Históricamente la cabra ha acompañado al hombre en su labor diaria y le ha servido de sustento y abrigo. También se puede afirmar que forma parte de sus tradiciones. Aunque desde hace muchos años se utiliza como ganado, anteriormente se les ofrendaba a los dioses y en algunas culturas fue representado en dibujos, canciones, literatura y en la religión. Simbólicamente el macho representa el poder, la energía y la creatividad, mientras que la hembra es la fertilidad y la abundancia. En el horóscopo chino está vinculado a la honestidad. Su relación ancestral con el hombre continúa hoy siendo fundamental en la lucha contra la pobreza, pues es innegable su aporte para mitigar el hambre en el mundo.
La cabra, cuyo nombre científico es Capra aegagrus hircus, es un animal salvaje que fue domesticado hace aproximadamente 10 mil años. En muchos países se le conoce también como chivo o caprino. Fue introducido en América en el año 1493, por Cristóbal Colón.
A diferencia de otro ganado de doble propósito, su producción de carne y leche no han sido suficientemente explotadas en el mercado mundial, a pesar de su altísimo valor proteico. Expertos aseguran que en el caso de la leche puede suplir la materna.
Su distribución taxonómica es la siguiente:
El cuerpo de la cabra está cubierto por un pelaje corto, espeso, de variedad de colores, pintas o franjas que la hace muy peculiar. Los más comunes son los de tonos marrón, negro, beige, blanco o gris.
Además, se caracteriza por tener dos cuernos que la mayoría de las veces es de forma arqueada o espiral.
Tienen un promedio de vida entre 15 y 18 años. En su edad adulta pueden llegar a pesar hasta 140 kilogramos y miden aproximadamente 60 centímetros, ya que son de baja estatura en comparación con otros animales de granja, como la vaca.
Una de las características del macho es que despide un fuerte olor a través de sus glándulas sexuales, curiosamente ubicadas en la base de los cuernos.
Es muy ágil. Como otros ungulados sus patas están revestidas de una pezuña, lo cual le permite tener gran estabilidad para escalar zonas montañosas, rocosas o acantilados.
Gracias a sus papilas en forma de rectángulo puede tener una visión que duplica la del humano, de entre 320 y 340 grados. Esto le sirve para mantenerse alerta ante la llegada de cualquier depredador o poder observar cualquier otra cosa mientras come.
Es rumiante, es decir, su aparato digestivo tiene cuatro cavidades y su alimento pasa por diversos procesos de fermentación antes de convertirse en desecho. Puede mantener entre 16 y 20 litros de comida en uno de sus compartimientos, regresar a su boca para ser masticada de nuevo y devolverá a la siguiente cavidad mientras absorbe todos sus nutrientes. Suele durar casi todo el día pastando.
Desde que nace hasta que su cuerpo está en capacidad de digerir hojas, pasto, frutas, granos, avena y cebada el cabrito consume únicamente leche materna. El ramoneo es su forma natural de alimentarse
La cabra tiene una alimentación muy variada y principalmente vegetariana, extraída de una variedad conformada por al menos 500 plantas que la naturaleza le brinda. Pueden comer incluso las más espinosas, esas que otros herbívoros descartan. Las jóvenes y lactantes también consumen semillas de maíz, aunque en menor cantidad.
Aunque consumen poco líquido, deben estar cerca de bebederos naturales o artificiales de agua limpia. También absorbe la humedad que obtiene de los otros alimentos. Normalmente consume hasta 3% de su peso vivo, es decir, entre 3 y 10 kilogramos de alimento fresco al día.
Los chivos o cabras se adaptan a casi todas las condiciones geográficas y de clima, excepto a las temperaturas más heladas. Por lo general, se aglomeran en las zonas cálidas y montañosas. El mayor rebaño está localizado en Asia y Medio Oriente.
Prefieren estar lejos de pantanos, y se decantan por los terrenos escarpados donde se mantienen a salvo de los depredadores y pueden conseguir alimentos casi exclusivos para ellos porque difícilmente otro animal puede trepar tan alto.
Los rebaños para cría pueden estar fácilmente en terrenos que les garanticen pasto y el resto de los alimentos que ingiere para su desarrollo y producción de carne y lácteos.
Debido a la cantidad de cruces, en la actualidad se conocen al menos 60 tipos de razas de cabra alrededor del mundo. De acuerdo a su producción se dividen en lecheras y de carne.
Entre las más conocidas están la Criolla, Maltesa, Angora, Anglo Nubia, Saaenen, Toggenburg, Alpina, Boer, Española, Canaria y la Mancha Americana.
Cada una tiene características que la distinguen por su color, tamaño, peso y capacidad y calidad de su producción. De ello depende su comercialización en el mercado mundial de carne y leche.
Son muy prolíferos, se reproducen casi todo el año. Su población está creciendo rápidamente, en 2008 era de más de 1.000 millones.
La actividad sexual del macho empieza al primer año de vida, aunque lo recomendable es esperar al segundo año.
En el caso de la hembra el ciclo estral, lapso entre uno y otro celo, es de 21 días y se presenta cada 19 o 21 días. Para aparearse es necesario que alcance un peso de 40 kilos.
Es muy fértil y en algunos países tropicales el celo se presenta durante todo el año, aunque entre los meses de febrero y marzo disminuye el apetito sexual por la sequía.
El alumbramiento se produce a los cinco meses de gestación y en cada parto puede tener hasta tres crías. Todo esto va a depender de su genética y alimentación. El periodo de lactación dura 10 meses.
En la actualidad, existen pocos indicios para pensar en la posible extinción de la cabra doméstica, pero no por ello se pueden obviar algunos riesgos que estarían tanto en su hábitat natural como en cautiverio.
En cualquiera de los casos están siempre alertas ante algunos depredadores o animales que pueden matar a las cabras adultas y sus crías. Zorros, perros, águilas y coyotes son algunos de esos carnívoros.
Se estima que hay cerca de 800 millones de cabezas de ganado caprino en el mundo. Solo algunas que permanecen salvajes en Irán y Turquía están amenazadas por la caza ilegal y la desaparición de su hábitat natural
También hay algunas denuncias de posibles riesgos de extinción, específicamente en Europa de la raza Blanca Celtíberica, reconocida como autóctona de la Cordillera Ibérica, destinada exclusivamente a la producción de carne, así como de la cabra de Guadarrama de Madrid, para lo cual están solicitando apoyo oficial para su preservación.
Mientras en el documento emitido por el programa de Política Agrícola Común de Europa del año 2020 se incluyó entre las más vulnerables las razas Las Mesetas, Azpi Gorri, Bermeya, Blanca Andaluza o Serrana, Gallega, Ibicenca, Mallorquina, Majorera, Moncaina, Negra Serrana, Payoya, Pirenaica, Retinta, Verata, Rasquera, Tinerfeña y Palmera.
La idea que los productores puedan tener acceso a fondos de financiamiento para garantizar la permanencia de esta especie y que se desarrollen programas de concienciación para reducir los riesgos que en estos momentos están afectando a los caprinos.
Madrid, José. (2021). Cabra. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/cabra/