Avellanas

Cuando se habla de avellanas, muchos las asocian al chocolate. La famosa “Nutella” es un ejemplo de la excelente combinación de ambos ingredientes. Pero las avellanas son un fruto seco que no solo enriquece los postres. Sus nutrientes le otorgan vitaminas, minerales, antioxidantes y grasas saludables al organismo. Igualmente, su uso en la estética es muy valorado. Este alimento, cuyo principal productor es Turquía, se extendido por todo el mundo. Conocer sus bondades ayudará a quienes deseen incluirlas en su dieta y gozar de sus aportes.

• Información nutricional para 100 g de avellanas: 629 kcal, 61,15 g de grasas, 4,66 g de grasas saturadas, 5,55 g de grasas poliinsaturadas, 48,19 g de grasas monoinsaturadas, 17 g de carbohidratos, 3,49 g de azúcares, 13,70 g de proteínas, 5,79 g de agua, menos de 0 g de sodio, 0 g de colesterol y 11 g de fibra alimentaria.

¿Qué son las avellanas?

Las avellanas se catalogan como frutos secos. Éstas, como el resto de ese grupo de alimentos, poseen menos de un 50% de agua en su composición. Su denominación se origina del término latino “nux avellana”, que significa “nuez de Avellana”. El nombre viene de un pueblo italiano en la provincia de Avellino. Las avellanas se obtienen del árbol de Avellano. Esta planta se cultiva en varias naciones del mundo, especialmente en las de clima templado. Sus propiedades nutritivas, beneficios a la salud y delicioso sabor hacen de la avellana un fruto muy cotizado.

¿Cuáles son sus características?

• Las avellanas son frutos tipo nuez de tamaño pequeño. Tienen una forma redondeada, parecida a huevecillos chicos. Poseen una corteza o cáscara dura, gruesa y resistente de color marrón.
• Dentro de la cáscara se encuentra la nuez de suave tono amarillento. Es de sabor dulzón, ligeramente crujiente, aceitoso y agradable al paladar.
• Al prensar o procesar las nueces se puede obtener aceite o leche de avellanas. Ambos productos tienen un sabor muy suave y casi no desprenden aromas al cocinarse. Sin embargo, todo dependerá de las variantes de avellanas que se empleen.
• Se pueden consumir crudas o tostadas como aperitivo o merienda. También es un ingrediente para elaborar platillos dulces y salados.
• Para conservarlas hay que guardarlas en un sitio libre de humedades, pues su contenido de agua es bajo y eso las daña. Con cáscara se mantienen almacenadas por mucho tiempo. Peladas pueden durar hasta cuatro meses. También se pueden congelar y conservarse hasta por un año.

¿De dónde salen?

Las avellanas se obtienen del “Árbol Avellano”, cuya denominación científica es “Corylus avellana”. La planta es parte de la damilia “Coryláceas”. Es de altura baja, pues oscila entre los 2 y los 5 metros. Sin embargo, hay dos especies altas, uno que se da en Chile que llega hasta los 20 metros y otro en la India que alza los 30 m de alto.

Sus hojas son de color verde, anchas y grandes con pelos minúsculos. El tronco es de corteza liza y de un tono rojizo amarronado. También presentan lunares de color más claro. Las ramas brotan del cuello. Los frutos salen en el extremo de las ramas, entre las hojas. Son pequeños gajos de dos o tres semillas.

El avellano no es exigente con el suelo. Lo que se debe evitar es el encharcamiento del terreno, pues no tolera mucha humedad. Su riego es espaciado. Se da mejor en climas templados. Su cultivo es popular y se ha diseminado por gran parte del planeta. En países como España, se cosecha entre agosto y septiembre cuando las avellanas están maduras. En el mercado se consiguen peladas y en concha.

¿Cuál es su origen?

El Árbol Avellano data de unos 5 mil años. Se cree que nació en Asia Menor, pues en China se hallaron documentos que describen a sus frutos con ese tiempo de antigüedad. Sin embargo, los pioneros en llevar las avellanas a Europa fueron los griegos. Luego, los romanos se encargaron de distribuirlas por todo el continente. 

Durante el siglo XIX se realizaron experimentos para conseguir híbridos más resistentes de la planta. Así llegó a sembrarse en distintas regiones. Actualmente los productores más importantes de avellanas en el mundo son: Austria, Alemania, Italia, España, Rusia, Francia, China, Autralia, Estados Unidos y Turquía. Este último es el país donde se cosechan más toneladas de avellanas anualmente.

Tipos de avellanas

Como se han hecho varias mezclas e hibridaciones, son muchas las variedades de avellanas que existen en el mercado. Sin embargo, las más comunes son:

• Filbert: Son las que más se cultivan en los Estados Unidos.
• Constantinopla: Se cosechan en Turquía y se originaron en Asia Menor y Europa.
• Negret: Muy pequeñas y de fructificación precoz. Nacieron en España y ostentan “Denominación de Origen” bajo el nombre de “Avellana de Reus”. También se incluyen en este selecto grupo las Culplá, Pauetet y Gironell.
• Ennis: De origen estadounidense. De buena productividad y tamaño grueso.
• Fértil de Coutard: Proceden de Francia. Maduran tarde, a fines de septiembre.
• Tonda Di Giffoni: Son italianas y poseen una elevada productividad.

