Boecio
Boecio fue un célebre filósofo y político del último período romano. Tradujo y comentó las principales obras de Platón y Aristóteles, fuente principal del conocimiento hasta el siglo XII. Creó un vocabulario filosófico latino. Hizo análisis sobre lógica y dialéctica. Escribió sobre música, aritmética, geometría, astronomía y teología, entre otros temas. Su última y más emblemática obra es De consolatione philosophiae, escrita con matices de estoicismo. Fue escrita en la cárcel. Boecio fue ajusticiado en el primer tercio del siglo VI por Teodorico El Grande.
Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio, popularmente conocido como Boecio, fue un destacado filósofo, político y poeta latino, nacido en el siglo V. Figura del neoplatonismo. Fundador de la filosofía cristiana de occidente. Es también llamado “el último romano, el primer escolástico”. Se interesó por el estoicismo y las ciencias exactas.
Autor de De consolatione philosophiae, Sobre la consolación de la Filosofía, obra que contiene elementos de ética cristiana, de gran influencia en la época medieval. Hombre de confianza de Teodorico El Grande. Obtuvo en la política un éxito rápido y único, que “injustamente” lo condenó a la cárcel y luego a la muerte. La ciudad de Pavía, lugar de su fallecimiento, lo recuerda como mártir de la fe católica. En 1883 se confirmó su estatus de santo, su día se celebra el 23 de octubre.
Boecio fue una de las figuras más significativas de los siglos V y VI, podría decirse de toda la Edad Media. Fue para la escolástica la principal autoridad en lógica, hasta la traducción en latín del Organon de Aristóteles en el siglo XIII. En su obra realiza la distinción entre “todo el ente” y “aquello que hace que el ente sea”, noción fundamental en la corriente teológica y filosófica medieval.
Definió la eternidad como “perfecta posesión de una vida interminable toda ella junta y de una vez”, concepto que se ha mantenido en el tiempo.
Destacó en lo político por sus acciones en favor del acuerdo y la unidad entre romanos y godos. Causa interrumpida por el revés de Teodorico, las acusaciones hechas contra su persona y consecuentemente, su muerte.
Boecio nació en el año 480 en Roma, para entonces Reino de Odoacro. Su madre pertenecía a la gens Anicia, familia de renombre que abrazaba el cristianismo y prestaba servicios al Imperio romano. No se precisa su nombre. Su padre era Flavio Manlio Boecio, quien llegó a ser cónsul en el año 487 y murió cuando Boecio era muy joven. Su educación quedó a cargo del senador y patricio romano Quinto Aurelio Memio Símaco, hombre de vasta cultura.
De la mano de su preceptor y amigo adquirió perfecto conocimiento del griego. Estudió retórica y filosofía, y se dedicó a traducir al latín obras de Platón y Aristóteles, equiparando sus respectivos sistemas filosóficos.
Boecio se casó con Rusticiana, hija del senador Quinto Aurelio Símaco, con quien tuvo dos hijos: Flavio Símaco y Flavio Boecio. Estrechó así los lazos con su admirado maestro. Su relación y formación lo acercó al ámbito político, donde ascendió rápidamente, como rápido fue su descenso. Boecio defendió en Verona a senador Albino, quien había sido acusado de traición en favor del emperador bizantino Justino I. Esto, junto a su notable influencia en el quehacer político de la época, valió para que fuese vilipendiado, acusado de traición, encarcelado y condenado a muerte.
Boecio nació a finales del siglo V, en el que el Imperio romano entró en franco detrimento. El Imperio romano de occidente se derrumbó en el 476 tras las invasiones bárbaras. Mientras el Imperio romano de oriente entró en una fase de mutación que lo llevaría a convertirse en el Imperio bizantino. El período que le continuó fue llamado “el siglo de Bizancio” y representó el inicio de la Edad Media.
El paso de la Edad Antigua a la Edad Media se desarrolló de forma gradual y produjo una serie de cambios culturales, políticos, sociales y económicos. Representó la desaparición de la ciudadanía romana, la descomposición de las estructuras centralizadas romanas y la sustitución de la cultura clásica por el teocentrismo cristiano o musulmán.
El pensamiento de Boecio se adscribe al neoplatonismo, fue uno de principales representantes. Sin embargo ha de destacarse su acentuado eclecticismo, la selección de ideas y valoraciones filosóficas de otras escuelas conforme a criterios determinados. Esto justifica su relación con el estoicismo y su inclinación por las ciencias exactas.
