Gavilán
El gavilán es una pequeña pero majestuosa ave rapaz. Su nombre científico es Accipiter nisus. Pertenece a la orden Falconiforme y a la familia Accipitriforme. En la antigüedad fue considerado un animal sagrado por las culturas griega, egipcia y germana. Actualmente tiene una importante densidad en muchos países del mundo, pudiéndose observar en los bosques, incluso en los menos extensos. Por sus características físicas suele ser confundido con el Azor común y el Cuco común.
Es un depredador de mediano tamaño, que ataca a unas 120 especies de aves a nivel mundial. Su perfecta visión, unida a un vuelo rápido y preciso, le permite cazarlas con facilidad. Por sus rasgos anatómicos puede maniobrar entre las espesas ramas velozmente, acelerando para salir de ellas cuando es necesario.
Posee una combinación de colores que le confiere un especial atractivo. De preferencia habita en los bosques, aunque se le puede hallar cerca de las viviendas, poblaciones, terrenos cultivados y grandes ciudades.
Existe el error de pensar que es un ave escasa, pero no es así. Tal creencia deriva de la permanencia silenciosa de los gavilanes en el interior de los bosques, pasando inadvertidos. No obstante, vale resaltar que muchos especímenes no alcanzan el primer año de vida. Una de las causas de la muerte prematura, es la desaparición de la madre.
De esta especie existen siete subespecies, las cuales difieren levemente en tamaño y los colores del plumaje. Su información taxonómica es la siguiente:
El gavilán mide aproximadamente 37 cm y alcanza 77 cm de envergadura alar. En la juventud tanto la hembra como el macho son de similar tamaño. Al llegar a la edad adulta presentan marcadas diferencias, teniendo la hembra mayor corpulencia. De hecho, se ha demostrado que es un 25% más grande que el varón, alcanzando una envergadura de 80 cm y un peso de 300 gr.
La altura del macho se ubica en 28 cm y la de hembra en 38 cm. Ambos poseen alas cortas con bordes redondeados. La cola es larga, al igual que sus patas, que además son amarillas, rudas y con afiladas uñas.
Los ojos son dilatados en el centro, resaltando el iris de un intenso color amarillo. El pico es pequeño, encorvado y fuerte. Sus cejas son muy definidas y de color blanco.
Respecto al plumaje, es gris oscuro en el dorso y en la cabeza. En la zona ventral es de tonalidades suaves, con una especie de rayas transversales de tono marrón. En los costados y en la cara exhibe matices rojos.
Al nacer el gavilán depende de la madre. Si ella muere o desaparece por cualquier motivo, los polluelos también mueren. Muchos no llegan al primer año de vida. En general es un ave solitaria, de hábitos sedentarios. Sin embargo, entre los meses de septiembre y noviembre, cuando llega el invierno, ocurren movimientos migratorios.
Individuos que viven cerca del norte se trasladan a regiones del sur. Pero los que siempre han vivido en esa región pernoctan por siempre allí. Es un ave de naturaleza discreta y muy silenciosa. Con su particular mirada atenta y perspicaz parece que observara todo a su alrededor, percatándose de todo movimiento. Aunque es explotado para cetrería, no es fácil de adiestrar.
Acostumbra a volar a gran altitud, con una velocidad considerable. Hace recorridos cortos y curvos. Cuando se dispone a cazar se esconde en lo alto de pequeños árboles para atrapar sorpresivamente a su presa. Si se le escapa puede perseguirla por largas distancia, hasta tres Km. si fuese preciso.
El alimento principal del gavilán son las pequeñas aves forestales, como carboneros, herrerillos, reyezuelos, estorninos, zorzales, gorriones y mirlos; también sus pichones. Asimismo, puede cazar presas de mayor tamaño como las palomas. Las hembras lo hacen frecuentemente.
Su estrategia de caza es el factor sorpresa. Al divisar una presa se dispone a atacar. Primero ronda el área, luego se eleva y finalmente desciende en picada hacia su víctima. A pesar de la maniobra no siempre logra su objetivo, pero nunca repite el ataque. Si no cuenta con sus alimentos preferidos opta por ingerir roedores como ratones, topillos y gazapos; así como insectos y lagartijas.
