Peripatéticos
Aunque toda la atención de la historia esté centrada en la vida y obra de Aristóteles, mucho de lo que se conoce del gran filósofo y científico se debe a los peripatéticos. Éstos fueron los discípulos de Aristóteles, sus alumnos del Líceo y también los encargados de organizar y hacer más asequible su obra. “Los que pasean, los itinerantes” … Los peripatéticos, llamados así por la costumbre de caminar mientras disertaban, se dedicaron a registrar y popularizar las enseñanzas de Aristóteles. De igual modo, editaron obras originales en función de sus conocimientos de la ciencia, en especial de las ciencias naturales.
Los peripatéticos eran los discípulos del filósofo y científico griego Aristóteles, integrantes de la escuela peripatética fundada en Atenas en el año 335 a.C. El término peripatético viene de la palabra griega ‘peripatêtiko’, que significa los que pasean, los itinerantes. Hace referencia a la forma en la que Aristóteles impartía sus enseñanzas, caminando por los jardines y áreas comunes del Liceo.
El Liceo, llamado así por Aristóteles, fue el lugar en el que se estableció la escuela peripatética. Era un gimnasio, dedicado originalmente a la práctica del ejercicio en la desnudez, actividad física y espiritual propia de los atletas de la época. Más para entonces estaba dotado de salas cubiertas, paseos en sombras (constituidos también por árboles), pórticos columnados y paredes decoradas con obras de arte. Era apropiado para el desarrollo de la vida intelectual.
El filósofo y sus alumnos socializaban durante horas, compartían ideas y las debatían, mientras caminaban absortos por el Liceo. No debían temer al sol o la lluvia.
Aristóteles se caracterizó por ser un maestro distinto a los demás. Abstrajo a sus alumnos de la rutina de un círculo de estudio al que sólo se va a escuchar y asentir ideas.
Los peripatéticos se caracterizaron por el entrenamiento físico y mental. Producto de la estimulación intelectual propinada por el maestro, pensaban por sí mismos y creaban sus propias concepciones morales. Respondían a los porqués de las cosas, basados en las experiencias y hechos comprobables. Filtraban sus opiniones hasta llegar a la verdad, única e irrefutable.
Se centraba en las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales, la búsqueda del conocimiento por el conocimiento, la ética y la poesía. Esta última entendida como elemento de unión entre los hombres.
Tras la muerte de Aristóteles en el año 322 a.C. sus discípulos se dedicaron más que a la filosofía, a las investigaciones científicas.
Los peripatéticos tardíos se emplazaron hacia el estoicismo.
La escuela peripatética es el fruto de la madurez y el reconocimiento del saber en Aristóteles. El Estagirita se había formado junto a Platón y otros importantes filósofos en Atenas. Por requerimiento del Rey Filipo II de Macedonia, en el 343 a.C. viajó para ser tutor de Alejandro III, más adelante nombrado Alejandro Magno. En Macedonia también enseñó a otros futuros reyes, Ptolomeo y Casandro. Esto le valió reconocimiento como hombre de gran sabiduría.
A sus casi 50 años, en el 335 a.C., Aristóteles regresa a Atenas y crea su propia escuela con el nombre de Liceo, por estar en el perímetro del templo de Apolo Licio. A diferencia de otras instituciones de su época, el Liceo era una escuela pública, abierta a discípulos e investigadores, que pronto serían llamados peripatéticos. El nombre hacía referencia al arte de El Filósofo de enseñar durante placenteras caminatas.
La escuela peripatética orientaría la disertación sobre lo que Aristóteles llamó filosofía o ciencia. Saberes prácticos, productivos y teóricos. Además de lógica y retórica. Investigación que los peripatéticos terminarían por desarrollar sin la compañía de su maestro. Tras la muerte de Alejandro Magno, en el 323 a.C., Aristóteles se va a la Isla de Eubea, para no dar a Atenas la oportunidad “de pecar dos veces contra la Filosofía”. Su conexión con Macedonia lo colocaba en peligro de muerte en Atenas y no quería terminar sacrificado como Sócrates.
Los peripatéticos eran genuinos intelectuales, aprendían y enseñaban lo referente a ética y política, arte, física, matemática y metafísica. Esta última entendida como doctrina del ser.
Se centraron en la lógica de Aristóteles, principios del razonamiento válido, útiles para el desarrollo del pensamiento filosófico y científico.
Durante años se propusieron difundir las enseñanzas de Aristóteles, resumidas en sus escritos. Se dedicaron al estudio de la naturaleza y el cultivo de la ética. Algunos desarrollaron nuevos conceptos sobre lógica y metafísica.
La ética aristotélica era práctica, estaba basada en la capacidad de la naturaleza humana para formar hábitos y hacerse de virtudes. Para los peripatéticos el fin del hombre es la búsqueda de la felicidad y esta se consigue en la vida contemplativa.
La felicidad o eudaimonía era entonces concebida como un bien, como el bien supremo. La infelicidad, por el contrario, indicaba la ignorancia del hombre acerca de lo que se debe hacer. Los discípulos estaban llamados a obrar bien, como parte de la buena vida.
