Pintura barroca
La pintura barroca es una de las formas del arte más prominentes de la historia. Contempló técnicas y estilos diversos en un sin número de obras, de realce y gran demanda entre los años 1600 y 1800. Es rica en luz, perspectiva y movimiento. Está centrada en el poder e impulsó escuelas y estilos en diferentes regiones de Europa, especialmente en Europa Occidental. Consigue sus máximos exponentes en Italia, España, Alemania, Holanda, Países Bajos y Francia.
La pintura barroca es la forma del arte desarrollada durante el siglo XVII y gran parte del siglo XVIII. Se ubica entre el Manierismo o Bajo Renacimiento y el Rococó, estilo sensorial calificado como mundano, moderno e innovador. Un arte popular entre católicos y no católicos.
La pintura floreciente durante el período Barroco, sello de la Europa Occidental, estuvo forjado por las diferencias religiosas y también políticas. Se relaciona con la Reforma católica y el regreso al primer plano de los temas religiosos. Coexistió con el absolutismo del Antiguo Régimen y el parlamentarismo, gobierno que gozaba de todas las atribuciones del Estado.
El Barroco se distingue por la fusión de las artes, en un compendio de luces, color, volumen y tendencia. La pintura de ese período está inmersa en los planos sinuosos y sobresalientes de la arquitectura. Generalmente acompañada de las también dramáticas esculturas de mármol.
Muros y bóvedas eran decoradas con imágenes de gran realismo. El manejo único de las técnicas pictóricas permitía desarrollar representaciones ilusionistas que brindaban la impresión de un cielo infinito. Los trampantojos, entre otros métodos, causaban un efecto óptico de rompimiento o corte de la imagen. Ilusión que luego se perfeccionó con el uso del dorado y aplicación de estuco.
En los siglos XVII y XVIII destacan las pinturas al óleo sobre lienzo y las monumentales pinturas al fresco. Abundan artistas especializados en los distintos géneros pictóricos: religión, historia, retrato y paisaje. La forma del arte adopta el paisaje con valor protagónico y no sólo como fondo de las figuras.
De igual manera, brotan en la época nuevos géneros, uno de ellos cargado de escenas cotidianas o costumbristas. Los bodegones o naturaleza muerta, así como las vanitas, que muestran la superficialidad de la vida y supremacía de la muerte, se ven reflejadas en ella.
Se evidencian cuatro etapas. La primera se ubica a finales del siglo XVI, cuando el color adquiere ímpeto y aparece la asimetría en el arte. Sin embargo, el común de los autores toma como punto de partida el año 1600, delimitando el período de la siguiente forma:
Las etapas y características de este arte se viven de forma particular en diversos puntos geográficos. Se aprecian en la historia las formas francesas, italianas, holandesas, españolas y flamencas (las desarrolladas en Flandes).
Equilibrada. Era influenciada por el Rey de Francia Luis XIV. Transforma una predominante pintura manierista al clasicismo, y más adelante al Rococó. Arte preferido por la alta burguesía. Trabaja la iluminación y temas clásicos. Desarrolla el retrato y escenas mitológicas, entre otros géneros. De la corriente destacan obras iluminadas con la luz de una vela, autoría de Georges de La Tour.
Arranca las formas del arte que le antecede. En Italia se evidencian dos estilos, cada uno con grandes contribuciones a la pintura del Barroco.
En el primero, las luces brindan vigor a los colores, mayor encaje, naturalismo. Es un arte carente de engaños, de exacerbado realismo. Se inspira en lo cotidiano, personas reales, no importa si alejadas de los cánones de belleza. Se define por el tenebrismo (uso de espacios oscuros) de Michelangelo Merisi da Caravaggio. Atraía la mirada hacia la parte de la obra a destacar. El estilo fue conocido como Caravaggismo, por la influencia que ejerció el pintor italiano sobre otros creadores de su tiempo.
El segundo estilo, de luces y colores suaves, de marcado clasicismo. Adopta seres mitológicos y algunos elementos de la cultura greco-romana.
Es en Italia donde comienzan a pintarse los bodegones, primero como tema o expresión de la naturaleza muerta, luego se constituye género pictórico.
El siglo XVII es la época de oro para Holanda, en lo político, económico y cultural. Su pintura es reflejo de los cambios suscitados en cada ámbito. Se hacen grandes artistas. Es creciente la demanda de retratos colectivos e individuales, impregnados de existencialismo. Obras que mostraban el nuevo status de los personajes, su preeminencia. Franz Hals se convirtió en maestro del retrato en el país.
La pintura barroca holandesa también se caracteriza por la entrega de escenas cotidianas con aires de grandiosidad. Obra de uno sus máximos exponentes, Rembrandt van Rijn.
Religiosa. En España el Barroco alcanza gran esplendor. La pintura es utilizada por la iglesia como medio para llegar a los fieles y evocar su fidelidad al cristianismo. Y por la monarquía, para demostrar su magnificencia.
Influenciado por artistas italianos y flamencos, el arte español trata mayormente alegorías del poder, católico y monárquico. Usa luces en diversas partes de la obra, creando múltiples sombras. Es una pintura compleja, expresiva, llena de movimientos y naturalidad. Se expresa en España en el llamado Siglo de Oro de la Artes.
Distinguida y católica. Exhibe obras de grandes medidas y vitalidad, composiciones asimétricas, de aspecto teatral. La Región de Flandes o Región Flamenca de Bélgica fue influenciada por el alemán Pedro Pablo Rubens. El artista compartió en el territorio las nociones traídas de Italia y su dominio de la técnica del boceto al óleo.
Castro, Laura. (2020). Pintura barroca. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/pintura-barroca/
