La cuenca hidrográfica es una unidad hidrológica y geográfica. Una red natural de entrada y salida del agua, formada por una corriente importante, tributarios y emisarios, distribuidos desde la cabecera hasta su deposición final. Comprende ecosistemas acuáticos y terrestres que interactúan en el área e influyen en la cantidad y calidad de las aguas. Grandes cuencas fluviales componen vertientes que confluyen en el mar o en los océanos. Las pequeñas funcionan como afluentes de lagos y ríos, otras desaparecen antes de llegar a los cursos de agua. Todas generan impacto ecológico, biológico, social y económico en las comunidades contiguas. Entre las mayores cuencas del mundo están los sistemas de los ríos Amazonas y Nilo.
Una cuenca hidrográfica es una unidad territorial natural. Depresión del suelo en la que existe una corriente de agua relevante y convergen lagos, arroyos y ríos, entre otros afluentes. Constituye un sistema o red de drenaje que aporta sus aguas al mar o a una zona endorreica, mediante un único curso.
Incluye además de ecosistemas acuáticos, entornos terrestres: selvas, bosques, matorrales, pastizales y manglares. La también llamada hoya hidrográfica, cuenca fluvial o cuenca de drenaje, se divide por zonas y está delimitada por la divisoria de aguas.
La cuenca hidrográfica está compuesta por el río principal, sus afluentes o tributarios, y efluentes o emisarios. Afluentes y efluentes tienen sus propias cuencas, estas figuran como subcuencas del gran sistema de drenaje. Su relieve es el de un valle, conformado por montañas, pendientes, correrías de agua y llanuras en las partes más bajas.
Se caracteriza por el área de superficie, medida desde la divisoria de aguas hasta su convergencia con el mar o estación final. También por su perímetro, ancho medio, longitud de curso de mayor largo, extensión de los afluentes y elevación sobre el nivel del mar, en el punto más alto y más bajo de la cuenca fluvial.
La cuenca puede ser circular, de oval redonda a oval oblonga, de oval oblonga a rectangular oblonga. Su forma afecta el tiempo de recorrido de las aguas a través del sistema. Los mayores caudales se concentran en las estructuras circulares.
La cuenca fluvial se origina como compendio de varios elementos que interactúan en el llamado ciclo hidrológico. Principalmente el agua que mana de forma constante desde un punto elevado, producto de las lluvias, manantiales, acuíferos, el deshielo de glaciares, la unión de riachuelos y arroyos. Seguida del clima, suelo, subsuelo, vegetación y paisaje, fenómenos geológicos y meteorológicos.
La unidad geográfica involucra todos los territorios asociados desde su nacimiento hasta la desembocadura. El agua que cae de las nubes o brota de la tierra satura el suelo en la parte alta de las montañas. Baja por fuerza gravitacional erosionando, esculpiendo surcos, transportando sedimentos.
El paso constante hace que la capa de saturación se haga permanente y el agua no se filtre, desciende por las pendientes hasta alcanzar regiones más o menos planas. En el trayecto el cauce principal se enriquece con la entrada de otros cursos de agua, tributarios.
Para el estudio y comprensión de la dinámica fluvial, la cuenca se divide en tres zonas: Cuenca alta, cuenca media y cuenca baja. La primera hace referencia al nacimiento del río principal en las cimas montañosas y sus laderas. Trayecto donde el agua modela el relieve de forma vertical y profundiza su cauce.
La cuenca media se caracteriza por el movimiento zigzagueante del río, recorre tierras onduladas y ensancha su valle. Existe una ponderación entre la entrada y salida de materiales sólidos transportados por el flujo.
La cuenta baja es el trayecto final del río. Es donde la corriente pierde fuerza y los sedimentos se depositan formando conos de deyección, planicies, deltas, estuarios o humedales. Termina en el mar, océano, y en algunos casos en zonas sin salida fluvial al mar, donde las aguas desaparecen en una red de drenaje interno.
Se clasifica según la dirección o destino de las aguas, como: cuenca exorreica, endorreica, y arreica. La primera es el tipo más abundante, drena al mar o al océano, se dice cuenca abierta. La endorreica o cerrada, converge en lagos, lagunas o solares sin salida al mar. La arreica no desemboca en ríos u otros cuerpos, sus aguas se escurren o vaporizan antes de fluir en una red de drenaje.
La cuenca hidrográfica también puede clasificarse según su tamaño: grande, mediana o pequeña; o su ecosistema: árido, tropical, frío, húmedo. Inclusive por el objetivo o capacidad natural de sus recursos: hidroenergética, para agua poblacional, agua para riego, agua para navegación, ganadera y de uso múltiple.
Una cuenca fluvial se delimita a través de la divisoria de aguas, también llamada parteaguas. Una línea imaginaria que se traza en la parte más alta entre dos o más cuencas colindantes, dividiendo el curso de escorrentía o agua precipitada.
La divisoria de aguas se marca a partir de la definición de las redes de drenaje. También de la ubicación de los puntos altos, indicados por las curvas de nivel, los puntos con mayor altura en el terreno. La línea corta perpendicularmente las curvas de nivel entre uno y otro punto alto, no secciona ríos o arroyos.
La vertiente es un conjunto de cuencas hidrográficas, cuyos ríos y afluentes desembocan en un mar o lago de gran tamaño. El concepto de vertiente se emplea cuando se habla de la geografía a escala continental.
Los rasgos de los ríos que constituyen el conjunto son particulares de cada región o hemisferio. La vertiente del Pacífico, por ejemplo, está formada por ríos relativamente cortos y de intrincadas pendientes, con caudales que alcanzan los 3000 metros de profundidad. La vertiente del Atlántico, reúne ríos largos, copiosos y de menos inclinación, navegables.
Al igual que las cuencas, las vertientes están delimitadas por una línea divisoria que recorre las cumbres del relieve.
La cuenca hidrológica es la unidad básica para la gestión de los recursos hídricos. Se establece dentro de la cuenca hidrográfica, incluye las aguas superficiales y subyacentes. Es un mecanismo para el mantenimiento, preservación y desarrollo sostenible de los ecosistemas y su biodiversidad.
En la cuenca hidrológica se caracteriza y precisa el recurso hídrico disponible. Permite la planificación de su uso en los diversos proyectos, de índole poblacional, recreativo, agrícola, ganadero, energético o industrial, según sea el caso.
La cuenca hidrográfica absorbe el agua de las diferentes fuentes de precipitación, en ella descargan manantiales, arroyos y ríos. Almacena y transporta las aguas, sedimentos y otros elementos hasta su vertido en el mar, en las zonas endorreicas o donde se disponga su uso.
El sistema de drenaje natural regula la recarga hídrica y los ciclos biogeoquímicos. Es un sumidero de CO2. La interacción de los cursos garantiza la calidad física y química del agua y su relación con los elementos biológicos. Conserva la biodiversidad, también la variedad de suelos. Provee a las poblaciones un espacio para lo social, cultural y recreativo; y los nutrientes para el desarrollo de actividades agropecuarias.
Algunos ejemplos de cuenca hidrográfica son:
Castro, Laura. (2021). Cuenca hidrográfica. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/cuenca-hidrografica/