Suricata
La suricata, suricato o gato de roca es un pequeño y simpático animal, de gran presencia en el continente africano. Famoso a nivel mundial, no solo por sus características y comportamiento, sino también por su aparición en varias películas, como El Rey León de Walt Disney. Entre otras particularidades, llama la atención que el patrón de rayas que exhibe en el dorso de su cuerpo, es diferente en cada individuo.
La suricata es un mamífero perteneciente a la familia de la mangosta, una de las especies más pequeñas, bonitas y sociales del reino animal. Suricata Suricatta es su nombre científico, que se traduce como gato de roca, razón por la cual se ha dado a conocer con este calificativo.
En diferentes espacios geográficos existen tres subespecies de suricatos. Aunque de apariencia son iguales, difieren en sus tonalidades y en la distribución de las marcas de su pelaje.
Es un animal con muchas curiosidades. Estando recién nacido solo orinan con el estímulo de la madre. De adulto suele pararse apoyándose en sus patas traseras y permanecer en esa posición, dando una particular impresión, sobre todo cuando está en grupo. Es asombroso verlos a todos «de pie».
Igualmente, recibe desde muy corta edad, entrenamiento sistemático para su posterior sobrevivencia en la naturaleza. Los padres escogen a las suricatas mayores para realizar esta labor con los jóvenes. Los expertos dicen que son especies considerablemente altruistas, porque están pendientes del bienestar de todos.
Sus características de orden taxonómico son las siguientes:
La suricata tiene el cuerpo cubierto de pelo, exceptuando la parte abdominal donde son escasos. Es de color beige con franjas que pueden ser oscuras o claras, ubicadas a partir de los hombros hasta la base de la cola.
Es de tamaño pequeño. Su cuerpo puede alcanzar los 35 cm, pero alberga a la vez una la larga y delgada cola, que mide cerca de 25 cm. Su altura es de 30 cm, y su peso oscila entre los 700 y 1000 gramos.
La forma de la cara es cónica, puntiaguda en la nariz marrón, y redondeada atrás de la cabeza. Ostenta un largo y húmedo hocico que emplea para identificar alimentos diminutos o casi invisibles.
Sus ojos grandes, bordeados de pelos y parches negros, le otorgan un atrayente semblante. Le aportan una visión binocular, por lo que perciben muy bien las profundidades y las periferias. En su boca destacan 36 dientes, siendo los incisivos un tanto más curvados.
Este espécimen cuenta con cuatro patas que exhiben cuatro dedos no retráctiles. Están provistos de garras anteriores fuertes, afiladas y curvas, que crecen hasta dos cm.
Además, tiene una riqueza vocal que le permite comunicarse con los otros suricatos emitiendo llamadas de alerta, temor, reclutamiento, mandatos e indicaciones.
Se destaca el comportamiento sociable de la suricata. Convive en comunidades o colonias en el interior de la tierra, conformadas por unos 40 individuos. Cada integrante cumple una función; los guardianes, machos o hembras, son de mucha relevancia, su responsabilidad es estar atentos ante la visita de intrusos para dar la voz de alerta.
Son muy celosos con su territorio al punto que pelean entre clanes por cualquier invasión a sus dominios. Los machos demarcan el territorio valiéndose de sus glándulas anales odoríferas. Los compañeros de la colonia se llevan muy bien apoyándose y protegiéndose mutuamente. Allí, existen la pareja dominante, ayudantes, subordinados, entre otros roles.
Sus actividades las realizan de día. De noche descansan en sus guaridas subterráneas excavadas por ellos mismos y organizadas en redes con numerosas salidas.
Les fascina tomar el sol, sobre todo en la tarde, colocándose de frente al astro. Poseen un agudo olfato, son fisgones, inquietos y bien organizados para defenderse de los enemigos.
Cuando sienten la amenaza inician un estado de alerta, adoptando una postura erguida y desafiante que los hace parecer de mayor tamaño y fuerza. Los pelos y cola los colocan erectos; silban, emiten gruñidos, escupen y se mueven rápidamente dando pasos adelante y atrás repetidamente. Todo esto intentando amedrentar al enemigo.
La suricata es de naturaleza carnívora. Su dieta la componen fundamentalmente de insectos, más del 70% de la ingesta es a base de ellos. Completa con escorpiones, arácnidos, ciempiés, lagartijas, serpientes, roedores minúsculos, aves y huevos. Es muy buena cazadora. Si no encuentra ninguno de estos alimentos, opta por las raíces.