¿Para qué sirven?

Las utilidades de las avellanas son diversas. Algunas de las más comunes son las siguientes:

• Las avellanas son un gran alimento. Su delicioso sabor, textura y propiedades le otorgan un lugar en la gastronomía mundial. Por ello su uso en la cocina es muy variado.
• La mezcla que se prepara con chocolate (cacao) y avellanas es el postre más conocido. Esa combinación es base de galletas, tartas y otros dulces.
• Se pueden comer solas secas, frescas, tostadas, fritas, saladas o acarameladas. De esta forma sirven como aperitivo o botana.
• Machacadas o molidas se adicionan a cereales, salsas, ensaladas, helados, bizcochos, turrones y otras elaboraciones.
• En países como Alemania las comen verdes en ensaladas. También las almacenan en salmuera. Conservarlas en vinagre es una costumbre en India.
• Mezclar avellanas y café molido es otra manera de consumirlas. La infusión de esa combinación resulta placentera.
• Las avellanas sirven para obtener aceite. Este se consigue tras un proceso de prensado en frío. El líquido es blanco y de sabor delicado, perfecto como aderezo de ensaladas.
• De las avellanas también se obtiene leche. Resulta una alternativa saludable para intolerantes a la lactosa.
• La madera y hojas del Árbol Avellano se utilizan en la medicina y como alimento para ganado.
• El aceite de avellanas tiene usos cosméticos.

¿Cuáles son sus propiedades?

• La composición de las avellanas es de un 60% de grasas (en su mayoría insaturadas), 10% de agua, 5% de sacarosa y 5% de proteínas.
• Las avellanas contienen muchas vitaminas. Una porción de 100 gramos posee 14.2 microgramos de vitamina K, 6.3 miligramos de C, 15.03 miligramos de E, 563 miligramos de B6, 0.113 miligramos de Riboflavina, 1 microgramo de Retinol, 0.643 miligramos de Tiamina y 1.8 miligramos de Niacina.
• Los minerales también enriquecen las avellanas. 100 gramo de estas nueces contiene 114 mg de calcio, 4.7 mg de hierro, 163 mg de magnesio, 290 mg de fósforo, 680 mg de potasio, 2.45 mg de zinc y 0% de sodio.
• Su valoración nutricional es elevada. Calóricamente posee 629 kilocalorías por cada 100 gramos.

¿Qué beneficios tienen?

Gracias a la cantidad de vitaminas, minerales, grasas buenas y nutrientes en general, las avellenas proporcionan grandes beneficios al organismo. Algunos son:

• Retardan el envejecimiento, pues tienen un efecto antioxidante.
• Disminuyen el colesterol en la sangre. Sus grasas insaturadas hacen a las avellanas amigas del corazón. Protegen el sistema cardíaco y facilitan su correcto funcionamiento. Los conductos sanguíneos resultan más elásticos, fuertes y sin obstrucciones.
• Previenen la hipertensión arterial.
• Favorecen el tracto intestinal, el digerir los alimentos y evitan que se produzca estreñimiento. Incluso, por su alto contenido de fibra sirve como laxante suave.
• Las avellanas son ideales para atletas y deportistas. Proveen energía, reducen la fatiga y el cansancio que genera el entrenamiento o una vida agitada.
• Benefician la estructura ósea. El calcio que contiene ayuda a fortalecer huesos y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
• Se recomienda su consumo como complemento durante el embarazo y la lactancia. Sus nutrientes ayudan al desarrollo fetal y del bebé. Posee ácido fólico, fundamental para que se forme la columna vertebral, cerebro y sistema nervioso.
• Las avellanas reducen el estrés. Igualmente, aumenta la concentración y memoria.
• Ayudan al tratamiento de la anemia.
• Su ingesta no aumenta el índice glucémico, por lo que es una buena opción como alimento para los diabéticos.
• Combaten parásitos en el intestino.
• Hay estudios que relacionan el consumo de avellanas con una disminución de las posibilidades de sufrir cáncer de mama, colon y próstata.
• El aceite de avellanas es excelente para el cuidado del cabello y la piel. Se emplea en cremas, acondicionadores y tintes.

¿Qué contraindicaciones tiene el consumo de avellanas?

Solo las personas que son alérgicos a las avellanas no pueden consumirlas. Muchas personas desarrollan alergias a los frutos secos, así que hay que tener cuidado si hay sospechas o historial familiar al respecto. Su alto índice calórico hace que una ingesta en exceso pueda llevar a aumento de peso. Por ello, hay que comerlas con moderación. Ingerir una gran cantidad de avellanas puede ocasionar diarreas.