Como un referente ineludible de la civilización occidental, el arte griego es el resultado de distintas corrientes. Aunque ha pasado por varias etapas, el principio humanista, que enmarca el ideal de belleza, permanece en sus distintas presentaciones: arquitectónica, escultural y pictórica. El arte griego atravesó cambios políticos y culturales que sentaron las bases de su desarrollo. Asimismo, estuvo determinado por la vida pública, ya que fue en Grecia donde nació la democracia como se conoce en muchos territorios hoy en día.
Es aquel que representa la figura humana de forma natural. Tanto en contexto formal, como en aquel en el que muestra emociones y movimientos. Está asociado a los mitos y a la literatura, haciendo especial énfasis en la búsqueda de la belleza ideal, imaginando un mundo perfecto y platónico. Infinidad de modelos griegos han sido recreados a lo largo de la historia, manteniéndose como una “regla” o modelo a seguir.
Algunos aspectos que los investigadores han resaltado del arte griego son:
El arte griego data de los siglos IX al II a.C. Sin duda, está marcado por una evidente demostración de equilibrio y armonía en cada obra, con una constante búsqueda de perfección y belleza. Estas razones le convirtieron en un referente para artistas de Asia, Europa y África.
Los griegos asumían la imagen de los dioses con forma de humanos. Esto les hacía sentir que mantenían un vínculo sentimental cercano con Dios. De hecho, los plasmaban en monumentales esculturas arcaicas.
Las llamadas Kouros o kuros eran las de mayor tamaño. Muestran una gran influencia oriental y recreaban a deidades, algunas de ellas sentadas o paradas en “tronos”, dotándoles de cierto carácter solemne, que transmitía poder, fuerza y belleza.
La importancia de la cultura griega es inconmensurable en el entorno actual, pues definió algunos fundamentos para el desarrollo de las civilizaciones en Europa y Occidente. Hoy en día, la humanidad mantiene ciertos comportamientos, principalmente en lo referido a su estructura organizativa (democracia), formas de pensar, incluso en maneras de esculpir y construir.
El arte griego mezcla lo viejo y lo nuevo, tomando lo mejor de sus “vecinos”, los persas y egipcios, especialmente el espíritu militar y deportivo, la rigidez, lo utópico, el amor por la naturaleza y el gusto por lo geométrico.
Las edificaciones, teatros, ágoras y templos del arte griego, que todavía sobreviven al deterioro del tiempo, son una muestra de su visión de la realidad, mezclando el sentido poético. Asimismo, incorporando nuevas técnicas que les permitían transmitir movimiento a través de las esculturas.
De sus viajes por el mediterráneo en busca de relaciones comerciales para subsanar su pobreza surgió su concepción del arte. En cada lugar en el que se establecieron fueron instaurando su cultura y levantando templo en honor a sus dioses. Tres de los más representativos (Apolo, Atenea y Hera) están al sur de Italia. La belleza y la divinidad eran dos conceptos que- a su juicio-guardaban una estrecha relación y lo demostraban en cada una de sus piezas.
El arte griego se divide en distintas fases, en las que los estilos se ven fuertemente diferenciados por su relación con la antigüedad. Estas son:
Para hablar de pintura en el arte griego, es necesario mencionar la decoración de cerámica, ya que fue en ese elemento sobre el cual se desarrolló. Platos, vasijas y ánforas eran productos de amplia comercialización en la antigua Grecia. En un principio, los diseños eran figuras geométricas. Con el pasar del tiempo se incluyeron figuras de animales y plantas, enmarcados por guardas conocidas como “meandros”. Las escenas se estructuraban en franjas paralelas y horizontales, cuya lectura se realizaba al girar la pieza. Cuando se reemplazó el punzón por el pincel, los trazos se volvieron más delgados.
Las primeras esculturas de arte griego estaban hechas de productos maleables como arcilla, cera o marfil. Fue durante el periodo arcaico que la piedra se introdujo. En roca, las formas eran sencillas, de hombres y mujeres con siluetas redondeadas y lisas. Estas imágenes guardaban cierta similitud con las esculturas egipcias, que sirvieron de modelos. A partir del clasicismo, las esculturas griegas tomaron aspectos propios, abandonando los tipos primitivos orientales. Fue allí cuando se empezaron a reproducir rostros más definidos y anatomías más exactas.
No cabe duda de que los templos son el principal aporte del arte griego a la cultura occidental. Tenían formas simples, pues se trataban de salas rectangulares, a las que se entraban por pequeños portales, con cuatro columnas que sostenían un techo, muy parecido al actual tejado a dos aguas.
Al principio los materiales utilizados eran el adobe para los muros y la madera para las columnas, pero a partir del siglo VII se reemplazaron estos materiales por piedra, lo que permitió agregar nuevas hileras de columnas en la parte externa, añadiendo monumentalidad. Se podían diferenciar entre dos órdenes arquitectónicas: el “dórico” al sur, y el “jónico” al este. Los primeros eran bajos y macizos, mientras que los otros eran de mayores dimensiones.
Algunos de los elementos más representativos del arte griego fueron precisamente sus materiales entre los que se cuentan el marfil, la cera, la arcilla, la roca, la madera y el adobe. Predominaron las líneas rectas, obviando las curvas o angulares. En el caso de las esculturas, era común la representación de parejas, tríadas, especialmente deidades, y grupos de cuatro personas, sin escenas específicas.
Entre las obras más conocidas destacan:
Castro, Laura. (2019). Arte griego. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/arte-griego/