Águila imperial
Las águilas son especies imponentes y majestuosas. Muchas culturas les rinden honor a estas aves de vista impresionante. El águila imperial es hermosa y se distingue, entre otras cosas, por su ubicación geográfica. Su existencia se encuentra amenazada, pero son muchos los esfuerzos que se hacen por conservarla. Es territorial, no emigra y tiene una solo pareja en toda su vida. De allí que resulte un animal interesante que vale la pena conocer.
Cuando nos referimos al águila imperial hablamos de un ave. Es una de las 10 especies definidas (aproximadamente). Anteriormente, se le conocía como una subespecie de la “Aquila heliaca” (Imperial Oriental). Estudios comprobaron sus particularidades únicas (molecular) y le redefinieron. Se trata de un ave de presa, pues se alimenta de la caza. Es nombrada como española, ya que se originó en esa nación y habita solamente en la Península Ibérica. Desde el siglo XX sus poblaciones mermaron y desde entonces está en la lista de animales vulnerables.
Al águila imperial se le llama científicamente “Aquila adalberti”. El término le fue dado por el naturalista Christian Ludwig Brehn, en homenaje a Adalberto de Baviera, príncipe alemán diplomático y considerado un erudito. Este último pagó el viaje de Brehn a España. Otras denominaciones son “Águila Imperial Española” y “Águila Imperial Ibérica”.
Inicialmente se consideró subespecie del “Águila Imperial Oriental”. Investigaciones en su ADN (1996) corroboraron su diferenciación. También son distintas la ecología y morfología.
Taxonómicamente se halla en el reino Metazoa y subreino Eumetazoa. Está en la rama Bilateria, grado Coelomata, serie Deuterostomia, phylum Chordata y subphylum Gnathostomata. Encontrándose en el orden Falconiformes, familia Accipitridae y subfamilia Accipitrinae.
El águila imperial presenta las siguientes características:
Es águila imperial es un cazador que gusta hacerlo en lugares abiertos. Acude a pastizales, colinas y praderas. Merodea o evalúa la situación por largo rato (a veces horas). Apresará su alimento en la superficie y para ello a veces volará de forma baja. Uno de sus favoritos es el suslik, un roedor que es cuantioso en Europa (en especial Bulgaria). También se posa en la entrada de las cuevas o refugio de sus víctimas. Otros animales que figuran en el menú son los conejos, cigüeñas y musarañas. Pero su dieta es muy amplia, pues puede ingerir hasta 150 tipos de animales. Por ello se añaden a su comida lagartos, serpientes, zorros, cuervos, ratones y palomas. Las águilas imperiales más inexpertas (o si hay escasez de alimento) recurren a la carroña. Aprovechan y se llevan lo cazado por otras aves rapaces. También si consiguen un perro u otro animal doméstico muerto que no esté putrefacto.
Los tipos de hábitat del águila imperial son diversos. Pueden morar en pinares, áreas montañosas, dunas o marismas costeras. A menudo se encuentran en espacios llanos, de relieve ligero, con vegetación nutrida (sin abundancia) y preferiblemente donde se consiguen liebres.
Muchos ejemplares se adaptaron a vivir en lugares de relieve accidenta y poca penetración, especialmente en la montaña. Esto ocurrió porque se veían perseguidos por el hombre u otros depredadores. Gracias a acciones conservacionistas, muchos ya han vuelto a ambientes comunes, de penillanuras y llanuras.
El lugar que escoge para campear se divide en tres áreas. La primera en donde ponen su nido, la segunda donde consiguen alimentos (cazadero) y un espacio de comedor. Éste último es el más lejano y allí van tras cazar para alimentarse junto a su pareja. Los individuos jóvenes tras dejar la “casa” de sus padres se disgregan a otros lugares que no estén muy alejados. Allí crearán su espacio propio.
La Península Ibérica es el área en la que se distribuye el Águila Imperial. Es autóctona de esa zona. Las poblaciones que más concentran a esta ave son Castilla y León, Madrid, Andalucía, Extremadura, Sierra Béjar y Castilla-La Mancha. Portugal es otro país en el que se ha introducido en los últimos años. Antes de 1850 su presencia era más extendida. Habitaba en lugares como Levante, Sierra de la Estrella, Alentejo (Portugal), Península Tangitana, Doñana, Montes de Toledo, Tiétar, Sierra Morena y valle del Tajo. Los núcleos se fueron reduciendo hasta desaparecer. Gracias a algunas acciones de conservación para esta especie española, se han recuperado poco a poco algunos espacios.
La madurez sexual la logra a los 3 o 4 años. Luego buscará su compañero. La monogamia distingue al águila imperial. Al hallar a su pareja no se separan. Esto ocurre ente marzo y julio cuando es época del celo. El cortejo es muy llamativo. Las aves preparan el nido para el apareamiento. Incluso van rotándose por los que han usado (macho y hembra) en el transcurso de su vida. Los árboles favoritos para nidificar se encuentran los eucaliptos, pinos y alcornoques. }
Una vez que la hembra esté lista pondrá entre cuatro y cinco huevos. Cada uno puede pesar hasta 130 gramos. La incubación durará 43 días. Por el uso de pesticidas y contaminación ambiental, de los huevos solo un promedio de tres están fértiles. Los polluelos naces y si hay poco alimento, el más desarrollado y fuerte será el que sobreviva. Sus papás los cubrirán con ramas y hojas para evitar que algún depredador los descubra y devoren. Abandonarán su nido unos 78 días después del nacimiento.
El águila imperial posee el mismo sistema respiratorio de cualquier ave. Éste se compone de tráquea, pulmones, bronquios, sacos aéreos, nervios y vasos sanguíneos. A diferencia de los animales mamíferos, no cuentan con ciertas estructuras tales como laberinto etmoidal o un diafragma que limite la cavidad torácica. El aire lo toman por las narinas, que son dos hoyos que se hallan sobre el pico. El olfato está muy desarrollado. El paso de la ventilación llega directo a la laringe. No posee filtros que impidan que entre aire contaminado.
La condición del águila imperial es vulnerable. En los últimos años se han efectuado investigaciones con miras a elevar sus poblaciones. Se habían cuantificado unas 500 parejas. Son varios los factores que influyen en su merma y amenaza existencial. Una de ellas son los cambios en hábitat, la intervención del hombre. La contaminación y deforestación hizo mella en su ambiente natural. La electrificación tiene mucho que ver. Muchas aves mueren en postes de electricidad. Igualmente, la falta de comida. La presencia de conejos (fundamentales en su dieta) ha ido en descenso. También algunos individuos son envenenados por granjeros que le ponen cebos. Está acción ha sido prohibida legalmente.
Castro, Laura. (2021). Águila imperial. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/aguila-imperial/
