Acuífero
El acuífero es una formación geológica con suficiente material permeable, arenas y gravas, para almacenar agua subterránea. Constituye un gran depósito de agua potable, disponible bajo la tierra, y que en ocasiones regresa a la superficie en forma de fuentes o manantiales. Su estudio y aprovechamiento es de gran importancia para los países. Representa agua accesible económica y de alta calidad, en tiempos en los que el agua dulce se ha convertido en un recurso escaso.
Acuífero proviene de las palabras en latín “aqua” y “fero”, que significan yo llevo agua. Un acuífero es una formación geológica subterránea que alberga agua en los poros, fisuras y grietas de las rocas. Es de extensión y espesor considerable. El agua fluye en él lenta y horizontalmente gracias a la porosidad o permeabilidad del medio.
Los acuíferos llegan a alcanzar la superficie e integrarse a humedales, ríos y lagunas, entre otras corrientes superficiales. Constituyen una enorme reserva de agua potable que puede ser aprovechada a través de obras de captación. Existen diversos tipos de acuíferos, valorados por su formación litológica y/o la presión a la que se encuentran sometidos.
Los acuíferos están constituidos por tres zonas claves, de arriba a abajo: el nivel freático, la zona de saturación y la capa impermeable. En el nivel freático se encuentra el agua, que al aumentar su nivel inunda los poros de las rocas en la zona de saturación. La capa impermeable es la más profunda, permite que el agua se acumule y circule horizontal y verticalmente, continuando el ciclo del agua o formando parte del ciclo geológico.
Los sistemas acuíferos libres o freáticos están compuestos por arenas y gravas del cuaternario. En ocasiones estos presentan horizontes arcillosos que originan acuíferos confinados.
La alimentación de los acuíferos es básicamente pluvial, y puede darse de forma directa o por infiltración en las regiones circundantes más elevadas. Reciben además contribuciones fluviales durante los períodos de crecidas e inmediatos a éstas. También el agua utilizada para riego, que retorna a la tierra en grandes volúmenes.
La profundidad y calidad del agua subterránea está determinada por el relieve y la cercanía a los cauces superficiales. Es un factor variable.
Los acuíferos se forman durante el ciclo del agua, a partir de las precipitaciones que se filtran en el subsuelo y descienden hasta alcanzar el material rocoso más o menos permeable. En su formación intervienen dos factores importantes: la gravedad y la litología.
La gravedad atrae el agua hacia al centro de la Tierra, provenga de la lluvia o de los ríos la llevará hasta el subsuelo. Más, depende del tipo de la roca madre que el agua no se filtre, pase o quede acumulada. Una roca densa evita que se filtre el agua. Mientras que una roca con espacios vacíos acumula las aguas subterráneas y puede con estas romperse o disolverse, creando cavidades más grandes que también se llenarán de agua.
En la profundidad hay materiales que impiden las filtraciones. Por encima de ellos, el agua acumulada en las capas porosas fluye lentamente en dirección horizontal hacia la superficie.
Los acuíferos se clasifican según sus características litológicas en: detríticos, fisurados o kársticos, y mixtos. Los primeros están formados por sedimentos o rocas detríticas, de porosidad intergranular. Los fisurados o kársticos corresponden a rocas carbonatadas, calizas y dolomías; o rocas con diaclasado, fracturación y disolución. Los acuíferos mixtos están compuestos de los dos anteriores.
Otro criterio de clasificación, es el de las presiones hidrostáticas, según las cuales los acuíferos son: libres, confinados y semiconfinados. Los acuíferos libres cuentan con una zona no saturada, ubicada entre la superficie del terreno y el nivel freático. Están en contacto con el aire y la presión atmosférica. Los confinados se caracterizan por la saturación total de los poros o huecos de la formación geológica. El agua está sometida a una presión mayor a la atmosférica. Los semiconfinados son acuíferos a presión con algunas capas confinantes semipermeables.
