Las proteínas son moléculas que tienen funciones imprescindibles para el desarrollo y correcto desempeño del organismo. Se consiguen a través de los alimentos, por lo que es importante consumirlas regularmente. Su carencia puede derivar en enfermedades y dolencias peligrosas para la salud. Estructuralmente resultan complejas y tienen varias clasificaciones. A menudo, con llevar una dieta balanceada se consigue la dosis necesaria de ellas.
Las proteínas son unas moléculas que poseen los seres vivos. Cumplen un rol vital en el cuerpo, pues ayudan a reparar y formar músculos y tejidos, entre otras funciones. Cuando nos alimentamos obtenemos diferentes aminoácidos y a partir de ellos se forman. Estos elementos nutricionales deben estar obligatoriamente en nuestra dieta, pues una ausencia o bajo contenido ocasiona fallas en la salud, especialmente durante el embarazo y el crecimiento infantil.
Las proteínas se distinguen de otras sustancias por las siguientes características específicas:
Principalmente, las proteínas poseen dos propiedades. Estas hacen que existan y que funcionen correctamente: la solubilidad y la estabilidad.
La solubilidad indica que cada molécula proteica posee un PH y temperatura definida que ocasiona enlaces estabilizados.
La estabilidad se refiere a que se encuentren estable donde se almacenan o cuando realizan su función. De esta manera su vitalidad será lo más extensa posible y no generará fallas en el organismo.
Otras propiedades están relacionadas con su carácter químico. Cada una de las proteínas juega un papel específico y distinto al que tienen cualquier otra molécula.
Las proteínas pueden actuar como básicos o ácidos (Amortiguación de pH) Electrolíticamente tienen la destreza de ir de un polo a otro (negativo y positivo)
Existen varias maneras de tipificar a las proteínas. La más generalizada las clasifica en dos grupos: Conjugadas (heteroproteínas) y Simples. Las últimas son aquellas que en su composición solo contienen aminoácidos o algún derivado de ellos. Éstas están divididas en esferoproteínas y escleroproteínas. Las conjugadas poseen además de aminoácidos otros compuestos. Entre ellos se encuentran las cromoproteínas, las glucoproteínas y las lipoproteínas.
De acuerdo a su forma se clasifican en globulares (con apariencia de esfera, compacta y capaz de disolverse en agua), fibrosas (no soluble en agua y de forma alargada) y mixtas (con partes tanto globulares como fibrosas).
Las proteínas intervienen en múltiples funciones del organismo. A grandes rasgos son responsables del contenido genético, estructura de las células y reacción química. Específicamente algunas de sus actividades son:
El consumo adecuado de proteínas tiene muchos beneficios.
Los alimentos con mayor contenido proteico son los de origen animal. Las carnes rojas y blancas, los pescados, los lácteos y huevos poseen elevadas dosis. En el mundo vegetal también se consiguen productos con un buen contenido de proteínas. Además, contienen menos grasas y resultan ligeros y saludables. Entre estos están los frutos secos, cereales como el arroz, las lentejas, frijoles, judías, garbanzos, la soja, la quínoa y el tofu.
Existen preparados industrializados de proteínas para su consumo. Estos vienen en polvo o líquido para preparar batidos o comidas. A menudo están elaborados a base de caseína, proteína de huevo o suero de leche.
El menú diario de una persona debería contener al menos un alimento rico en proteínas. Estas son fundamentales para la correcta nutrición. Muchos de sus aminoácidos son esenciales y solo se obtienen a través de las comidas. La ingesta resulta mucho más importante durante el embarazo y el crecimiento de los niños.
Cuando el organismo no posee la dosis mínima requerida de proteínas enferma. La anemia es una de las patologías más frecuente por su carencia. También pueden presentarse problemas en la piel, caída del cabello, uñas quebradizas y flacidez muscular. También cartílagos y ligamentos pueden verse afectados negativamente. Diabetes, gripas, virus y refriados son parte de las consecuencias por la falta de estos elementos.
Las proteínas de calidad, como las que se obtienen de carnes magras y vegetales, no engordan. En realidad, es muy difícil que las proteínas se conviertan en grasas. Es el exceso en la ingesta calórica lo que ocasiona el sobrepeso y la obesidad. Incluso, muchas dietas para adelgazar incluyen una mayor cantidad de proteínas para controlar el peso. Una mala combinación de ellas, comerlas con carbohidratos refinados y grasas es lo que puede llevar a engordar.
Las proteínas incrementan la masa muscular. Pero, esto se consigue si también hay un entrenamiento físico. Especialistas de la nutrición recomiendan a atletas y deportistas elevar el consumo proteico para hacer más grandes sus músculos. Esta debe obtenerse de carnes sin grasa (pechuga de pollo, de pavo, conejo y pescados azules). También de legumbres, vegetales y huevos.
A menudo se adicionan los batidos de proteínas antes y después del entrenamiento. En cuanto a dosis sugeridas, lo ideal es que por cada kilogramo de peso (mujer u hombre), se consuman entre 1,3 y 2,5 gramos diarios. Mientras más fuerte sea el ejercicio físico, mayor deberá ser la ingesta.
Cualquier persona es apta para consumir proteínas, pues son moléculas vitales. Lo ideal como con cualquier nutriente del organismo es un consumo moderado. Una reacción negativa a las proteínas se da solo si hay un exceso en su consumo. Si esto ocurre se eleva el pH del organismo. Igualmente, si se comen las que provienen de origen animal en abundancia puede elevarse el colesterol, pues se concentrarán las grasas saturadas que poseen. Ello podría devenir en enfermedades cardiovasculares, deficiencia renal, hepática y obesidad.
Cabeza, Nadiuska. (2021). Proteínas. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/proteinas/