La música es la expresión del arte que va más allá de la estética. Es la fusión de melodías, armonías y ritmos que compone una pieza académica o popular, capaz de elevar el espíritu, transmitir emociones, generar bienestar. Está estrechamente ligada al placer y desarrollo de la actividad motora. Fomenta la creatividad, y potencia la concentración, la percepción auditiva, el lenguaje y la socialización. Es expresión sublime de los valores y culturas de los pueblos. Conecta a multitudes a un mismo son. Se presenta en infinidad de géneros y estilos.
La música es un arte, el arte de las musas según la etimología de la palabra. Es la combinación melodiosa, armoniosa y rítmica de sonidos vocales e instrumentales. Un producto cultural con características y elementos definidos, que se manifiesta en infinidad de géneros. Cumple funciones primordiales en el desarrollo cognitivo del hombre, libera dopamina en el cerebro, comunica sentimientos y ofrece grandes beneficios a la salud.
Es “sonoridad organizada”, “producto humano en el que prevalece la función estética”, “formulación perceptible, coherente y significativa”, “combinación de sonidos agradables al oído”. Existen tantas definiciones de la música como culturas, todas válidas en su contexto histórico, geográfico, social y psicológico.
La música resulta de la concatenación de sonidos agradables y significativos que se producen a través de las cuerdas vocales y/o la ejecución de instrumentos. Un compositor crea el leguaje rítmico y sonoro que alguien más o él interpreta; una pieza musical puede tener más de un compositor y variedad de intérpretes. Como todo sonido, se propaga por el aire y por medio de mecanismos especialmente creados para su captura, arreglo y difusión.
Cuatro parámetros básicos o cualidades definen la música: altura, duración, intensidad y timbre. La altura hace referencia a los ciclos de vibraciones por segundo o hercios que se emiten, y su frecuencia. De acuerdo a esta, los sonidos son clasificados como graves y agudos, bajos o altos. Lo siguiente es el tiempo que duran las vibraciones que producen un sonido. La duración es igual a los segundos que contenga la onda sonora.
La fuerza con la que se produce el sonido define la intensidad o amplitud de la onda. El timbre está determinado por la forma y amplitud de la onda. Este carácter permite distinguir las voces e instrumentos que componen la música, aunque lo hagan con la misma altura, tiempo e intensidad.
La música es una manifestación cultural universal, que nació con el ser humano. Su origen no se circunscribe a ninguna época o sociedad específica. Es tanto o más antigua que el lenguaje verbal. El hallazgo de flautas hechas con huesos de animales, entre restos fósiles, demuestra su existencia hace más de 30 000 años. Se especula fue creada entonces para acompañar ritos de apareamiento y estimular el trabajo colectivo, antes y ahora influye en el control y ejecución de movimientos.
Más cercanos en la historia, son los instrumentos de percusión y de cuerda utilizados por la civilización sumeria, en Oriente Medio, en el año 3000 a.C. También el arpa, el oboe, los tambores, y las escalas de sonidos, empleadas en el Imperio Nuevo de Egipto, cerca del 1550 a.C.
Con frecuencia se hace alusión a los griegos como el punto de partida de la historia de la música. Los helenos concedían gran valor educativo y moral a la expresión del arte, la vinculaban con la poesía y la mitología. Sus tratados se extendieron a Occidente, donde la música evolucionó de la mano del pensamiento religioso medieval.
En Oriente y Occidente, la música desarrolló en cada período de la historia nuevos estilos, registros y sensibilidades propias de la cultura general y local.
La música está constituida por tres elementos fundamentales: melodía, armonía y ritmo.
La música cumple funciones varias en el desarrollo del ser humano. Quizás la más conocida sea la función estética, seguida de la semántica cultural en la que se revelan períodos históricos, lugares, culturas, códigos convencionales y géneros. Ocupa también un lugar importante en la definición de estructuras, tiempos y narrativas. Se emplea como Leitmotiv, repitiéndose y desarrollándose de distintas formas en una composición o en un contexto.
Cumple además funciones psicológicas, transmite sentimientos, describe, caracteriza y puede llevar al individuo a una interiorización subjetiva. La música se compone a través de complejos y sorprendentes mecanismos neuronales, está estrechamente ligada al cerebro y sus funciones. El sonido entra por los oídos hasta el tronco cerebral y viaja en forma de impulsos que permiten la percepción y almacenamiento de la música. Genera respuestas fisiológicas.
