La harina de coco no es coco rallado, es otro producto obtenido del fruto del cocotero. Nutritiva y con características agradables a los sentidos, es el ingrediente principal en la elaboración de panes y postres al horno. También un complemento ideal en preparaciones saladas. Su sabor es exquisito. Como pocas, la harina de coco es apropiada para celíacos, veganos y personas que se desenvuelven en el mundo fitness. En definitiva, para quienes requieren un régimen alimenticio especial y para quienes no. Es 100% natural y libre de gluten. Brinda múltiples beneficios a la salud y un toque agradable a la cocina.
La harina de coco es un producto de alto valor nutricional, obtenido del fruto del cocotero. Es rica en proteínas, fibra y baja en carbohidratos. Concentra el sabor, aroma y frescura de la fruta tropical. Ingrediente ideal para la preparación de comidas dulces y saladas.
Por ser un producto 100% libre de gluten, representa una excelente opción para quienes padecen celiaquía o intolerancia a la proteína amorfa. Posee tantas propiedades y beneficios como las harinas de trigo, cebada, avena, espelta y centeno. Es apta para gran parte de los regímenes alimenticios. Puede adquirirse en supermercados, tiendas naturistas o simplemente elaborarse en casa.
La harina de coco presenta las siguientes características:
A diferencia de las harinas elaboradas con cereales: Trigo, cebada, centeno, avena y espelta, la harina de coco no contiene gluten. Es apta para celíacos, para quienes padecen dermatitis hipertiforme, ataxia por gluten, o intolerancia a la proteína en general.
Es rica en ácido láurico, aliado del sistema inmune por sus propiedades antimicrobianas y antivirales. Contiene además otro importante grupo de grasas saturadas.
La grasa contenida en la harina de coco es saludable. Sus proteínas activan el metabolismo para la eliminación de excesos y el mantenimiento de niveles deseables de colesterol.
Es rica en selenio, manganeso y otros oligoelementos que aportan a los organismos nutrientes esenciales. Fuente de vitaminas B y C, que reducen la producción de radicales libres.
La harina de coco es entre el 30% y 45% fibra. Forma parte de los alimentos de una dieta equilibrada. Produce sensación de saciedad, al tiempo que mejora el proceso digestivo.
La harina de coco es tan versátil en la cocina como las harinas de cereales, va bien en las recetas dulces y también en las saladas. El único factor a cuidar es la humedad, es una especie de esponja que absorbe gran cantidad de líquidos. Si se emplea para sustituir la harina de trigo, debe usarse la tercera parte de la cantidad habitual de harina o agregar más huevos o líquidos a la receta.
Cada vez es más conocido su uso en la pastelería, en la elaboración de bizcochos, crepes, galletas, bollos, magdalenas y diversos tipos de panes. El ingrediente no se limita sólo a las preparaciones al horno, también se tiene para empanar carnes, espesar guisos, salsas y sopas.
Para hacer harina de coco se necesita la carne del coco natural y fresco, la parte blanca adherida a la concha en el interior del fruto. También cuchillo, pelapapas, agua potable, licuadora o procesador de alimentos, colador, bol, bandeja de hornear y papel parafinado.
Una vez que se retire del horno, se dejará enfriar a temperatura a ambiente y se procederá con la molienda. En una licuadora totalmente seca, es importante que no se incorpore líquido, vaciar la pulpa y licuarla hasta que se pulverice. De esta forma la harina de coco está lista para ser utilizada o conservada en un contenedor. Por su alto grado de absorción de humedad es necesario guardarla en un envase o bolsa con cierre hermético, y en un lugar fresco.
El coco enriquece la dieta de toda persona. La harina de coco actúa como regulador del peso y de los niveles de azúcar en la sangre. El azúcar en la sangre sube de forma gradual. Además, su contenido en grasas saturadas acelera el ritmo metabólico y evita la concentración de lipoproteínas y lípidos en la sangre. Es sabido que los ácidos grasos del coco contribuyen a aminorar los efectos dañinos de la diabetes en el cuerpo.
Sin embargo, debe cuidarse que quien consume la harina de coco o cualquier otro subproducto de la fruta tropical no esté bajo tratamiento diurético. Los diabéticos deben cuidar además su ingesta calórica, el coco es bajo en carbohidratos pero suma un buen número de kilocalorías a la dieta. En todo caso, es recomendable que el régimen alimenticio del paciente sea revisado por el médico especialista.
Ofrece sensación de llenura y su índice glucémico es menor al de masas hechas con endulzantes.
La harina de coco es rendidora, una porción ofrecerá el mismo resultado que tres o cuatro partes de otras harinas.
No contiene inhibidores de enzimas, no es necesario remojarla con anterioridad, su uso directo en las comidas no perturba el sistema digestivo.
Por su contenido de grasas saturadas es estable al calor, no se modifica en las cocciones.
Es menos alérgica que la harina de almendra y otras harinas sin gluten.
Aporta al organismo cantidad de nutrientes que mejoran el funcionamiento de la tiroides, la salud ósea y el sistema nervioso. Produce mejor respuesta del sistema inmunológico.
Aunque es menos común que las harinas hechas de cereales, la harina de coco puede adquirirse en supermercados y tiendas naturistas. En establecimientos físicos y tiendas virtuales, hoy el uso del internet hace posible encontrar diamantes en una gran montaña de tierra.
En cualquiera que sea el punto de compra, debe verificarse en la etiqueta el proceso de elaboración, si es industrial o artesanal. También los ingredientes, en especial si quien la va a consumir es celíaco o padece algún trastorno digestivo. En algunos procesos de elaboración se agregan a la harina de coco productos que si contiene gluten y resultan contraindicados para el consumidor.
No. Las proteínas, fibras y grasas contenidas en la harina de coco producen saciedad instantánea y no engordan, son de fácil digestión. Sus fibras ayudan a mejorar el tracto intestinal y alimentar la flora bacteriana.
Las grasas, ricas en ácido láurico, contribuyen a reducir los niveles de colesterol LDL, también llamado colesterol malo por su efecto negativo en las arterias. Además, la harina de coco es fuente de potasio, magnesio y otros minerales de gran importancia para el desarrollo y buen funcionamiento del organismo.
La harina de coco tiene un alto contenido en fibra. Mejora el tránsito intestinal pero su consumo en exceso podría ser contraindicado para quienes padecen colitis ulcerativa o alguna otra enfermedad inflamatoria del tubo digestivo. Las fibras alimentan las bacterias buenas y malas que componen la flora intestinal. Si se consumen en gran cantidad, se crean alteraciones en el sistema digestivo que pueden repercutir en el sistema inmunológico.
Por otra parte, aunque la harina de coco ofrece grandes beneficios a la salud, no es un alimento entero. No debe ser considerado sustituto absoluto de otros productos nutritivos. Algunos de los nutrientes del coco desaparecieron durante el proceso de elaboración de la leche de coco y deben ser compensados con otros elementos de la dieta. La sensación de saciedad que genera y su efecto de estabilización del azúcar en la sangre es breve.
Castro, Laura. (2021). Harina de coco. Recuperado el 22 de febrero del 2024, de Faqs.Zone: https://faqs.zone/harina-de-coco/