Se halla en peligro de extinción y su población se concentra mayormente en los Estados Unidos. Se trata de la tortuga caimán, un réptil de gran caparazón y potente mordida que puede vivir hasta 200 años. Se nutre de peces, principalmente, y tiene un curioso método de alimentación. Si gustas saber de ella, sigue leyendo a continuación.
La Macrochelys temminckii o tortuga caimán es un reptil acuático de la familia Chelydridae. Es una especie endémica de los Estados Unidos, que suele habitar en cuerpos de aguas lentos. Aunque no es común su desenvolvimiento en tierra firme, puede ser atacada por cuervos, mapaches e incluso por el hombre. Una de las adaptaciones morfológicas más relevantes, recae en su lengua. Aunque es negra, tiene una terminación de color rosa intenso que simula a un gusano, y que atrae poderosamente a las especies que le sirven de alimento.
En la información taxonómica de la tortuga caimán destaca la siguiente:
Considerada la tortuga de agua dulce de mayor de tamaño en los Estados Unidos, la Macrochelys temminckii puede desarrollar un caparazón de 80 centímetros, y pesar 114 kilos. No obstante, la medida regular es de 50 centímetros y el peso de 60 a 75 kilogramos.
La cubierta o carapacho es largo, grueso y de tonos verdosos, marrones, grises o negros. Es, concretamente, una placa de tejido óseo que no se vincula al sistema esquelético del animal. Consta de varios escudos pleurales y vertebrales, con púas colocadas en hileras, que dan forma a tres crestas dorsales dotadas de quillas completas o incompletas.
Las mismas se prolongan desde el frente hasta la zona posterior del armazón, en cuyo borde se halla una fila de escamas que abarca los márgenes exteriores y el interior de los costados. En el borde posterior, sobre la cola, se halla una muesca caudal estrecha y de apariencia triangular. El plastrón, en tanto, es de pequeño tamaño y en forma de cruz.
Un rasgo resaltante de la tortuga caimán es su cabeza, que tiende a ser pesada y grande, con una aparente forma triangular si se mira desde arriba. Los ojos con un patrón de color amarillo brillante, se hallan a los laterales, bordeados con filamentos carnosos que parecen estrellas.
La boca, por su parte, consta de una mandíbula inferior y otra superior, cubiertas por una capa de queratina con terminaciones puntiagudas. Carece de dientes, pero tiene un afilado pico que usa para cortar a sus presas. Muy llamativos son los largos tubérculos que crecen cerca de la garganta y el mentón, también con una apariencia punzante.
El dimorfismo sexual recae en la ubicación de la cloaca. La de la hembra se encuentra en el borde del caparazón y la del macho se prolonga fuera de éste. En la extensión de la cola también hay diferencias. La del macho tiende a ser mucho más ancha, puesto que ayuda a ocultar sus órganos reproductores.
Investigaciones realizadas no han arrojado evidencias de ningún tipo de estructura social ni interacciones entre las tortugas caimán. De allí que sean descritas como animales solitarios. Se sumergen en el agua durante 50 o 60 minutos, y posteriormente salen a la superficie para obtener oxígeno.
Para pernoctar eligen reservorios con troncos y arbustos colgantes, pero está claro que pueden variar su localización en cada estación. Su comportamiento migratorio obedece a la necesidad de encontrar espacios aptos para la hibernación o reproducción.
En cuanto a su modo de comunicación, puede inferirse que las tortugas caimán emplean señales quimiosensoriales, especialmente para la ubicación de sus presas. Con su garganta realizan el llamado bombeo gular, para probar el agua y así determinar elementos químicos liberados por ciertos animales. Gracias a ello pueden dar con su alimento e incluso hallar especies enterradas en el lodo.
Su alimento preferido son los peces. Un apéndice con apariencia de gusano, situado en el interior de su lengua, atrae a estos animales. Seguros de haber encontrado su propia comida, van directo a la boca de la tortuga caimán y terminando siendo devorados, algunos enteros y otros cortados en trozos. A falta de éstos, va en búsqueda de reptiles y otras tortugas de menor tamaño.
