pero que sean de difícil acceso para los humanos. También prefiere espacios amplios donde pueda visualizar su presa desde las alturas y establecer sus nidos lejos de depredadores.
No es un ave que acostumbre a emigrar, aunque en época de reproducción y anidación las que habitan en zonas muy frías suelen irse a regiones más cálidas. Tiene una gran capacidad de adaptación, pudiendo vivir en cualquier continente, a excepción del antártico.
Alcanza la madurez sexual a los 4 años de edad. Se reproduce una vez al año entre enero y marzo. Al ser un animal ovíparo, se múltiplica a través de huevos. Tras el apareamiento, la hembra pone de una a tres unidades, raramente cuatro. La incubación es realizada por la pareja, pero es la hembra quien dedica más tiempo a la tarea.
Los huevos tienen forma puntiaguda y son de color blancuzco, aunque algunos poseen manchas marrones. Son incubados de 41 a 45 días, hasta la eclosión. Si hay más de un huevo en el nido, éstos se abren con una diferencia de hasta cuatro días. Los pichones nacen con los ojos cerrados y recubiertos por un plumón blanco, que es sustituido por plumas a partir de las cinco semanas.
Cuando nace más un de pichón, el más joven y débil muere, ya sea porque lo elimina el más grande, lo que se conoce como cainismo, o porque es desatendido por sus padres, garantizando así la supervivencia del más apto.
El águila real es un ave monógama. Efectúa un ritual mediante el cual demuestra sus aptitudes para la caza y defensa del territorio. Realiza vuelos en ondas, simulaciones de persecuciones con giros impecables, descensos en picada y demostraciones de garras. Una de las acrobacias del macho consiste en dejar caer una piedra y lanzarse en picada para atraparla en el aire. A este espectáculo se une la hembra para hacer vuelos en círculos y descender juntos. Luego que la fase de cortejo ha logrado su objetivo, la nueva pareja se prepara para escoger el lugar donde harán su nido.
Cuando los pichones nacen, la hembra les da una pasta que regurgita en su buche y que contiene enzimas y bacterias que fortalecen su salud. Durante las siguientes dos semanas, ella les atiende mientras el padre caza para proporcionar la comida necesaria. Luego, ambos padres se encargan de alimentarlos por unos 45 días, incorporando más aves que mamíferos en su dieta.
Los pichones realizan su primer vuelo entre los 60 y 70 días. Comienzan a explorar el territorio y a corto plazo abandonan el nido, pero siguen cerca de sus padres por tres meses más. En ese lapso aprenden a cazar y a ser independientes, para después separarse por completo. A los seis meses de vida ya son considerados águilas reales jóvenes, y viajan unos 60 kilómetros para establecer su nuevo territorio.
El nido está construido a base de ramas, maleza, musgo y hojas. Son reforzados constantemente en cada periodo de reproducción, llegando alcanzar hasta tres metros de alto, dos metros de ancho y 250 kg de peso. La pareja tiene más de dos nidos distribuidos en su territorio, y los alternan anualmente.
Ambos miembros de la pareja participan en la construcción del nido, pero la hembra dedica más tiempo a la obra. La ubicación es estratégicamente seleccionada con el fin de proteger a sus huevos y crías de os depredadores. Por lo general los ubican en lugares de complicado acceso, como cornisas de acantilados rocosos, copas de árboles altos y salientes rocosas.
El águila real, como el resto de las aves, tiene un sistema respiratorio muy eficiente que le confiere la capacidad de mantener aire fresco y rico en oxígeno en sus pulmones, para cubrir las altas exigencias metabólicas y energéticas del vuelo. En el proceso de respiración participan bolsas de aire o sacos aéreos anteriores y posteriores, que son propios de las aves.
Se necesita de dos respiraciones completas para que el aire entre y salga del cuerpo de las aves. En la primera respiración el aire entra a través de los aberturas nasales que se encuentran en el pico, va a los bronquios y pasa a los sacos aéreos posteriores, donde se almacena. Al expirarpasa a los pulmones, donde se extrae el oxígeno, y el aire que posee dióxido de carbono se aloja en los sacos aéreos anteriores, siendo expulsado al exterior en la segunda respiración.
Las poblaciones actuales de águila real se encuentran estables. Prácticamente no tienen depredadores naturales que puedan poner a la especie en peligro de extinción. Al contrario, estas aves son de los principales depredadores naturales de su territorio.
Sin embargo, su mayor amenaza es el ser humano. Se han visto afectadas por la pérdida de su hábitat, debido a las construcciones de infraestructuras, urbanismos e instalación de tendidos eléctricos. La caza deportiva, el tráfico ilegal, la destrucción de sus nidos y el robo de huevos también les ha afectado.
Esta especie está protegida en algunos países como Estados Unidos y México. Se encuentra marcada como “casi amenazada” en el Libro Rojo de las Aves de España (2004) y se incluye en el listado de especies silvestres en régimen de protección especial.
Castro, Laura. (2019). Águila real. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/aguila-real/
