Pintura rupestre
El arte rupestre permanece como evidencia de sociedades que otrora residieron en determinados territorios. El mismo es motivo de estudio, desde numerosos puntos de vista, que han querido contribuir con hallazgos o aspectos para su mejor comprensión. Es así como la historia del arte ha incluido estas publicaciones como evidencia de los orígenes de las iniciativas estéticas. La pintura rupestre se considera, entonces, objeto artístico dentro del mundo de las artes plásticas. Las representaciones gráficas y visuales la enmarcan entre los trabajos interesantes propios del humano. Es uno de los atractivos artísticos más viejos que se conservan. Expertos investigadores esgrimen que ciertas esbozos encontrados son de hace unos 40.000 años.
Para entender mejor lo expresado en este concepto, se puede estudiar lo que significan sus vocablos componentes. Pintura es toda sustancia aplicada sobre cualquier área en delgadas capas, bien sea para cubrirlo o para estampar un diseño. Rupestre va referido a las rocas, por ende se emplea para mencionar lo concerniente con lo arcaico o tosco.
La pintura rupestre, es una agrupación de esbozos prehistóricos, que se encontraron estampados en numerosas oquedades o piedras vetustas. Se consideran las primitivas manifestaciones de la cultura humana. Encontrándose, en las piedras, numerosas dibujos de cosas, animales, acontecimientos cotidianos y figuras geométricas.
Anterior al avance de la escritura, los conglomerados humanos probablemente copiaban ya, parte de su experiencia, ideología y religión. Lo hacían a través del grabado en rocas y la pintura. Mayormente estos croquis se hallan en el interior de cavernas naturales. Esto ha permitido que hayan permanecido a pesar del tiempo y que aún puedan apreciarse.
Una de sus características es, que usaban para pintar preparaciones que provenían de componentes inorgánicos como el carbón, óxido de hierro, manganeso y arcillas. También empleaban derivados de animales como las grasas, huevos y sangre. De los vegetales usaban los aceites y colorantes.
Preparaban varias mezclas para lograr tintes que iban desde el negro hasta el blanco. Atravesando por una vasta degradación de colores, desde el escarlata ocre, hasta los anaranjados y amarillos los cuales se manejaron de forma directa con los dedos, o con utensilios simulando un pincel. Es posible detectar en las rocas la huella de los dedos o mano.
También se perciben líneas muy finas o espacios muy magnos, que debieron ser elaboradas con algún instrumento, pincel o hisopo. De igual forma empleaban una pintura especial conocida como negativa. Esta la aplicaban exhalando por la boca el matiz pulverizado sobre determinado ente, bien podía ser la mano, obteniéndose como resultado el contorno de la figura.
Las pinturas constituyen una representación bastante básica, carente de profundidad o perspectiva. Sin partes que revelen un ambiente más o menos identificable. Las figuras y animales antropomorfas es el común denominador de estos bocetos. Las mismas muestran perfiles rellenos de color. En muchos casos se aprovecha de los realces pétreos para lograr un efecto de volumen.
No se conoce exactamente qué motivó el origen de los frescos rupestres. Pueden existir muchas y variadas razones para que se realizaran estas manifestaciones sobre roca. No obstante, se cree que tiene un origen neurofisiológico, consecuencia de la ingesta de narcóticos contenidos en plantas como el yagé.
El consumo de yagé conlleva a que se observen ciertas figuras conocidas como fosfenos. Estas son bastante comunes en el arte rupestre y en general en las artes nativas. De ser así, las escenas artísticas se originarían de contextos rituales o de ofrendas. La mayoría producto de alucinaciones.
Cabe reiterar que las pinturas rupestres conocidas resultan bastante análogas en cuanto a sus temas. Las originarias de la era paleolítica lucen dibujos representativos de animales y presencia de líneas. Los artífices de la Edad de Piedra colorearon animales depredadores como leones, rinocerontes, bisontes y renos.
Las concernientes a los humanos eran extraordinariamente raras. Las del neolítico, contienen formas de personas representadas de manera muy estilizada y menos reales que las estampas de los animales. Así mismo se aprecian bosquejos del medio, como hojas y otros además de huellas en negativo de las manos humanas.
También es común encontrar imágenes abstractas como símbolos, letras y marcas geométricas. Estas llegan a alcanzar el tipo más antiguo del arte paleolítico y fue hallado en las cavernas de la Edad de Piedra Tardía.
Destacan cuatro épocas en la pintura rupestre:
Se emplearon variados procesos para recrear este arte. Desde el uso simple de tintes naturales y matices en negativo, hasta escenas muy inconstantes de caza. Asimismo, la representación abstracta de sucesos muy originales. No hubo una cronología en el uso de las diferentes técnicas, que pudiera haber indicado sus avances. Del uso de la pintura natural se pasó a la abstracción sintetizada.
Las escenas eran tomadas de la naturaleza, donde se bosquejaron personas y animales. Era simplemente un croquis o recreación de hechos cotidianos de la comunidad prehistórica. Ciertas escenas, parecen pertenecer a ritos de creencias místicas o religiosas, transmitiendo a las obras acciones de iniciación o liturgias chamanes.
Se desarrolló en la zona oriental de la península ibérica, ampliándose a casi toda la costa mediterránea. La representación levantina se montó sobre abrigos pétreos o en aberturas naturales, expuestas a la naturaleza en sierras calcáreas. Usó tonalidades como blanco, negro, rojo, adquiridos de varios minerales. No empleó mezclas, por lo que no se observa bicromía, policromía o degradación de tonos.
Algo singular es que las figuras de animales y humanas, protagonistas de sus trabajos, se muestran realizando acciones de bastante dinamismo. Destacando tres tipos de acciones:
También se le identifica como pintura franco-cantábrica. Fueron un conjunto de exposiciones de naturaleza artística, fundamentalmente rupestres, que se desarrollaron en el paleolítico superior, en el presente España. También por el sur oeste de Francia.
Era identificado por su realismo, colorido y preeminencia de imágenes de animales aislados. Se aprovecha de las irregularidades del techo o paredes de las cuevas, para simular una tercera dimensión. Los bosquejos se encuentran en lugares distantes de la entrada de las cuevas, lo que sugiere que se elaboraron empleando luz artificial. Es opuesto, en estilo, a a la pintura rupestre levantina, de orden posterior.
Es en España y Francia es donde se localizan las mas célebres. Y es la Cueva de Altamira, en Cantabria, la máxima muestra del arte rupestre arcaico. Son reconocidas como importantes obras rupestres las siguientes:
No es considerado un sistema de escritura, porque es simplemente un medio de expresión. Se transmite en general un sentimiento o una emoción. Muy diferente a un sistema de escritura, el cual maneja una cantidad de símbolos que al unirlos articula diferentes fonemas.
Esta expresión rupestre se considera una manifestación artística de la prehistoria, pero no un método de escritura. La misma no posee un ordenamiento sistemático que pueda establecer cuáles son los significados y el funcionamiento de cada expresión, es decir, no posee reglas.
Estos retratos los elaboró el hombre para simbolizar su cotidianidad. Sólo fueron caracteres gráficos de lo que se practicaba en esa era. La pintura, aunque no es considerada como un sistema de escritura, transmite información como una técnica gráfica. De allí que se puede afirmar que no es un procedimiento de escritura en sí mismo, pero proporciona información como si lo fuera.
Castro, Laura. (2020). Pintura rupestre. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/pintura-rupestre/