En realidad, su instinto carnívoro y carroñero le permite aprovechar cualquier oportunidad para satisfacer sus necesidades. De allí que es capaz de ingerir moluscos, ranas, cangrejos de río, serpientes, almejas, insectos, plantas acuáticas, ratas almizcleras, mapaches, ardillas, armadillos y más. Estando en cautiverio suele ingerir cerdo, aves de corral y carne de res.
La tortuga caimán es una especie de agua dulce. Mientras son jóvenes se desenvuelven en pequeños arroyos, pero al alcanzar la adultez se trasladan hacia los pantanos, lagos, ríos, canales de movimiento lento, principalmente en regiones templadas. Según los cambios de temperatura, pueden seleccionar distintos hábitats, y hasta desarrollar conductas termorreguladoras.
Los machos tienden a ser más aprehensivos con los cambios. Las hembras, en tanto, se atreven a elegir aguas menos profundas o cálidas, para garantizar el desarrollo del huevo. Antes de parir se desplazan hacia la tierra para anidar en el suelo, casi siempre a una distancia de entre 12 y 72 metros. Similares conductas asumen los ejemplares jóvenes, a quienes les gusta salir de los humedales para hacer constantes recorridos entre el nido y el agua.
Aunque no existe una población muy extensa, el principal punto de distribución de la tortuga caimán se halla en Estados Unidos, concretamente en Florida, Carolina del Sur, Texas, Missouri, Oklahoma, Kentucky y Georgia. También se han registrado hallazgos importantes en Honduras, Guatemala y el sureste de México (Campeche, Tabasco y México). Hasta Europa y Asia han sido llevados muchos ejemplares para la comercialización de animales exóticos.
Al llegar a los 11-13 años, o al alcanzar los 8 kilos y 33 centímetros, tanto la hembra como el macho logran la madurez sexual. Se aparean una vez al año, con ciertas diferencias de fecha según el lugar de distribución. Los ejemplares de Florida, por ejemplo, se unen al comienzo de la primavera, mientras los del valle del Mississippi, lo hacen al final de dicha temporada.
Con una conducta evidentemente territorial, el macho se monta sobre la hembra y sujeta el caparazón con sus poderosas patas y garras para copular. Al introducir el pene en la cloaca, eyacula y completa el embarazo.
Para anidar, ella se traslada hacia la tierra y emplea sus patas para excavar una fosa donde depositará entre ocho y 52 huevos. Antes de regresar al agua tapa el agujero con abundante tierra, dando inicio a un período de incubación que se prolonga de 11 a 140 días.
La eclosión tiende a ocurrir otoño y, desde su nacimiento, las crías se ven desprovistas del cuidado parental. A causa de ello, muchas son devoradas antes de que puedan llegar al río. Las que sobreviven se nutren de renacuajos, caracoles, cangrejos y otros pequeños invertebrados.
Curiosamente, el sexo de los retoños dependerá de la temperatura alcanzada por la arena durante la incubación. Serán hembras si ésta ronda los 29 o 30 grados, y machos si se ubica entre los 25 y 27 grados. Su posterior crecimiento será más rápido en aguas cálidas, de 30 grados centígrados.
La tortuga caimán es vulnerable a la extinción, especialmente en Kansas, Illinois, Indiana y Kentucky, donde se han establecido leyes que instan a su protección. La amenaza principal recae en la interferencia humana, en la acción de cazadores que van tras su carne o caparazón, o que simplemente impulsan el contrabando ilegal de este animal para su cría como mascota.
La pesca incidental o de arrastre, la depredación de los nidos, la invasión de su hábitat y la contaminación de las aguas también han incidido en la disminución de la población mundial. Aunado a ello se cuenta la tardía reproducción del animal, que ha desencadenado una merma importante en la multiplicación natural de la especie.
Castro, Laura. (2021). Tortuga caimán. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/tortuga-caiman/