Boecio aportó la noción de substancia al concepto filosófico de persona, debatido en la Edad Media y fundamental en el desarrollo de la teología. En su obra Sobre la persona y las dos naturalezas, expresa “la persona es una substancia individual de naturaleza racional”. Y partiendo de una ontología de la esencia, postula de manera explícita que la persona debe ser definida dentro de la naturaleza esencial. Para él, persona no es otra cosa que la individualidad de una naturaleza racional.
La filosofía, según Boecio, trasciende a la naturaleza humana. Consiste en la búsqueda de algo perenne, la búsqueda de la sabiduría, del conocimiento teórico y práctico, y el amor a Dios. Los hombres, son seres dotados de razón y como tales poseen la facultad de libre elección. No obstante, la libertad consiste en el sometimiento del individuo a la Providencia Divina. Y la esclavitud, en la inclinación del individuo a las pasiones y el mundo sensible.
Boecio hizo asequible al mundo occidental las fuentes griegas del saber, mediante las traducciones de tratados filosóficos. Tradujo Las categorías, De interpretatione y otros textos lógicos de Aristóteles. También la Isagoge o Introducción a Las categorías de Aristóteles, escritas por el filósofo neoplatónico Porfirio. Y las artes del cuadrivio: matemáticas, aritmética, música, geometría y astrología. Aportó a las escuelas de su tiempo importantes obras grecorromanas para la investigación.
Otro aporte significativo a la cultura y el pensamiento europeo, fue su obra De consolatione philosophiae, uno de los libros más leídos de la Edad Media. Tan citado como la Biblia y Regla de los monasterios de San Benito de Nursia.
En relación al conocimiento, Boecio niega la doctrina aristotélica de los universales. Se resiste a creer que el intelecto es pasivo y receptor de ideas del mundo sensible. E hizo una adaptación de la doctrina platónica de las ideas innatas, según la cual el conocimiento se torna independiente del mundo sensible. Considerando a este último sólo un detonador.
Para Boecio, a diferencia de Platón, las ideas no se encuentran en un mundo ideal, hiperuranio, sino en la mente de Dios. Distingue un conocimiento dirigido a los objetos de la razón, inteligibles, de un conocimiento que refiere a los objetos del pensamiento puro, intelectibles. Explica que todo ente busca el bien como finalidad ontológica, al tiempo que identifica a la unidad de Dios con la verdad y el bien trascendental. El conocimiento innato de Dios, intelectible por excelencia, coincide con la tendencia natural orientada a encontrar la felicidad y beatitud perfectas.
Nacido y criado en el seno del patriarcado romano, Boecio tomó parte activa en la vida política de su tiempo. Fue cónsul ordinarius en el año 510, magister officiorum (primer ministro) del rey de los ostrogodos Teodorico El Grande en el 522. Ese mismo año nombró a sus dos hijos, Flavio Símaco y Flavio Boecio, cónsules.
Su poder despertó el celo del partido filogótico. Cipriano, funcionario en la corte real gótica y referendarius nombrado por Teodorico, lo acuso de conspirar a favor del Imperio bizantino. Esto provocaría su caída en desgracia y la muerte. Boecio fue encarcelado, torturado y decapitado en el Ager Calventienus, al norte de Pavía.
De consolatione philosophiae es sin duda la obra más conocida de Boecio. Se cree fue escrita en la cárcel, durante el año que antecede a su ejecución. Reside en el diálogo entre Boecio y Filosofía, esta última un personaje imaginario que habla a Boecio sobre destino, justicia, consuelo y recompensa. Expone que la verdadera felicidad consiste en el desprecio de los bienes de este mundo y en la posesión de un bien imperecedero. Bien que concuerda con el concepto de la Divina Providencia.
Boecio realizó además traducciones y comentarios de las obras de Aristóteles. Y escribió De Arithmetica, De Musica, De Divisionibus y Opuscula theologíae, esta última obra integrada por cinco libros. Durante siglos se dudó de la autenticidad de sus obras teológicas, por no tener antecedentes en el uso de la terminología cristiana. Fue en 1877 tras el estudio de la obra de Casiodoro, cuando se dio veracidad a la autoría de Opuscula. Casiodoro cita a Boecio y le atribuye el Librum de sancta Trinitate et capita quaedam dogmatica.
Torrealba, Adriana. (2021). Boecio. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/boecio/
