Neoplatonismo
Una nueva versión de Platón. El neoplatonismo es la doctrina filosófica surgida en Egipto durante el siglo III. Debe su nombre al filósofo griego Platón, del cual toma gran parte de sus fundamentos, de allí que se considere una reintroducción de la filosofía platónica. Se caracteriza por el sincretismo, condensación o armonización de pensamientos, intelectuales, espirituales y místicos. Ideas paganas y cristianas. De notable influencia durante los primeros siglos de nuestros tiempos y también durante el Renacimiento, cuando un grupo de intelectuales retoma su ideario.
El neoplatonismo es la tradición filosófica extendida por Plotino y su discípulo Porfirio en el siglo III d.C. Se define como la revitalización o reintroducción de la filosofía platónica.
Se basa fundamentalmente en las enseñanzas de la Academia de Platón, en lo expuesto en su obra. Incluye además ideas de Pitágoras, Aristóteles y Zenón de Elea, así como marcadas tendencias místicas.
También se llama neoplatonismo, a la revitalización de la filosofía platónica surgida durante el Renacimiento, en la Italia del siglo XV. Práctica filosófica impulsada por Marsilio Ficino y su alumno Giovanni Pico della Mirandola.
El neoplatonismo nació en Egipto durante el período helenístico. Es un sistema filosófico idealista y espiritualista, influenciado por las creencias místicas de Oriente.
Es un sistema sincrético. Se vale de la filosofía de Platón y de la influencia que durante siglos ejerció en la sociedad. Más no desprecia y acoge elementos de las doctrinas pitagórica, aristotélica, zenoniana, e inclusive epicúrea.
Un pensamiento influyente. El neoplatonismo se propuso la regeneración moral y religiosa del mundo helénico, que en ese momento se ocupaba en hacer felices a los hombres.
Rehabilita el politeísmo oficial del Estado e irrumpe en el creciente cristianismo. Los pensadores cristianos respetaban a Platón, por considerar que la espiritualidad en su ideología era cónsona con la idea de alma humana.
El establecimiento del neoplatonismo en Alejandría, Egipto, en el siglo III d.C, se le adjudica al filósofo Amonio Saccas y mucho antes, a Filón el judío. Sin embargo, es Plotino –alumno de Saccas- el pensador más destacado de esta corriente. En su obra las Enéadas, Plotino presenta el idealismo platónico de una forma estructurada, incorpora elementos cristianos, prácticas griegas y orientales.
La tradición neoplatónica es continuada por un discípulo de Plotino, Porfirio. Él sistematiza y publica la obra de su maestro en seis grupo de nueve para un total de 54 tratados. Las Enéadas son el testimonio más fehaciente de las enseñanzas de Plotino impartidas en Roma a partir del año 244.
El ideal neoplatónico se difunde en escuelas de Egipto, Roma, la ciudad siria Apamea y la antigua ciudad griega Pergamo. También desde el año 400 en la Academia de Atenas, hasta la clausura de ésta en el 529 por el emperador Justiniano I.
En el siglo XV se vuelve a la antigüedad clásica y con ella a la tradición del platonismo. El neoplatonismo en el Renacimiento es una respuesta intelectual a los profundos cambios que se suscitaban en el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. La Academia Platónica Florentina es humanista, tiene como modelo a Platón y compara su doctrina de la Ley divina con la tradición cristiana. Defiende la idea de que la vida debe encaminarse hacia la salvación.
El neoplatonismo enseña que el principio de todo lo existente es la unidad absoluta, lo uno. Considera esta unidad la verdad suprema de la que emanan todas las demás verdades, un Dios único e infinito. La define además como una hipóstasis.
La trinidad o triada neoplatónica, está integrada por el uno, centro de la doctrina, principio y última verdad. Del uno procede el nous, el logos, traducción del razonamiento, discurso o inteligencia; que explicado en el sentido místico sería reconocido como el espíritu. Le sigue el alma, que de un lado está sujeta a la inteligencia de la que emanó y del otro, a la realidad de los sentidos que ella plasma.
Para los filósofos neoplatónicos, adquirir el conocimiento (gnosis) implica encaminar el alma hacia la realidad suprema de la que brota. Mientras que para considerar el alma una con Dios, debe primero el alma superar el pensamiento y perder la conciencia de sí misma. El éxtasis la llevará a confundirse con lo uno.
Las teorías sobre el origen del alma humana y las prácticas para alcanzar el éxtasis, están reseñadas en las Enéadas de Plotino.
A través del neoplatonismo el hombre desarrolla su vida intelectual. Más su conducta está destinada a la religión y más directamente a la consecución del éxtasis, el contacto con la divinidad.
