En los bosques y montañas de Norteamérica y Europa alberga un animal imponente, hermoso y singular. Se trata del caribú o reno. Sus enormes astas le caracterizan, y es muy conocido en la cultura popular, pues “vive” en las fantasías navideñas. Un grupo de éstos, cada uno con su nombre, viajan con Santa Claus a repartir regalos por todo el mundo. Pero, más allá de eso, los renos reales son parte de la fauna que por miles de años ha existido en el planeta, y han sido fuente de alimento humano. Su piel también se ha usado como vestimenta, pero es la pérdida de las condiciones de su hábitat natural, lo que hoy pone en peligro su existencia.
El caribú, también llamado reno, es un gran mamífero perteneciente al grupo familiar de los “Cervidae” (Ciervos). Su género es único y se cataloga como la especie “Rangifer tarandus”. Es un animal fuerte, poderoso y de tamaño imponente. Se destaca del resto de los ciervos en que tanto el macho como la hembra tienen astas.
Al caribú se le consigue en el hemisferio norte del planeta. Existen varias subespecies, unas 9, cuyos tamaños varían. Puede llegar a pesar más de 180 kilos. Son herbívoros y su carácter es migratorio. Las poblaciones más grandes se hallan en Alaska y Canadá.
La nomenclatura taxonómica del caribú es “Rangifer tarandus”. La definición la hizo Carl Linnaeus, en el año 1758. Antes de ese nombramiento se consideraban especies distintas al caribú y al reno. Luego se acordó que eran el mismo animal. En Europa se le llama reno y en Norteamérica Caribú.
El nombre Caribú tiene un origen francés de “mi’kmaq qalipu”. Literalmente, la frase se traduce como “pato cuchara de nieve”, que hace alusión a una de sus conductas habituales. Y es que este animal usa sus patas como cucharas en la nieve para buscar alimentos.
En otras lenguas se le llama distinto. En el ártico oriental, por ejemplo, se le denomina “Tuktu”.
El Caribú es un mamífero muy sociable. Llega a reunirse en grupos inmensos de hasta 500 mil integrantes. Para organizarse se establecen subgrupos cuya cantidad de miembros es indeterminada. Puede reunirse en rebaños pequeños de solo 10 individuos, pero también agruparse en unos grandes de unos mil renos.
La mayor actividad la realiza durante las horas diurnas, cuando sale a comer, aparearse y recorrer su hábitat. La noche la dedica al descanso. Para establecer comunicación con sus pares, el caribú usa principalmente el olfato. El animal emite señales químicas en su aroma para establecer contacto. Igualmente, hace uso de sus otros sentidos para relacionarse. Vocaliza, se miran entre sí y se rozan para expresarse. Es una especie migratoria que anda largos trechos. El caribú es nómada.
El caribú es herbívoro, por ende su menú se compone de plantas. Sus preferidas son las hojas del sauce, las del abedul pequeño y los líquenes. También ingiere otras especies como las juncias y otras hierbas. También algunos devoran plantas tóxicas sin envenenarse, entre ellas las ranánculos que se hallan en los glaciares.
Una adaptación especial del caribú y que otro mamífero no posee es la capacidad de procesar en su metabolismo los líquenes. Es decir, convierte las enzimas liquenasas en glucosa. El reno tiene un estómago con cuatro cámaras. En su intestino posee protozoos y bacterias especiales para descomponer los tipos de hierbas que comen.
Aunque su dieta es herbal, puede nutrirse de otros animales. Hay registros de que en la estación de primavera, cuando su nutrición es casi nula y se estresa, ingiere roedores de poco tamaño como el lemmings. También algunos peces (trucha alpina) o huevecillos de aves. Otros apuestan por las setas y las devoran cuando está por finalizar el verano.
Se ha visto que ciertos renos se comen sus propios cuernos cuando se les caen. Al parecer, para compensar una deficiencia de calcio.
En ártico, cuando es verano, hay luz continua durante todo el día. Esto hace que el caribú cambie su esquema de sueño. Entonces, luego de comer lo suficiente se echan a dormir para digerir lo consumido.
El caribú vive en bosques y zonas montañosas alpinas. Llegan a habitar en alturas de hasta 3 mil metros. Se encuentra en zonas gélidas o muy frías. En taigas y tundras. Siberia, Europa y América del Norte son las regiones donde se concentran.
Cuando se asoma el verano, los caribúes empezarán su movimiento migratorio a zonas del norte. Este fenómeno es uno de los más grandes del planeta. Su recorrido es muy largo, incluso de hasta más de 600 millas (5 mil km), el mayor de todos los mamíferos de la tierra.
No importa si en el camino se les atraviesan ríos y lagunas, pues son grandes nadadores.
Durante el viaje pueden llegar a correr hasta 80 kilómetros por hora. El promedio alza los 55 km/h.
Al culminar el recorrido los renos pasan el tiempo alimentándose de su vegetación predilecta (tundras y hierbas). A diario pueden llegar a ingerir hasta 5 kilogramos de comida.
Ya hay poblaciones de caribúes que se han extinguido, como la de Suecia. La pérdida paulatina de su hábitat natural, por efecto del hombre y el calentamiento global, mantiene a esta especie en amenaza y peligro. Otra subespecie de caribú, la que se halla al norte de Idaho, frontera con Canadá está “funcionalmente extinta”. El último conteo aéreo dio resultado de solo 3 renos. Las talas y construcciones de carreteras son los principales enemigos de su ambiente. En Canadá hay una disminución anual de unos 700 caribúes.
Castro, Laura. (2020). Caribú. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/caribu/