Por ser tan delgado, este animal no tiene grasa en su cuerpo. Esto le obliga a estar continuamente en búsqueda de comida.
Es la especie de mangosta que más se encuentra en zonas áridas y abiertas. Por ello, habitan principalmente en el desierto de Kalahari o en la zona sur de África hasta el este; la distribución abarca Namibia, Botsuana, Zimbabue, Angola, Mozambique.
Buscan ambientes con rocas, suelos duros, de gran extensión y climas áridos. También sabanas, llanuras arenosas, pastizales que tengan vegetación baja y matorrales leñosos. En estos hábitats se enfrentan a condiciones difíciles y adversas.
Sin embargo, su pelaje se adapta para resistir las inclemencias del desierto. Por un lado, contribuye a mantenerlos frescos en medio del calor. Por el otro, en las noches heladas del invierno, le sirve de aislante.
El rango de distribución de la suricata comprende el Sur y Sur-oeste de África. La incidencia mayor está en el occidente, desierto de Kalahari y sur de Namibia, suroccidente de Botsuana y norte y occidente de Sudáfrica.
En un muy bajo porcentaje, se observan en el territorio suroccidental de Angola y en Lesotho, en sus regiones de baja altitud. Las condiciones del suelo determinan en gran medida la distribución, en los secos, áridos y firmes se encuentran mayores concentraciones.
No existe una época especial del año para el apareamiento de este animal, por lo que puede suceder en cualquier momento. La hembra generalmente lo hace al cumplir los dos años de edad, aunque alcanzan la madurez sexual al año. Es prácticamente obligada por el macho a copular pues este no se preocupa por una labor de cortejo; lucha con ella hasta que la domina y logra aparearse.
La gestación dura casi tres meses; nacen de 2 a 5 crías ciegas y con la capa de piel todavía incompleta. Es frecuente, que sobrevivan solo tres. Luego del nacimiento empieza un proceso de crianza colectivo en el cual todos colaboran. Son amamantadas durante tres semanas por otras hembras mientras la madre recolección alimentos.
Al estar más grandes reciben porciones de comida sólida de los ayudantes. El padre también se preocupa por resguardarlas, a ellas y a la madre. Los promedios de reproducción son tres veces al año.
Cabe destacar que solamente la pareja dominante existente en cada grupo puede reproducirse. Escasas veces lo hacen las hembras subordinadas, pero con machos subordinados que llegan de otros clanes. Viviendo silvestres, hay mayor número de nacimientos en épocas de lluvia.
La suricata no está bajo amenazas graves. Por esta razón, en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está clasificada como una especie de Preocupación Menor. Puede entonces confirmarse que su estado de conservación es fuera de peligro.
No obstante, hay animales carnívoros que las están eliminando, principalmente el águila marcial, el chacal de lomo negro, gatos africanos y otros rapaces que se constituyéndose en sus depredadores más peligrosos.
Ante sus ataques aplican diversas estrategias de defensa. Algunas son localizar sitios de refugio, emitir sonidos para defenderse, unirse todo el grupo para intimidar al depredador, proteger a los jóvenes, maximizar los estados de alertas, entre otros. Su promedio de vida son 12 años. No debe olvidarse que es un animal salvaje y no está habituado a vivir bajo cautiverio.
La suricata pertenece a la familia de las mangostas, siendo una de las especies de menor tamaño. Sus características particulares la diferencian del resto de las 33 variedades existentes, aunque tienen muchas similitudes.
La suricata habita en el desierto y zonas áridas, en cambio hay mangostas semiacuaticas que viven parcialmente en el agua o en tierra, pero cerca de los humedales. Otras viven en los bosques.
El rostro de la suricata es más llamativo por la acentuada mancha negra alrededor de los ojos. Estos tienen forma redondeada y son grandes, en contrate a los de la mangosta que son alargados y más pequeños. Los colores de los ojos también son diferentes.
La suricata tiene menor pelaje siendo de tonalidades grisáceas o beige; mientras que la mangosta posee un pelaje muy abundante, de color pardo marrón. La mangosta es inmune al veneno de la cobra, y tiene mayor longevidad; la suricata inhibe el veneno de los escorpiones.
Castro, Laura. (2021). Suricata. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/suricata/
