Serpiente de coral
La serpiente de coral es famosa por sus colores, y muy temida por su veneno. Es catalogada como una de las variedades más fascinantes del mundo entero. Y aunque todas parecen iguales, los “diseños” de su piel son diferentes en cada ejemplar.
Tiene como nombre científico “Micrurus”, pero es conocida popularmente como coral rabo de ají o coralillo. La serpiente de coral es un reptil muy peligroso, por su letal mordedura. Es llamativa y destacable por los anillos que circundan su cuerpo, en colores muy atrayentes.
Contrario a otros cuadros clínicos, la toxina de esta víbora puede pasar casi inadvertida. La mordedura puede lucir como un leve rasguño que no requiere atención médica. No obstante, la realidad demuestra que su ponzoña es bastante letal, por lo que un ataque de este animal debe atenderse con rapidez.
El veneno que posee es neurotóxico. Lo que significa que es capaz de reducir y excluir la capacidad nerviosa del cuerpo para poder comunicarse con las células. En el caso de que el cerebro no pueda comunicarse con el corazón, el funcionamiento cardíaco cesará, y el paciente morirá.
Entre su información taxonómica destacan los siguientes aspectos:
Los rasgos más distintivos de las serpientes de coral son:
Sin duda alguna estamos ante una serpiente venenosa y extremadamente peligrosa. Su veneno es del tipo neurotóxico por lo que es capaz de afectar al sistema nervioso central, además de al sistema periférico e incluso a los sentidos.
La serpiente de coral está vinculada con las mambas, cobras y serpientes marinas. Son reconocidos, científicamente, dos conjuntos de estos reptiles:
Tienen un comportamiento, bastante impredecible, pero no son de conductas agresivas. Las hembras son más dadas a la provocación, en especial durante la gravidez.
Por lo general, suelen ser muy miedosas y solitarias. En las horas del día, se encargan de indagar y buscar resguardo en madrigueras o cuevas profundas para poder esconderse. Durante la noche y la madrugada es cuando más actividades realizan, incluso la exploración de su alimento.
Su alimentación es carnívora, como la de la mayoría de las serpientes. Prefieren lagartijas y mamíferos pequeños, pero no descartan de su dieta ciertos anfibios, como las ranas, insectos, sapillos y otros. Asimismo, poseen cualidades caníbales, pues están calificadas para engullir a otras corales.
Se destaca su forma de cazar introduciendo el veneno en su víctima, por medio de una picadura. Tras atrapar a su presa e inocular las toxinas, la serpiente de coral procede a abrir ampliamente sus mandíbulas, para poder contener y tragar a sus presas, incluso las de mayor tamaño.
Una vez ingerido, el cuerpo empieza a ser asimilado en sus entrañas. El desarrollo de la digestión puede demorar algunos días, en los cuales este animal ingresa en un estado de sopor, que va a reducir su intensidad física a la mínima expresión..
Suele encontrarse en las zonas boscosas y en las porciones pedregosas del desierto. Es una variedad de sangre fría, por lo que prefiere y, generalmente hace, vivir en zonas cálidas. Este hábitat, contribuye a que logre normalizar mejor su temperatura frente a las condiciones tropicales.
La serpiente de coral es considerada por algunos como una serpiente semi acuática porque algunas veces se pueden localizar en ciertos lodazales y malezas con alto nivel de saturación. Increíblemente, son capaces de resistir cotas de altitud mayores a los 1.000 pies de altura.
Sus hábitos, como son más bien nocturnos y mañaneros, ocasionan que no sean muy vistas por los viajeros. Contrario a muchas otras culebras, esta no es intrépida y buscará huir de cualquier situación que llame su atención, en vez de conservarse en el lugar. No obstante, si se siente acosada toma la decisión de ir al ataque sin advertencia previa, tomando al agresor por sorpresa.
Es posible encontrarla dispersa en toda la extensión de la tierra, primordialmente en las regiones de América y en territorios de Asia. Por ser animales de raza fría, pueblan zonas tropicales donde consiguen el calor que requieren para su supervivencia.
Los géneros y su distribución en la tierra son los siguientes: Calliophis, con 11 especies, en diferentes lugares de Asia. Sinomicrurus, con 5 especies, en la zona tropical de Asia. Leptomicrurus, con 2 especies, en el área norte de Sudamérica.
Además, están los Micrurus, con alrededor de 80 especies, en Sudamérica, Centroamérica y sur de Norteamérica. Micruroides, con 1 especie en los Estados Unidos y en México. Especie que recibe el nombre de Micruroides euryxanthus.
Es de hacer notar que existen unas especies de estas serpientes que no son venenosas y que se mimetizan con las corales. Las mismas reciben el nombre de falsas corales o serpientes rey. Se diferencian, entre otras razones, porque la secuencia de sus colores no coincide con ninguna de las auténticas.
Anterior al apareamiento, la hembra efectúa una elección de alguno de los corales machos que vio más sanos durante el periodo de coqueteo o cortejo. Después del apareamiento, explorará un lugar perfecto para la puesta, que suele ser entre hojas, troncos secos y madrigueras deshabitadas. Son especies ovíparas.
La época usual para la postura de los huevos es el mes de julio. Pasados un trimestre de gestación, la coral pondrá entre 3 y 5 huevos. Estos eclosionarán y proporcionarán lugar a crías muy chicas que aparecerán con los esquemas de colores parecidos a los de su madre.
Al nacer, las crías de la serpiente de coral alcanzan a medir de 15 a 18 centímetros, que es la longitud promedio. Los individuos infantiles ya disponen de la totalidad de su potencial venenoso. Lo que significa que su mordedura es igual de peligrosa que la de un adulto.
La serpiente de coral no está en peligro de extinción, aunque si está siendo amenazada por la trasformación o la pérdida de su hábitat. También por ser capturada en la búsqueda de su piel y su carne. Igualmente es comercializada como mascota, para el empleo en la medicina, el ataque de predadores y muchos otros atropellos.
Se destaca que la mayor parte de las veces, estas serpientes son víctimas de persecución por el miedo que inspiran y a la relación con el mal que le han infundido ciertas religiones. También se suele pensar que las culebras venenosas no son de ningún interés y utilidad para la humanidad, e inclusive que su muerte puede ser deseable y necesaria, por lo que tienden a asesinarlas.
Pero pese a estos escenarios, los individuos de las dos principales familias: Elapidae (cobras y afines) y Vipéridos (víboras y crótalos), son de gran importancia. Desempeñan un transcendental rol en numerosos ecosistemas, en especial los de origen tropical, donde mantienen el equilibrio de anfibios y ratas.
Si bien es cierto que las víboras venenosas causan la muerte de más de 40.000 seres humanos al año, también lo es que ayudan a preservar la vida de muchas más personas. Lo hacen porque reducen la población de roedores que trasfieren padecimientos graves y arruinan siembras importantes.
Ramos, Marlene. (2021). Serpiente de coral. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/serpiente-de-coral/
