Entre los años 1907 y 1914, en la ciudad de París, se inicia una amplia e innovadora inclinación artística, aceptada y adecuada por diferentes artífices del lienzo. Es una tendencia muy radical y revolucionaria, nunca antes exhibida, pues deja de lado el convencionalismo y la unicidad, dominantes en la pintura durante siglos. Es el crítico francés Louis Vauxcelles, quien bautiza este movimiento con el nombre de cubismo o pintura cubista. Al asistir a una exposición de los pintores Picasso y Braque, se refiere a los lienzos de este último, desdeñosamente, como: formados por cubos. Es así que este movimiento artístico se da a conocer y llega a abarcar todo un ambiente internacional.
La pintura cubista surge como una nueva escuela de expresión y estética, creando un nuevo esbozo completo de la pintura y las artes plásticas. Lo identifica el manejo de las representaciones geométricas, en especial los cubos, triángulos y rectángulos. Del mismo modo, está conformado una diversidad de puntos de vista. Incorpora objetos y siluetas en una misma obra y un mismo plano.
Este estilo pictórico fue introducido juntamente por los innovadores Braque y Picasso, francés y español respectivamente. Y muy prontamente adoptado y apropiado por muchos colegas. Este acontecimiento no es, de emulación, sino de concepción. En otras palabras afronta la realidad, no atendiendo el aspecto visual, sino intelectual, lo intuitivo.
Se considera el primer movimiento vanguardista, al eliminar la perspectiva, último precepto vigente del renacimiento a inicios del siglo XX. Ni los más radicales pintores fovistas, habían roto con el lenguaje convenido y sensible de representar el entorno. Ahora el mundo se dibujaba sin compromiso alguno con el aspecto real de las cosas.
Siendo considerada pintura de vanguardia, las formas generadas no son vanguardistas. Destacan sobre todo naturalezas muertas, figuras y bodegones. Esta técnica no resalta el color, es la línea la que enfatiza la figura y concibe el cuadro. Las obras resultan de un proceso meditado y consciente, no de la casualidad.
Innovará en una nueva idea artística, en cuanto a la perspectiva, iluminación, apariencia, movimiento, área, volumen y coloración. El bosquejo cubista deriva en una habilidad cerebral, no sólo de forma, sino en su concepto. Para comprender un cuadro hay que pensarlo. Requiere, del público, un esfuerzo mental para componer la pintura, no visible a simple vista.
En la pintura cubista estacan las siguientes características:
La pintura cubista nace en Francia, su nombre resulta del vocablo galo cubisme, A este término se hizo referencia, porque aparecían cubos en los trabajos de los pincelistas Pablo Picasso, Juan Gris y Georges Braque, entre otros exponentes de este género.
Se origina, propiamente, en la tertulia de un grupo de discusión artística emplazado en el paseo de Montmartre. Residencia de Pablo Picasso, y donde además estaban presentes otros artistas vinculados con el arte pictórico, a saber, Max Jacob, Amedeo Modigliani, Georges Braque, Juan Gris y otros.
Las señoritas de Avignon, obra Picasso, año 1907, se considera el 1er cuadro cubista. A partir de aquí este movimiento bosquejó una disciplina nueva, en cuanto a trazado, perspectiva, movilidad y espacio. Las cuales no pierden vigencia, pero serán percibidas con una belleza bastante inusual, hasta entonces desconocida.
Son distinguibles tres etapas en el desarrollo de la pintura cubista:
Ocurre entre los años de 1910 a 1912. Se centra en el estudio de la verdad y la fragmentación en sectores, de los espacios de un cuerpo. El cubismo analítico acometió armonizar lo tridimensional del contexto con lo bidimensional del plano pictórico. Dejó de lado el interés por la certeza e irrumpe en una oferta conceptual.
Inicialmente se centra en la observación de lo real, de lo natural y luego ejecuta una especie de explosión. Se distingue por la fragmentación de los estilos y las figuras, convirtiéndolas en estampas geométricas. Tiene como fin estudiarlas y organizarlas separadamente, es el cubismo neto y el más difícil de entender.
Para contribuir a un mejor entendimiento de sus obras analíticas, los autores Picasso y Braque, inician una etapa de dejar señales en sus creaciones. Incluyen detalles representativos y sintetizados para llevar a su entendimiento. Por ejemplo, unas cuerdas que representarían la presencia de un instrumento musical o una cerradura indicativo de una puerta.
En esta fase se hizo uso de la copia, utilizada por los realistas, al representar detalles impresos como números y letras. Esto para simbolizar en la pintura diarios, carátulas de frascos o sellos. Del mismo modo se imita el jaspe y la madera, por ejemplo, para proponer la aparición de un violín.
Ocurre entre 1913 a 1914. Significa un insólito adelanto, no se recurre a la imitación, se va al objeto real para colocarlo en la obra. Picasso y Braque inventan lo que denominan Papier collé, donde toman, por ejemplo una etiqueta, trozo de periódico o sobre y lo pegan en el lienzo. Cuando recurren a elementos más cotidianos, se avanza un poco más, dando inicio a lo que se conoce como collage.
En España hubo una profusión de artistas pictóricos influenciados y atraídos por este arte. La mayoría conoció y se introdujo en este movimiento durante sus estadías por Francia, y luego las llevaron a España.
París fue la génesis de la pintura cubista. En general, este arte está marcado por la representación de figuras de la naturaleza a partir del uso de formas geométricas, promoviendo la fragmentación y descomposición de los planos y configuraciones. El artista cubista deja de tener el compromiso de utilizar la apariencia real de las cosas, como sucedía durante el Renacimiento.
En Italia varios pintores simpatizaron con el cubismo, aunque con criterios de visión diferentes. Destacan Boccioni, Balla, Severini, Russolo y Carrá. El primero en trabajar en la pintura la fragmentación de los objetos fue Boccioni. Conoció el cubismo a raíz de un viaje que hizo a Francia. Logró equilibrar la rapidez futurista y la disgregación de los volúmenes cubistas.
Balla, se inclina hacia el futurismo. Sus obras muestran su atracción hacia el movimiento mecánico y la desmaterialización de los objetos por acción de la velocidad. Severini, logra actualizar el cubismo. Sus obras muestran una sensación de movimiento astral derivado del desplazamiento de los objetos. Insiste en una exploración de la luminosidad.
La pintura cubista abrigó numerosos embajadores, de los más destacados:
Algunos de los cuadros más representativos de la pintura cubista son:
Castro, Laura. (2020). Pintura cubista. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/pintura-cubista/