Aceite de cártamo
El aceite de cártamo ocupa un lugar importante en la historia de las civilizaciones antiguas. Era utilizado para mejorar la salud de las personas, quienes por motivos desconocidos colocaban semillas u ofrendas elaboradas con esta planta en las tumbas egipcias. A lo largo del tiempo su uso se ha mantenido vigente. Mucha gente ha decidido incluirlo en su dieta debido a sus múltiples propiedades. Veamos cuáles son y qué beneficios proporcionan.
El aceite de cártamo es un aceite vegetal comestible de alta calidad, extraído de las semillas del Cartamus tinctorius, corrientemente llamado cártamo o alazor. Es grandemente valorado por el aporte de sus grasas saludables necesarias para el buen funcionamiento del organismo. Una de ellas es el omega 6, conjuntamente con otras grasas monoinsaturadas. Se utiliza para consumo humano e industrial. Está catalogado como un aceite de significativo poder nutritivo, que ha ganado reputación en el mercado mundial.
El aceite de cártamo es tan nutritivo como el aceite de girasol, considerado el de mayor contenido de ácidos grasos esenciales. Contiene aproximadamente 80% de grasas monoinsaturadas, 14% de polinsaturadas y 6% saturadas.
De aspecto es bastante ligero, suave y de color claro. Se extraen dos tipos, uno con grasa poliinsaturadas apto para el consumo humano. Su sabor es bastante fuerte, por lo que puede ser combinado con otro aceite para aderezar la comida.
Es ideal para ser aplicado en pieles grasas, porque tiene gran poder de absorción. Por ser delicado tiene que protegerse bien en lugares sin humedad y ventilados, pero sin exposición al sol.
La otra variedad que se desarrolla posee grasas monoinsaturadas, y es usado en la industria por su cualidad secante. Conserva su transparencia, sin tornarse amarillo con el paso del tiempo.
Muchas personas aseguran haber podido aliviar dolencias con el uso del aceite de cártamo. Sus experiencias y diversos estudios realizados, han permitido enumerar una serie de propiedades de este producto. Algunas son:
El aceite de cártamo tiene su origen en Oriente Medio, específicamente en Egipto porque se produce de las semillas del cártamo o alazor, planta oriunda de este país. Desde hace cientos de años los nativos aprovechaban las bondades que tiene esta planta para la salud.
Para el año 1950 se inició la extracción de aceite vegetal en forma industrializada. El aceite empezó a distribuirse en varios países, principalmente en la India, luego en México y Estados Unidos. De hecho, son los tres grandes productores. Le siguen China, Australia, Argentina, Etiopia y Kazajistán.
Actualmente la planta de cártamo se cultiva primordialmente en toda Europa, y se destina a la producción del aceite. Es una planta oleaginosa y anual, que se caracteriza por tener una raíz profunda competente para sobrevivir en climas cálidos. Sobrepasa el metro de altura, y ostenta espinas. Sus flores proveen un aproximado de 30 semillas, las cuales se mantienen resguardadas hasta su maduración, para después desgranar y extraer el aceite.
El aceite de cártamo se elabora a partir de la extracción del primer prensado en frío de las semillas del cártamo, sin refinar. Se producen dos variedades de este aceite de acuerdo con las semillas utilizadas.
Uno se hace de semillas con mayor cantidad de ácido oleico. Es magnífico para el consumo humano. Tiene muchos beneficios para la salud del corazón y para el sistema inmunológico por las grasas poliinsaturadas.
El otro se produce con semillas de abundante ácido linoleico, ideal para usos manufactureros. Su durabilidad en el tiempo es más larga, pero es menos saludable ya que sus grasas son monoinsaturadas.
Para elevar la producción se desarrolla un proceso de extracción por solventes. Y para suavizar su fuerte sabor se puede aplicar un tratamiento de refinación.
Tras la manipulación de las semillas queda un residuo en forma de pasta, dotado de fibra y proteínas. Éste es utilizado para complementar la alimentación del ganado.
Son muy diversos, siendo habitual su uso en la cosmetología, gastronomía, farmacia e industria.
Se recomienda el aceite de cártamo para platos fríos como ensaladas, salsas, para untarlo en el pan, bollos, galletas, para la producción de margarina. Por el tipo de componentes grasos no debe ser muy calentado porque oxida rápidamente dañándose. Sin embargo, es más resistente que los otros aceites, conservando su olor y sabor. En restaurantes de reconocida categoría ofrecen menús preparados con este aceite a solicitud de clientela que lo prefiere por sus propiedades.
La forma más común de tomarlo es a través de las comidas, pero ciertas investigaciones realizadas indican que puede ingerirse una pequeña cucharada diaria. De esta forma actúa como cualquier otro suplemento nutricional con repercusiones positivas en el organismo. También se aplica directamente en la zona afectada como las articulaciones, el cuero cabelludo, entre otras.
Además, en el mercado lo venden como suplemento, en presentación liquida o en capsulas. Las indicaciones del prospecto sugieren tomar dos al día previamente a la comida o a ejercicios de entrenamiento. El nutricionista suministrara las recomendaciones propicias de acuerdo con las particularidades de cada persona.
Destacamos que son muchos sus beneficios actuando favorablemente en la reducción problemas de salud como colesterol elevado, arterioesclerosis, hipertensión, glicemia. Todo esto redunda positivamente en el funcionamiento del corazón, por ende en una mejor calidad de vida.
Además, el aceite de cártamo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, regular el ciclo menstrual, disminuir inflamaciones cutáneas como la dermatitis, evitar el estreñimiento, desinflamar la próstata, reducir estados ansiosos porque incrementa uno de los neurotrasmisores asociados a los estados de ánimo como es la serotonina.
Asimismo, reduce las irritaciones bronquiales, es un poderoso antioxidante, es bueno en la lucha contra la obesidad erradicando la grasa visceral que es tan perjudicial. Igual lo es para combatir la celulitis producida por la grasa acumulada en el tejido adiposo. En lo estético es un aliado perfecto para la protección de la piel y del cabello.
El aceite de cártamo está contraindicado para personas alérgicas a la planta de cártamo y para mujeres embarazadas por riesgo a sangrados o contracciones uterinas. Tampoco si son lactantes y no cuentan con autorización médica.
Del mismo modo, su ingesta pudiera interferir con los efectos de fármacos anticoagulantes, antiinflamatorios y analgésicos. Así como en los utilizados para patologías como la diabetes. Es posible la aparición de diarrea, dolor de estómago, nauseas, vómitos ocasionados por un consumo excesivo.
Es reconocido como uno de los aceites más recomendados para perder peso por el tipo de grasa que posee. Usándolo moderadamente contribuye a reducir esa grasa corporal que tanto nos desagrada porque regula la glucosa e incrementa la sensibilidad a la insulina. A la vez contribuye a ganar masa muscular.
El aceite de cártamo incita la producción de leptina lo cual genera sensación de saciedad. No obstante, debe tenerse en cuenta que este aceite tiene un valor calórico alto por ello la necesidad de no abusar de su uso y tener una dieta balanceada.
Cabe destacarse que no debe suprimirse la ingesta de grasa de forma brusca porque afecta el metabolismo ocasionando efectos contrarios a los esperados cuando se tiene un régimen alimenticio.
Castro, Laura. (2021). Aceite de cártamo. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/aceite-de-cartamo/