En términos académicos, el género musical es una categoría que reúne composiciones afines en cuanto a su función e instrumentación. La música es según su función: religiosa, profana, de danza, dramática, incidental, cinematográfica; y según la instrumentación: vocal, instrumental, pura o abstracta, y programática.
En términos no académicos, comerciales, creados por las sociedades de autores o de críticos, el género es similar al estilo musical. Se define por el contexto geográfico, histórico o social y el contenido del texto que acompaña la ejecución de los instrumentos. Los géneros musicales que responden a estos criterios son 3: clásico, folklórico, y popular.
La música culta o clásica requiere dominio teórico, estético y estructural, se estudia por lo general en conservatorios. La tradicional o folklórica transmite los valores y la cultura de un pueblo, viene de generación en generación y se aprende al margen de la academia.
La música popular no es docta ni tradicional, no se identifica o circunscribe a un punto de la geografía, pero igual requiere de habilidades musicales. Esta última se interpreta, comercializa y difunde más ampliamente que el resto, gracias a los medios de comunicación. Tiene muchos adeptos por la sencillez y corta duración de sus formas.
La mejor época de la música se ubica entre las décadas de los 60 y los 90, con piezas mundialmente reconocidas, recordadas y tarareadas por las viejas y nuevas generaciones.
Los años 60 con más renombre, por la preeminencia de los Beatles, Rolling Stones, Aretha Franklin y Marvin Gaye, entre otros grandes. Los 70, 80 y 90, destacan por temas que se mantienen en la memoria colectiva. Entre ellos “When A Man Loves A Woman”, de Perey Sledge; “Baby Come Back”, de Player; y “The Tide is High” de Blondie.
No debe subestimarse el poder de la música sobre las emociones. Transmite sentimientos de alegría, ansiedad, belleza, desafío, diversión, erotismo, miedo, molestia, relajación, tristeza, triunfo, sueño, tiene inclusive un efecto energizante.
Es el lenguaje universal que a todos conmueve, inclusive a aquellos que no tienen la capacidad de entender sus letras. La música es ideal para la terapia emocional y especialmente para el trabajo con adolescentes, sirve como medio de expresión. Hay –de hecho- diferentes grados de emociones relacionados a la música, experiencias subjetivas que se desprenden de las múltiples culturas.
La música afecta la química del cerebro, al igual que la comida, el sexo y las drogas contribuye a la liberación de dopamina, neurohormona que produce placer. Estimula un circuito cerebral subcortical en el sistema límbico, específicamente el núcleo caudado y el núcleo accumbens, y sus conexiones con el área pre frontal, estructuras cerebrales que gestionan las respuestas fisiológicas.
La música influye además en los procesos de aprendizaje, el procesamiento del lenguaje y el razonamiento matemático. En el comportamiento, la actividad motora, el sueño, el humor y la atención.
Cuando se escucha música el cerebro se activa en distintas áreas, es más eficiente que cualquier otro estímulo humano. La música activa el córtex pre frontal, cerebelo, lóbulo temporal, córtex frontal izquierdo, córtex parietal izquierdo y el cerebelo derecho. Igual el área de Wernicke, área de Broca, córtex visual, córtex motor y las respuestas emocionales.
La música puede mejorar el aprendizaje de idiomas, la creatividad y la felicidad. Ayudar en el tratamiento de algunos desórdenes neurológicos, como el Alzheimer, Parkinson y Autismo. También tiene efectos curativos, calma el dolor, la ansiedad, acelera la sanación y aumenta el optimismo. Afecta el latido del corazón, el pulso y la presión, cambia la velocidad de ondas cerebrales, mejora el estado de alerta y bienestar general.
Los elementos repetitivos de ritmo y melodía forman patrones en el cerebro que contribuyen a mejorar la memoria y el ejercicio, aumenta la estimulación mental y física. Facilita la comunicación, la interacción con otros, la expresión de sentimientos como el miedo o la soledad. Tienen un impacto significativo en los signos vitales de bebés prematuros, las canciones de cuna ofrecen calma y voluntad.
Torrealba, Adriana. (2021). Música. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/musica/