Toltecas
Los toltecas fueron un pueblo de tradiciones y manifestaciones muy destacadas. Conformaron una cultura recordada con gran fascinación por los estudiosos de la historia. Hoy en día algunos de sus preceptos se continúan usando y son el fundamento para la creación de otras novedosas tecnologías. Sin embargo, muchos otros son desconocidos, por lo que existe el deseo de buscar lo que se considera una valiosa herencia perdida.
Los toltecas fueron un pueblo que vivió entre los años 800 y 1200 d.C en México, específicamente en Tula y sus proximidades, siendo Huapalcalco y Tollan-Xicocotitlan, dos de sus primordiales asentamientos.
La cultura tolteca formó parte de una de las poblaciones precolombinas mesoamericanas. Como raza los toltecas tuvieron una marcada influencia en el arte de toda Mesoamérica, donde contribuyeron con modificaciones resaltantes relacionadas con los cánones arquitectónicos existentes durante el siglo IX. Se estima que tuvieron gran incidencia sobre los Mayas y que los Aztecas fueron sus sucesores.
En principio el pueblo tolteca fue errante. Su éxodo se inició al abandonar un lugar llamado Huehuetlapallan o Vieja tierra roja. Peregrinaron más de cien años hasta llegar a Tollantzinco, donde se establecieron por casi veinte años. Parten de nuevo dirigiéndose hacia el poniente fundando un lugar denominado Tollan, cercano a Tula, posterior ciudad importante de la cultura tolteca.
La naciente sociedad fue dominada por la religión, pero, paulatinamente fue asumida y regida por los militares. Habitaron en esta zona poco más de cuatro siglos, entre los años 750 y 1.168 d.C. En el periodo o fase comprendida entre los años 900 a 950, fue una época esplendorosa caracterizada por transiciones y uniones de las poblaciones. Igual desarrollo se vivió entre 950 a 1150.
A partir de aquí empezó una fase de retroceso, observándose indicadores de abandono y ruina de la capital tolteca. Fue un proceso largo porque hasta el año 1520 la ciudad todavía tenía pobladores. El desplome del imperio tolteca constituyó el comienzo del período de los aztecas. Durante todo este tiempo tuvo ocho tlahtoques o gobernantes.
El escalón superior del sistema de gobierno lo ocupaban los jefes militares. Luego estaban los sacerdotes. Después se ubicaban las personas de clases trabajadora como agricultores y artesanos. Por último, se encontraban los esclavos. Existían solo dos clases sociales: Los privilegiados y los sirvientes.
Actualmente, prevalece un interés por la atrayente cultura tolteca. Hay consciencia de que representa una herencia de los pueblos mesoamericanos que merece ser recuperada.
Los toltecas se caracterizaban por su actitud atenta, pacífica y por sus conocimientos sobre todo tipo de artes. Eran personas respetuosas, francas y leales con una especial propensión por los componentes de la naturaleza. Su religión era panteísta, es decir, veneraban los poderes naturales. Eran comunes los rituales donde realizaban sacrificios humanos.
En la sociedad existían diferentes categorías, siendo los jefes militares quienes la gobernaban. También había una complicada estratificación social manifiesta en la distribución de las viviendas, el tamaño y los materiales utilizados para su fabricación. Entre estos destacan la piedra y el adobe, lo cual hacia que la ciudad, estructurada en sectores, luciera bien fortificada.
Cada barrio tenía su templo, donde se congregaban todos. La mayoría de las personas vivían en grupos de tres o cuatro apartamentos o viviendas construidas alrededor de un patio central. En los grupos familiares los padres eran los responsables de educar a los hijos, mientras las madres se concretaban a los oficios domésticos.
Se nutrían de variados productos vegetales como cacao, chile, maíz, aguacate y frutas como ciruelas y papaya. Sin embargo, tenían predilección por el amaranto el cual formaba parte de su menú diario.
Los toltecas estaban ubicados en la meseta central, donde al presente se encuentran los Estados mexicanos de Tlaxcala, Hidalgo, México, Morelos y Puebla. La ciudad capital fue Tula o Tollan-Xicocotitlan, catalogada como una ciudad atrayente, pero a la vez polémica. Distaba a 70 km al norte de la ciudad de México, actual estado de Hidalgo.