Hay un tipo de gavilán que tiene adicción por los pollos. Es conocido como el gavilán pollero. Este hábito genera repudio entre las personas, quienes lo persiguen hasta exterminarlo y así evitar la pérdida de sus crías.
Es una de las aves rapaces diurnas más comunes en Europa. Es predominantemente forestal. Por esto puede encontrarse en Eurasia, desde la península ibérica, Vietnam, Japón, norte de África, islas centrales y occidentales de Canarias. Se estima que su hábitat predilecto son los pinares con sotobosque.
Además puede observarse en masas de quercíneas (género de árboles perteneciente a la familia de las fagáceas) o dehesas (bosque formado por encinas, alcornoques u otras especies.) En épocas de lluvia es común que ronde en lugares abiertos y hasta en zonas agrícolas. Igualmente, acostumbra habitar en robledales, bosques húmedos y densos o en pequeños bosques próximos a vecindarios. Incluso hay presencia de gavilanes en jardines y parques, siempre y cuando abundan las presas.
En el sur se hallan en la mayoría de las áreas con árboles diseminados, porque allí encontrarán sitio para esconderse y alimento.
Estas aves empiezan su actividad sexual desde su primer año de vida. Se reproducen a partir de mayo, cuando ponen de tres a seis huevos de un tono azul claro, con máculas de color café, y un peso de 22 gr, aproximadamente.
Durante 35 días son incubados en el nido por la madre, mientras el padre se encarga del sustento alimenticio, labor que lo agota y le genera pérdida de peso.
El nido lo construye el macho entre las ramas de árboles o en la parte alta de los arbustos, utilizando ramitas y cortezas. La zona puede ser cualquiera que disponga de agua y presas para cazar.
Al nacer los pichones son blancos con tonalidades negras. El pico es grisáceo, con una punta negra, y las patas de color amarillo suave. Mientras se encuentran anidando reciben alimentos de ambos padres, hasta los 30 días, cuando desarrollan la capacidad de volar y abandonan su casa. Al arribar a los tres meses alcanzan la madurez total.
Al igual que otras aves, el gavilán desarrolla una respiración pulmonar. Aunque es muy efectiva, el pulmón es fundamentalmente adecuado para elevadas altitudes, donde escasea el oxígeno. Su sistema respiratorio les posibilita la obtención de la cantidad de oxígeno necesaria para volar.
Además, su aparato respiratorio posee características especiales como la presencia de sacos que al llenarse de aire, ayudan a ampliar la ligereza que requiere tener para planear. La capacidad para respirar a gran altitud tiene ventajas primordiales, especialmente para las aves migratorias.
Al gavilán lo caracteriza su silencio. En realidad son muy pocos los sonidos que emite. En época de apareamiento dice kyukyukyu o kikiki para atraer a la hembra. No suele escucharse fácilmente, porque no acostumbra a reclamar a la pareja fuera del nido.
Esos sonidos los utiliza también para alertar a sus compañeros ante un peligro, o cuando va a retornar a “casa”. El ritmo que le imprime varía según la situación. En la etapa reproductiva al macho se le oyen como pitidos cortos, agudos y repetitivos. La hembra-por su parte-utiliza un quejido particular, para demandarle al macho el alimento, mientras ella empolla en el nido. El tono de él es bastante más alto que el de ella.
Según lo establecido en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el gavilán común se encuentra en la clasificación de preocupación menor. Sin embargo, hay muchas amenazas que atentan contra su existencia. Una de ellas es la alteración y destrucción de su hábitat, por medio de la tala de los bosques e incendios forestales.
Otra es la acción de los seres humanos, a través de prácticas agrícolas, uso de insecticidas y el desarrollo de actividades turísticas, como excursiones. Asimismo, la caza ilegal, el saqueo de los nidos, el ataque de depredadores naturales, la tenencia de muchos parásitos, constituyen amenazas para esta especie.
Algunos gavilanes han podido vivir más de 20 años. Pero un elevado porcentaje de ellos solamente subsiste cuatro años. Desde que nacen empiezan a morir por la desaparición de la madre, de quien son totalmente dependientes.
Cabe destacar que existen especies de gavilanes que sí se encuentran en peligro de extinción, como el gavilán de las Galápagos, el gavilán pollero, el gavilán de sierra y el Gavilán de la Hispaniola.
Castro, Laura. (2019). Gavilán. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/gavilan/