Hay procesos ecológicos, ecosistemas singulares y especies de flora y fauna endémicas en cada manifestación de las aguas subterráneas. Una vegetación asociada directamente a los acuíferos es la freatofita o freatófila. Está constituida por plantas de raíces muy profundas, que absorben agua de una fuente permanente en el terreno. Se alimentan de aguas superficiales, subterráneas y de origen freático cercano a la superficie.
Las freatofitas representan un indicador natural de agua potable subterránea, especialmente en las regiones áridas y semiáridas. Guía o función que también cumplen el fresno, aliso, sauce, chopo y álamo. Estos árboles crecen en acuíferos aluviales de agua dulce, donde la profundidad del nivel freático es menor de diez metros.
En el acuífero la fauna se compone de micro, meio y macroorganismos. Diversidad y abundancia de invertebrados, y algunos vertebrados, muchos de ellos presentes en las aguas superficiales. Predominan los grupos taxonómicos: acari, oligochaeta, crustacea y rotifera. También se encuentran en menor medida organismos pertenecientes a collembola, insecta, nematoda, nematomorpha, aphanoneura y pauropoda.
El subsuelo se caracteriza por la ausencia total de luz, allí no existen organismos fotosintéticos. La fauna de los acuíferos depende de las aguas superficiales para obtener alimento y oxígeno. Presenta adaptaciones que les permiten sobrevivir en los oscuros refugios subterráneos. Generalmente son organismos muy pequeños y de cuerpo vermiforme, alargado y flexible, con el que se desplazan entre las pequeñas cavidades por donde fluye el agua. Algunos carecen de pigmentos y ojos.
El acuífero es el estrato o formación geológica provista de poros y grietas a través de las cuales circula el agua subterránea. El manantial es una fuente de agua natural que brota de la tierra o entre las rocas, de forma permanente o temporal.
El acuífero se forma producto de las precipitaciones y el agua arrastrada por los ríos que se filtran bajo el suelo. El manantial tiene su origen en la filtración del agua de lluvia y en las rocas ígneas, de estas últimas se desprenden los manantiales de agua caliente.
La composición del agua de manantial varía según la naturaleza del suelo o la roca de su lecho. El caudal, depende de la estación del año y el volumen de las precipitaciones; en períodos de menores precipitaciones, menor caudal.
Los acuíferos representan más del 95% del agua dulce disponible en el planeta. La mayoría de ellos son transfronterizos. En las regiones áridas y semiáridas son con frecuencia la única fuente de agua, de allí su importancia y la necesidad de un buen uso y administración.
El agua desempeña un papel clave en los ecosistemas terrestres. La presencia de agua subterránea y/o su surgencia, abundancia, temporalidad y calidad, condicional la biodiversidad y producción de los ecosistemas. Las aguas subterráneas y las superficiales están estrechamente ligadas, forman parte de un mismo ciclo, el ciclo del agua. Afloran en ríos, arroyos, fuentes, lagunas y humedales; o se quedan a escasos metros de la superficie influyendo en la distribución y tipo de vegetación. También se incorporan al ciclo geológico, o viajan hasta los mares y océanos.
El estudio de los acuíferos se realiza a través de la hidrogeología, rama de la hidrología que trata sobre el agua subterránea, su yacimiento, movimiento, recargas y descargas. Más, para estudiar las características del subsuelo de los acuíferos se emplean métodos geofísicos.
El agua de los acuíferos está libre de bacterias y no contiene materia en suspensión, es transparente y de temperatura constante. La edad del agua subterránea es variable, en acuíferos destinados al consumo humano no supera los diez años. En acuíferos ubicados en Arabia Saudita se han estudiado aguas con más de 20 mil años de antigüedad, estos resultan casos excepcionales.
Entre los acuíferos más grandes del mundo se encuentran:
Torrealba, Adriana. (2021). Acuífero. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/acuifero/