Las personas de la clase privilegiada vestían ropas de gran calidad con esplendidas decoraciones en plumas, piedras semipreciosas, minerales, conchas, que proyectaba su posición social. Las mujeres poderosas usaban el quechquémitl, confeccionado con dos piezas de tela fina en forma de rectángulo.
Los hombres toltecas tenían un abundante vestuario que constaba de varias prendas. Entre ellas: Un máxtlat o cinturón, consistente en una banda de tela que cubría solo los genitales quedando las piernas descubiertas. El enredo, usado para cubrir las nalgas o como delantal, solía ser grande y vistoso. El xicolli que era una camisa decorada desmangada.
Los señores de mayor poder utilizaban el tilmatli, prenda de gran prestigio que ataban al cuello en forma de capa. Los sacerdotes y jerarcas en momentos de guerra o para jugar pelota usaban un cueitl o faldilla adornada con piedras semipreciosas. En la guerra, todos usaban el ichcahuipilli o armadura elaborada con pieles de animal o telas muy gruesas y acolchadas.
Otro accesorio del vestuario masculino de alta alcurnia eran los tocados, usados para demarcar la clase a la que se pertenecía. Los decoraban con plumas y solían complementarlos con un casco.
La clase servil usaba ropa humilde, sencilla. La de los hombres constaba de un simple taparrabo y un enredo; el pecho lo llevaban desnudo y los pies descalzos. Las mujeres tapaban sus senos con una especie de blusa de tela ordinaria que llamaban huipil.
La religión fue politeísta, pero su sistema de creencia era a la vez dualista, destacando principalmente el Dios Quetzalcóatl, representado como una serpiente emplumada. Simbolizaba la filosofía, el conocimiento, la cultura y la fertilidad. Era venerado continuamente y constituyó lo más sagrado para todos los ciudadanos. Le seguía Tezcatlipoca que representaba la figura del mal.
Otros Dioses predilectos a quienes adoraban con cultos y conferían sacrificios humanos fueron Tláloc, Dios de las lluvias. Centéotl, patrono del maíz. Mixcóalt, patrón de los cazadores, Xipe Tótec, Dios de los trabajadores de oro, Xochiquézal, Dios del frío, del castigo y el pecado. Matlalcueye, Diosa del agua viva. Xólotl, Dios de la estrella vespertina. Ometéotl, Dios creador del universo.
En realidad, los toltecas asumieron e idolatraban a cuantiosos Dioses de quienes tenían alguna referencia. No importaba si pertenecían a otras culturas, igual lo compartían.
La economía de los toltecas se distinguió por ser una de las más sólidas y pujantes. Se fundamentó en varias actividades.
La arquitectura monumental tolteca tiene trascendencia porque adoptó elementos novedosos. Utilizó techumbre aplanada, liviana, aguantada por pilastras y columnas a las cuales se les añadieron trabajos artísticos, resaltando la manera antropomorfa o la serpiente emplumada.
Muestra de ello se observa en Tula, en la Pirámide B donde están colosales columnas de más de cuatro metros y medio representativas de guerreros armados. En esta ciudad también se levantaron muchas construcciones y templos en honor al Dios Quetzalcóalt.
Los habitantes pernotaban en extensos inmuebles fabricados con piedras, tierra y remates de adobe. Tenían el techo plano y una sola planta. Las clases privilegiadas edificaban grandes palacios entre ellas.
El arte tolteca expresaba claramente el sentir y la esencia de su gente. Por eso los motivos de sus distintas manifestaciones se inspiran en Dioses, sacerdotes y guerreros. En tula se encuentran las estatuas más representativas de este arte que son los cuatro grandes Atalante. Simbolizan guerreros con el atuendo utilizado en la época.
Las esculturas en general son alusivas a acontecimientos militares, guerreros, sacrificios humanos entre otros. En cuanto a la artesanía se basaba principalmente en trabajos sobre mitos religiosos hechos en cerámica, pintura, murales, tallado en piedra.
Lamentablemente, la mayoría del arte tolteca se perdió, aunque existen algunas representaciones que permiten evidenciar la habilidad artística que poseían y la cultura que los distinguía.
Los acuerdos de la sabiduría tolteca, manifestados hace más de mil años, son considerados como unas de las aseveraciones ancestrales más importantes y relevantes en la actualidad.
Castro, Laura. (2021). Toltecas. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/toltecas/