En la práctica, la filosofía utiliza como fuente del conocimiento del mundo natural el diálogo de Platón titulado Timeo, escrito cerca del año 360 a.C. Texto que profundiza sobre el origen del universo, la estructura de la materia y la naturaleza humana.
Los elementos de la cosmogonía, física y antropología, se resumían en la idea de un Demiurgo. Espíritu creador que usa los cinco sólidos perfectos de las matemáticas para crear los cielos y del que se desprende una luz. Luz a través de la cual los humanos adquieren el conocimiento. Para los neoplatónicos el universo era uno, la mente divina.
El amor neoplatónico es el anhelo de regocijarnos en la belleza. La filosofía expone que la belleza -como el bien– va de la mano de la virtud. Sólo el ser virtuoso, aquel que se acerca más a Dios, es digno de ser amado. Más para recrearse en esa belleza es necesario primero conocerla, debe ser percibida por la mente más que por los sentidos.
El amor es el motor que impulsa a las cosas hacia Dios, es la búsqueda y la aspiración a la belleza divina. Se vale de la mente y privilegia sólo los sentidos de la vista, el oído y la intuición, que sirven al conocimiento y no a los placeres que degradan la belleza.
Los neoplatónicos creían además que el amor verdadero, el sensible y honesto, es siempre correspondido.
Muchas de las ideas neoplatónicas están intrínsecamente plasmadas en el cristianismo. Esto se debe tal vez al desarrollo en paralelo de la doctrina filosófica y el cristianismo primitivo. Período anterior al año 325 y a la denominación de la fé en Cristo como religión oficial del Imperio romano.
La teología cristiana, naciente para entonces, se hizo de elementos de la cultura grecorromana. Asimiló y adoptó los templos griegos y romanos, títulos, términos y cultos. Encontró en la filosofía helenística tradiciones que se equiparaban con sus ideas y favorecían su aceptación entre los intelectuales.
Los primeros cristianos hallaron en el Timeo de Platón lo que se acercaba a su idea de lo divino, “un padre, hacedor de todo el universo”. Relato que parecía haber sido sacado de la historia de la creación, del Génesis, texto bíblico.
Es posible que los cristianos consideraran el neoplatonismo una filosofía pagana, pero rescataron de esta algunos preceptos platónicos y estoicos. Entre ellos los conceptos de hombre interior, inmortalidad y de ley natural, reflejados en las escrituras, la Segunda Carta a los Corintios y la Carta a los Romanos.
También en Romanos 1:20, se encuentra la afirmación de que la existencia de Dios puede demostrarse por razonamiento natural al examinar las cosas naturales. Una idea defendida por los neoplatónicos y resaltada por los filósofos cristianos medievales.
Otros conceptos influyentes en la religión fueron el verbo (la palabra), el logos (razón o inteligencia), y el uno. San Juan llega a comparar el logos con Cristo, hijo de Dios. Y el mismo concepto de hipóstasis, modelo tripartito de la divinidad, pudo ser la inspiración de la Santísima Trinidad.
El neoplatonismo se basa esencialmente en los diálogos de Platón. Escritos que versan sobre los más diversos temas: filosofía política, educativa y del lenguaje, ética, psicología, antropología, epistemología, metafísica, cosmogonía y cosmología.
Sin embargo, los filósofos encargados de revitalizar el pensamiento platónico, no tardaron en ganar elementos de otras filosofías y crear las suyas propias. Obras de gran relevancia en el neoplatonismo son las Enéadas, seis publicaciones de nueve tratados cada una, que muestran la doctrina filosófica enseñada por Plotino.
Agustín de Hipona o San Agustín, padre y doctor de la iglesia católica, describe en sus obras el pensamiento neoplatónico. Reconoce la creciente influencia que tuvo él y en otros pensadores de su tiempo.
El neoplatonismo irrumpe en el pensamiento islámico, en el bizantino y en el cristiano. Influye en todos ellos. No es casual la traducción latina que se tiene del Timeo, y no de otras obras de Platón, durante la Edad Media. Tampoco que Agustín de Hipona adoptase ampliamente la filosofía neoplatónica en el siglo V, y Boecio, mejor conocido como San Severino Boecio lo hiciera en el siglo VI.
En el siglo XV, el teólogo y filósofo Nicolás de Cusa alude a la tradición neoplatónica afirmando el conocimiento matemático y su centralidad para la filosofía natural.
En el siglo XVII, el astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler, revive el pensamiento neoplatónico acerca de los cinco sólidos perfectos y las armonías musicales, con su búsqueda de la estructura geométrica del universo. El neoplatonismo ya cruzaba Europa y se instalaba en sus intelectuales.
Castro, Laura. (2020). Neoplatonismo. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/neoplatonismo/
