Tortuga laúd

Nombre científico: Dermochelys coriacea
Tortuga laúd » Características, qué come, hábitat, reproducción, extinción

La tortuga marina de mayor tamaño en el planeta es, sin duda, la tortuga laúd. Puede alcanzar tres metros de longitud y una tonelada de peso, convirtiéndose así en una de las especies más asombrosas del reino animal. Es casi tan antigua como los dinosaurios, pero a diferencia de éstos, no se han extinguido. Aún anidan y eclosionan en aguas tropicales y subtropicales.

¿Qué es la tortuga laúd?

La tinglar, baula o tortuga laúd, es el único reptil sobreviviente de la familia Dermochelydae. Su suave caparazón ha sido comparado con un caucho, sus aletas frontales con alas y su inmensa cabeza cónica con proyectiles de artillería.

Este animal existe desde hace 100 millones de años, incluso antes de que el T. rex se convirtiera en el más potente depredador. Para muchos investigadores representa el más claro ejemplo de supervivencia. Y cómo dudarlo, si es capaz de recorrer los océanos a nado, sumergirse a más de mil metros de profundidad y mantener su cuerpo caliente en aguas a punto de congelación.

¿Cuál es su taxonomía?

Su nombre científico es Dermochelys coriácea y forma parte del renio animalia. Se cree que fue registrada por el científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco Carlos Linneo, en 1766. Algunos de sus datos taxonómicos son:

¿Cuáles son las características de la tortuga laúd?

De todas las tortugas existentes, la tortuga laúd es la única que no tiene caparazón duro. En los adultos, la longitud curva de dicha corteza oscila entre los 150 y 160 cm, aunque se ha determinado que el tamaño de la población del Pacífico puede ser menor que la del Atlántico africano y la del Gran Caribe.

Su piel puede ser negra o gris oscura, moteada en blanco, si es macho, o rosa si es hembra. Solo en sus primeras semanas de vida desarrolla escamas. Luego forma siete crestas o quillas de diseño aerodinámico y flexibles, bastante llamativas.

Su cabeza es grande, y puede representar el 20% del tamaño de su caparazón. En ella alberga un pico en forma de gancho, que resulta apto para atrapar presas gelatinosas. Alrededor de éste muestra bigotes y barbas que apuntan hacia la garganta y, fundamentalmente, le ayudan a tragar.

Su cuerpo no es redondeado, como el de la mayoría de las tortugas. Al contrario, forma una sutil curvatura que se va afilando hacia la cola. En él desarrolla unas aletas frontales, planas, de unos 2,7 metros. Y otras traseras, parecidas a unas paletas, que favorecen sus largos viajes en mar abierto.

¿Cómo es su comportamiento?

Aparentemente, estos animales tienden a ser bastante solitarios. Las interacciones entre dos individuos de distinto sexo, no suelen exceder los 11 minutos. En ese tiempo el macho corteja a la hembra, y éstas alargan la duración del buceo en un gesto muy evasivo.

Pese a los innumerables intentos, aún no se ha podido descifrar completamente el comportamiento de la tortuga laúd en sus desplazamientos oceánicos. Las más jóvenes nadan más lentamente, pero la velocidad de su recorrido va aumentando conforme pasan los años y avanza su desarrollo.

Las hembras solo salen del agua para anidar. Su estancia en tierra firme puede prolongarse por dos horas, pero no siempre resulta placentera. En los lugares donde no existe un control o supervisión exhaustivo, su travesía puede verse afectada por la presencia de restos vegetales o basura que, a su vez, entorpecen la marcha de los neonatos hacia el mar.

¿Qué come?

La medusa es el alimento preferido de la tortuga laúd. Pero también puede saciar su apetito con algas, peces pequeños, calamares, crustáceos y erizos. Se dice que la cantidad diaria ingerida, puede ser similar a la de su propio peso. Desafortunadamente, la contaminación marina se ha convertido en un factor de riesgo para este animal. Decenas de individuos han muerto por la ingesta de plástico, hilos o redes de pesca.

¿Cuál es su hábitat?

