Gato montés
Independiente, hermoso, elegante y gran cazador. Así es el gato montés, también llamado gato salvaje. Sus atributos han despertado admiración en muchos y rechazo en otros. Algunos son domesticados, sin embargo, conservan rasgos de su indomable carácter por lo que siempre hay que tener precaución con ellos. Conozcamos más información sobre este interesante animal.
El gato montés es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los félidos. Entre sus numerosas subespecies destacan el gato salvaje africano, el gato montés europeo y el gato salvaje asiático. En Asia y Europa se le designa científicamente como Felis silvestris.
Tiene gran semejanza con el gato doméstico. Se cree que, posiblemente, sea un descendiente directo del gato de Martelli, Felis lunensis. Este se localizaba en Europa desde hace más de 1,6 millones de años, durante el Pleistoceno temprano.
Determinar la taxonomía del gato montés ha sido objeto de debate a lo largo del tiempo. A principio se separaron las subespecies. Posteriormente estudios realizados permitieron reunir a todas las subespecies de gatos monteses europeos, africanos y asiáticos en una sola especie politípica: Felis silvestris.
Luego hubo más polémicas al respecto, pero se terminó por aceptar la existencia de una única especie politípica. Parte de la información taxonómica del gato montés es la siguiente: Pertenece al Dominio Eukaryota, el Reino Animalia, Filo Chordata, Clase Mammalia, Subclase Theria, Orden Carnivora y Suborden Feliformia. Asimismo, se ubica en la Familia Felinae, el Genero Felis y la Especie F Silvestris.
El hábitat de este felino se caracteriza por tener mucha vegetación, ser boscosas y poco húmedas, distanciada de las personas. Por ello en España se encuentran en lugares con abundante flora donde no habitan humanos.
En América del norte, busca espacios con matorrales que estén despoblados o aquellos sembrados de pino y encino. En zonas de pastizales se ven al amanecer y en los atardeceres.
Es un animal de una contextura corpulenta, que lo diferencia de los gatos comunes a pesar del parecido. Es de tamaño mediano, robusto, el peso de los machos oscila entre 6 a 12 kg llegando a medir más de un metro de largo. La hembra es de menor tamaño, pesa entre 4 a 8 kg. La cola es gruesa y mediana, puede presentar de tres a cinco anillos negros, más o menos marcados.
Su color predominante es una mezcla de gris con pardo rojizo variable según las condiciones climáticas. Tiene una especie de manchas en forma de rayas más oscuras en casi todo el cuerpo. Por la zona abdominal es blanco, aunque luce oscuro por tener manchas negras. También las patas son de tonos claros. Las garras son retráctiles y dejan huellas de unos 5 cm.
El pelo del gato montés es lustroso, mediano, espeso y grueso. El cráneo del gato montés tiene la apariencia típica de un felino, globoso, redondeado. La cabeza en sí, es grande, ancha desde donde parten unas franjas negras hasta el lomo. La distribución de los colores y franjas le dan apariencia de felino salvaje.
El hocico o nariz es corto y rosado. Destacan los bigotes densos y de apariencia caída. Los ojos son llamativos, de mirada perspicaz y retadora, pueden ser de color verdes claros u amarillo ámbar. Las orejas son grandes, apuntadas y bien distanciadas entre sí. En norte América han existido algunos ejemplares completamente negros y con otros rasgos diferentes a los señalados.
Al gato montés no le gustan las personas, huyen de ellos manteniéndose alejados. Les agrada estar solos, igual que a toda la familia felina. Son escurridizos, protegiendo su vida ante cualquier amenaza. También son celosos con su territorio el cual protegen demarcándolo con heces, orina y rasguñando los troncos de los árboles.
Se apropian de un área de unos 20 km2, donde toleran la presencia de algunas hembras. Incluso pueden ir a cazar en compañía de una de ellas, pero jamás con un macho. Generalmente andan solos, en pareja nada más en temporada de celo. Son catalogados como animales nocturnos porque es de noche cuando realizan la mayoría de las actividades y duermen durante el día.