Entre los trabajos de Aristóteles, organizados y popularizados por los peripatéticos, se encuentran: Ética a Nicómaco y Ética eudemia. Ambos textos destinados al logro de la virtud, la excelencia, la areté, en cualquiera que ejerciera un oficio o función. En el hombre, destaca, la virtud es la excelencia del alma, los fines y bienes mejores están en el alma.
El Filósofo distinguía dos tipos de virtudes, la ética o moral, adquirida a través del hábito; y la dianoética o intelectual, propia del intelecto o el pensamiento. Como sea, la ética aristotélica era elitista, consideraba que sólo los varones adultos y de clase alta podían alcanzar la virtud, la excelencia. Y que una vez la lograran podrían participar en el estudio de la teoría y práctica de la política.
Aristóteles es fuente inagotable de conocimiento. Es notada su influencia sobre Alejandro Magno, quien se hizo acompañar de zoólogos, botánicos e investigadores en su expedición. Él, alumno tenaz, se quejó con su maestro cuando hizo pública la obra o Corpus aristotelicum; otros hombres podrían superarlo en lo aprendido.
En los peripatéticos influyó de forma inmediata. Los tratados de Aristóteles sobre la metafísica se constituyeron en su base y en la de la filosofía de todos los tiempos. El peripatético Teofrasto escribió una obra precursora en la botánica, Historia de las plantas, de la cual hacen referencia infinidad de autores.
Los neoplatónicos integran elementos de su filosofía con la de Platón y las corrientes espirituales del Este, haciéndole conocido también en el cristianismo. Las obras que hablan de la lógica aristotélica, copiladas por los peripatéticos y publicadas siglos más tarde, recibieron el nombre de Órganon. Trascendieron a la Alta Edad Media, la filosofía escolástica y teología islámica primitiva. Los árabes jugaron un papel importante en la difusión de sus ideas.
Los escolásticos relacionaron la visión aristotélica del hombre con sus ideas sobre la inmortalidad del alma y resurrección del cuerpo.
En la Edad Moderna, el pensamiento aristotélico es relegado a un segundo plano, según Martín Lutero por oponerse a la gracia divina. Más en la Edad Contemporánea se vuelve a la metafísica aristotélica, en el siglo XIX se transforma el campo de la teleología. En el siglo XX es citado en los trabajos sobre la deconstrucción escolástica y filosófica, también son retomadas sus prácticas sobre la ética y el ejercicio de la política. Aristóteles es considerado uno de los filósofos y científicos más influentes del mundo.
Algunos peripatéticos tardíos se inclinaron hacia el estoicismo. Más allá, entre el pensamiento de los aristotélicos o peripatéticos y el estoico existe una conexión, la búsqueda de una respuesta al problema de la incontinencia. Los estoicos adoptan ciertas ideas socráticas sobre la ética y la virtud, más también tomaron las objeciones que Aristóteles hacía sobre éstas.
En Ética a Nicómaco, Aristóteles se ocupa de los problemas que supone la incontinencia considerada desde un punto de vista intelectual, así como de algunas posibles soluciones. Según El Filósofo, la posición intelectualista socrática es que nadie elige lo peor en forma voluntaria. Más, se pregunta si el individuo es capaz de hacer juicios moralmente correctos sobre lo que es mejor para sí mismo y en base a eso, actuar de modo incontinente.
Para los estoicos, el bien está en la sabiduría y dominio del alma, que permiten librarse de los deseos y placeres que perturban la vida.
Teofrasto influyó en su tiempo como un gran divulgador de la ciencia. Su obra se encuentra plasmada en dos grandes tratados: Historia de las plantas y Sobre las causas de las plantas, citadas entre los fundamentos de la ciencia botánica. También destaca su obra Los caracteres, que describe la moral y vida de su tiempo. Y títulos y fragmentos titulados: Calístenes; Historia de la Física, de la que se conservan varios capítulos; Sobre las sensaciones; y una obra sobre metafísica.
En Vidas, Sátiro escribe la biografía de reyes, filósofos, estadistas, oradores e inclusive la historia de ciudades como Alejandría. De Sátiro se menciona además una obra Sobre los caracteres.
De Andrónico de Rodas, quien hizo la edición crítica de las obras de Aristóteles guardadas por Teofrasto, destaca el catálogo y clasificación de los libros aristotélicos. Andrónico los dividió en exotéricos y esotéricos, los dirigidos a un gran público y los destinados a un público con saber filosófico. También se le debe el uso de la palabra metafísica, lo que está después de la física. Término empleado para titular el compendio de textos sin títulos referentes a física dejados por Aristóteles.
Aristóteles trascendió en todas sus formas. El Liceo dio nombre a las instituciones públicas y privadas dedicadas a la enseñanza, a la educación. Su pensamiento es hoy fundamento de múltiples disciplinas. También su forma de impartir la doctrina, cuestionando cada asunto y caminando por las áreas comunes del centro de adiestramiento.
Hoy los peripatéticos parecen ser más cercanos, a través de la reinterpretación que hizo de ellos la serie de TV3 llamada Merlí en el año 2016. La serie estuvo ambientada en una clase de filosofía del bachillerato, en la que el profesor trata de demostrar a sus alumnos lo sorprendente que puede ser el sistema.
Castro, Laura. (2020). Peripatéticos. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/peripateticos/