La tortuga laúd tiene una sorprendente capacidad migratoria. Se le puede hallar en latitudes altas durante las estaciones cálidas, y en aguas tropicales durante las épocas más frías. Recorre miles de kilómetros en búsqueda de alimento, con tiempos de buceo de hasta 15 minutos, en profundidades de 200 a 1000 metros.

Distribución

En casi todos los mares del mundo es posible hallar tortugas laúd. Se suelen ver en aguas templadas, tanto del oriente como del occidente de Estados Unidos y Canadá. En verano se avistan desde el golfo de Maine, al norte, hasta Florida, en el sur. Las especies del océano pacífico suelen desenvolverse por Hawai, pero al acercase el invierno se dirigen al mar Caribe y las regiones costeras de América del Sur y África. Se sabe también que las poblaciones del este de Asia van a Indonesia, Australia y el oceánico Indico

Esporádicamente, se han visto tortugas laúd en las costas de Noruega y en el mar británico. Y se sabe, además, que los especímenes que anidan en playas de México y Panamá, tienden a migrar hacia las islas Galápagos, donde hay aguas ecuatoriales.

Excepto en los polos, las tortugas laúd están presentes en todos los océanos. Cuando se acerca el invierno, salen de su territorio habitual en búsqueda de lugares más cálidos.

¿Cómo se reproduce la tortuga laúd?

La tortuga laúd alcanza su madurez sexual a los 10 años. Cada tres o cuatro años se aparea en el agua. Y, curiosamente, varios machos pueden copular con la misma hembra. Quizás por eso, este espécimen sea capaz de soltar hasta 100 huevos en una sola postura. De ellos, unos 70 suelen ser grandes y fértiles, y el resto solo servirán de resguardo a los que sí eclosionan.

Los especialistas creen que la hembra pudiera exudar una feromona que indica a los machos su “disponibilidad” reproductiva. Al encontrarla, el macho mueve la cabeza y las aletas, y recurre a los mordiscos y toques de hocico para intentar acercarse a ella. Para poder copular, debe montarse encima de ella por la parte trasera, por lo que la fertilización es interna.

Su desove es todo un espectáculo. Y aunque no siempre cuentan con público o espectadores, hay decenas de escritos y videos que documentan el mágico momento. ¿Cómo lo hacen? Como unas guerreras. Decididas e impetuosas, las hembras emergen de las olas y se van abriendo paso sobre la arena hasta encontrar el mejor sitio para excavar.

Toda su fuerza se centra en las aletas posteriores que, a modo de palas, utiliza para abrir el pozo donde depositarán entre 80 y 110 huevos. Exhaustas, pero con un instinto protector, tapan la fosa, aplanan el terreno y recorren de dos a tres metros, dejando huellas falsas a sus depredadores. Al concluir la faena regresan al mar, casi siempre bajo la expectante mirada de especialistas que intentan cuidar el proceso para llevar a buen término la eclosión.

El período de incubación es de unos 60 días. Los huevos se abren debajo de la arena y, luego, todas las crías cavan su camino hacia la superficie para marchar juntas hacia al mar. Al llegar al océano no suelen volver a verse, hasta que alcanzan la madurez. Desafortunadamente, no todas sobreviven.

¿Está en peligro de extinción?

La tortuga laúd sí está en peligro de extinción. La contaminación de los mares, la presencia de residuos tóxicos, la captura intencionada o accidental y la depredación de los nidos son factores de riesgo latente. Muchas de ellas mueren por la ingesta de plásticos que son confundidos con medusas. Los individuos del Pacífico han sufrido un declive bastante significativo. De hecho, se estima que podrían desaparecer en los próximos 30 años.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la define en “Peligro crítico”, por lo que se ha incluido en diversos listados internacionales de protección. Pero tristemente, las tortugas laúd siguen falleciendo ahogadas tras enredarse en redes de pesca, asfixiadas por bolsas plásticas, golpeadas por barcos e incluso cazadas antes o después de la eclosión.

¿Cuáles son las curiosidades de la tortuga laúd?

¿Cómo citar este artículo?

Castro, Laura. (2021). Tortuga laúd. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/tortuga-laud/

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  • Escrito por: Laura Castro
  • Categoría: Biología