Ya en el ocaso del día están iniciando la búsqueda y cacería de presas para alimentarse. Permanecen en movimiento casi hasta el amanecer, recorren la mitad del territorio durante la noche. Las hembras no suelen deambular, permanecen en el mismo sitio.
En otoño e invierno suelen cambiar la rutina y empiezan a cazar de día. La razón es que las presas en temperaturas frías están más activas a la luz del sol. Se destacan por sus destrezas para cazar, trepar y nadar.
En el continente europeo hay gatos montes en forma fragmentada, en casi todas sus regiones. Especialmente en Francia, Italia, Alemania y casi todas las islas del mediterráneo. En España, en toda la Península Ibérica puede observarse esta especie, pero no en las islas Balneares ni en Canarias.
En Norte América se distribuye en un ámbito que abarca desde el sur de Canadá hasta llegar al centro y sur de México. En Estados Unidos abunda el Lynx Rufus. Este exhibe una larga y ancha Cola finalizada en una punta redonda. En América Latina, están presentes varias subespecies como Leopardus Geoffroyi y Leopardus Colocolo.
Son carnívoros por naturaleza, se ocupan de cazar para obtener su alimentación. Su menú preferido son los conejos y liebres, pero comen insectos, roedores, aves, pollos y otros animales pequeños. A veces, si las circunstancias lo permiten, cazan algún venado.
Cuando hay deficiencia de alimento aprovechan presas ya atrapadas por otros animales que encuentran en estado de descomposición. Para cazar vigilan cuidadosamente a la posible víctima hasta que la atacan en forma certera. Igualmente, matan a los pollos y sus huevos invadiendo los nidos.
El afinado oído que tienen los ayuda a ubicar posibles presas. Su estilo alimenticio lo convierte en un controlador de lagomorfos y roedores cumpliendo una importante función en los ecosistemas.
El lapso de celos es largo, aproximadamente tres meses, iniciando en enero hasta marzo. El gato montés va a la búsqueda de hembras receptivas mientras, se incrementan los conflictos entre los machos. Como son animales polígamos, en esta época de celos tiene varias parejas. Ocurrido el apareamiento, transcurren poco más de dos meses de gestación.
En algún lugar cerrado como huecos de tronco, cuevas u otro similar, para el mes de abril o mayo nacen los cachorros. Pueden ser entre 1 a 8, pero el promedio es de tres a cuatro. Nacen con los ojos cerrados durando así por diez días. Luego los abren permaneciendo bajo el cuidado de la madre unos nueve meses, ella sola se encarga de ellos.
Ya a esta edad se independizan y separan buscando su propio territorio y sustento. A los diez meses alcanzan la madurez sexual, empezando su vida reproductiva hasta que mueren. Se conoce que el gato montés, solo puede criar una camada de cachorros al año.
Sin embargo, si el total de la camada se muere, la hembra vuelve a entrar en celo y tener una segunda cría. El tiempo de vida estimado para el gato montés es de 6 a 12 años.
Todos los gatos respiran por la nariz, inhalan el aire por la cavidad nasal, pasa por la faringe hasta la tráquea y los bronquios, luego se distribuye a través de los alveolos pulmonares. También pueden respirar por la boca.
El gato montés es una especie en peligro de extinción y por eso está protegida. Dependiendo del lugar donde habiten están en mayor o menor riesgo. Por ejemplo, el europeo es considerado un superviviente. No obstante, son pocos los datos oficiales publicados, no sabiéndose con exactitud cuál es su situación.
En algunos casos es imposible conocer exactamente en qué región geográfica se ubican porque tampoco se realizan investigaciones sobre eso. Entre las razones que originan la amenaza de extinción del gato montés atentando contra su supervivencia se encuentran:
Castro, Laura. (2020). Gato montés. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/gato-montes/
